Bruselas vuelve a librar a España del castigo pero le exige más ajustes

España ha conseguido salvar in extremis la última pelota del partido. En verano esquivó la multa por no tomar medidas para corregir el déficit en el 2015 (unos 2.000 millones) y ahora tampoco sufrirá la congelación de fondos estructurales (entorno a 1.200 millones) porque Bruselas entiende que el gobierno ha adoptado "acciones efectivas" para corregir el desvío. El riesgo de incumplir el pacto de estabilidad y crecimiento, sin embargo, no ha desaparecido. Sin medidas adicionales el agujero fiscal se disparará al 3,8% el próximo año –el objetivo es el 3,1%- lo que significa que España tendrá que poner sobre la mesa un presupuesto para el 2017 con ajustes adicionales equivalentes a unos 8.000 millones.

"Tendríamos que ser formalistas o masoquistas para haber propuesto suspender los fondos y levantar la suspensión dos minutos después. La Comisión ha considerado que simplemente era mejor no hacer la propuesta. Es una buena noticia para España", se ha escudado el comisario Pierre Moscovici sobre las razones de no presentar la propuesta que, tal y como señalaron algunos colegas durante el diálogo estructurado con la Eurocámara, debe ser automática.

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Bruselas da así por buenas las medidas que adoptó el gobierno en funciones –el cierre anticipado del Presupuesto y la reforma del impuesto de sociedades- con las que el ministro Luis de Guindos espera obtener un impacto equivalente a 10.000 millones, suficiente para cumplir "holgadamente" con el déficit del 4,6% prometido este año. El titular de Economía ha recibido la decisión con satisfacción porque se trata de un desenlace "racional" y "perfectamente justificado por el gobierno".

LA AMENAZA NO DESAPARECE

El capítulo sancionador queda de momento aparcado. Por lo menos hasta que la oficina europea de estadística confirme los datos de cierre del 2016. Si eventualmente se llegara a superar el 4,6%, Bruselas podría reactivar el procedimiento e imponer un castigo todavía más duro por incumplimiento reiterado: 5.000 millones y más fondos congelados. El proceso, sin embargo, podría descarrilar antes.

La Comisión ha presentado además su dictamen sobre el Presupuesto de 2017, dentro del ejercicio de control anual para evitar derrapes fiscales. Y en el caso de España no augura nada bueno. El dictamen se basa en las cuentas prorrogadas enviadas a mediados de octubre y el plan, tal y como era de esperar, está en riesgo de incumplimiento. "Las previsiones para 2017 prevén que no se conseguirá ni el objetivo de déficit global ni  el esfuerzo fiscal recomendado" por lo que "serán necesarias medidas adicionales", reza el texto. Hasta que no se adopten, "seguirán existiendo riesgos para corregir el déficit a tiempo y de forma duradera para 2018", dicen subrayando que los ajustes fiscales planificados "pueden quedarse cortos".

Según las últimas previsiones de otoño, España se desviará en el 2017 un 3,8% del PIB, siete décimas por encima del 3,1% prometido. Esto significa que el nuevo proyecto que el gobierno negocia con la oposición debería incluir más ajustes porque con el esfuerzo estructural de medio punto prometido no será suficiente. En Bruselas esperan el nuevo borrador "en las próximas semanas" y deberá incluir además medidas para garantizar un mayor control en el gasto de las comunidades autónomas y procedimientos de licitaciones públicas más transparentes.

MÁS ESTÍMULO FISCAL EN LA EUROZONA

Junto a España también se han llevado un tirón de orejas Italia, Bélgica, Chipre, Eslovenia, Finlandia, Lituania y Portugal cuyos presupuestos también están en riesgo de incumplimiento. Entre los que se salvan del rapapolvo una decena de países y muy especialmente Estonia, Luxemburgo, Eslovaquia, Letonia, Malta, Holanda y Alemania. A este grupo, y muy especialmente al gobierno alemán se dirige una de las nuevas recomendaciones incluidas en el nuevo paquete económico: sería "deseable" que los países con margen inyectaran en la economía un estímulo fiscal del 0,5% del PIB de la Eurozona (50.000 millones) frente al 0,2% previsto.

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"Aquellos que tienen margen presupuestario tienen que gastar e invertir más para ellos mismos y en interés de todos", ha reclamado Moscovici. Los que no tiene margen deberán “centrarse en cumplir sus objetivos". El documento subraya que un estímulo del 0,3% se quedaría corto mientras que uno 0,8% sería demasiado expansionista. Aunque la sugerencia va en línea con lo que pide el BCE, el margen de maniobra para obligar a los Estados a seguir esta recomendación es extremadamente limitado y fuentes comunitarias auguran que el debate en el próximo Eurogrupo del 5 de diciembre "será muy acalorado".