OPERACIÓN FINANCIERA EN EL MERCADO IBÉRICO

CaixaBank estudia retirar la opa sobre el banco portugués BPI

La entidad catalana no logra los apoyos para poder tomar el control del grupo luso

El presidente de CaixaBank, Isidre Fainé (derecha), junto al consejero delegado, Gonzalo Gortázar.

El presidente de CaixaBank, Isidre Fainé (derecha), junto al consejero delegado, Gonzalo Gortázar. / periodico

OLGA GRAU / BARCELONA

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CaixaBank vio ayer frustradas sus expectativas de tomar el control total de su filial portuguesa. La junta de accionistas de BPI rechazó cambiar sus estatutos sobre los actuales límites de voto. CaixaBank controla un 44% del capital del banco luso, el cuarto del país con 44.565 millones de euros de activos, pero solo posee el 20% de los derechos de voto debido a los estatutos vigentes. 

La entidad que preside Isidre Fainé y que dirige Gonzalo Gortázar lanzó el pasado mes de febrero una oferta pública de adquisición (opa) para hacerse con el 56% de BPI que no controla, participación que valoró en 1.082 millones de euros. Sin embargo, CaixaBank puso una condición innegociable para tirar adelante su oferta: modificar los estatutos para poder mandar en el banco.

Desbloquear esta enmienda legal era ayer el único punto de la orden del día de la junta y requería la aprobación de una mayoría cualificada de BPI (un 75% del capital), pero obtuvo adhesiones de tan solo el 52% del capital. Tras este revés, uno de los escenarios que se dan por prácticamente seguros es que CaixaBank retirará la opa sobre BPI, según explicaron ayer fuentes cercanas a la operación. «No tiene sentido poner dinero en un banco en el que CaixaBank no va a mandar», aseguraban ayer desde el entorno de la operación. Las acciones de BPI cayeron ayer un 7%.

CaixaBank pone en cuestión ahora no solo la viabilidad de la opa, sino la misma permanencia en el accionariado del banco portugués, que es el cuarto del país tras la entidad pública Caixa Geral de DepósitosNovo Banco BCP. Aunque en la situación actual de la economía y del sistema financiero portugués, y con la limitación al ejercicio de los derechos políticos, resultaría difícil lograr inversores interesados en hacerse con un paquete tan relevante en un banco en el que ejercer el control es tan complejo.

GUERRA ANGOLEÑA

El trasfondo de lo que sucedió ayer en la junta hay que buscarlo en la guerra que mantiene CaixaBank con la magnate angoleña Isabel Dos Santos. Esta empresaria es la propietaria de la firma Santoro, segundo accionista del BPI, con el 18,6% del capital. Con la mitad de participación que CaixaBank, Dos Santos tiene el mismo poder de voto en BPI y bloquea sistemáticamente las iniciativas de Fainé. Fue ella la que forzó que la votación de la propuesta de ayer en la junta, decisión que podría haberse pospuesto para más adelante conforme los plazos de la opa se fueran cumpliendo.

Dos Santos ha jugado en contra de Caixabank desde el principio. Pocos días después de que el banco catalán presentara su oferta, anunció una fusión del BPI con BCP, banco portugués con fuerte presencia angoleña a través de Sonangol, petrolera controlada por el presidente del país y padre de Isabel, Eduardo dos Santos. Sin embargo, para que prospere la iniciativa de Dos Santos de fusionar BCP y BPI, necesita los votos de CaixaBank.