El toque de atención de Bruselas

España actualmente está bajo la lupa de la Comisión Europea con un déficit que desde hace años está por encima del máximo permitido

El comisario Pierre Moscovici.

El comisario Pierre Moscovici.

OLGA GRAU / BARCELONA

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Formar parte del "club" europeo comporta cumplir unas normas estrictas que España lleva años saltándose y que le van a acarrear una buena reprimenda al Gobierno en funciones de Mariano Rajoy. Los países de la UE deben demostrar que sus finanzas están saneadas bajo dos criterios: sus déficits presupuestarios no pueden superar el 3 % del producto interior bruto (PIB) y sus deudas públicas (deuda del gobierno y de los organismos públicos) no pueden superar el 60 % del PIB. España actualmente está bajo la lupa de la Comisión Europea con un déficit que desde hace años está por encima del máximo permitido, alcanzado su máximo en el 2011 con un 9,5% del PIB. La deuda pública también está desbordada y supera el 100% del PIB. Aunque España no es el único alumno díscolo -Francia también está en el punto de mira por su déficit-, suma a sus desequilibrios la mayor tasa de paro de la UE.

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) de la Unión Europea es un conjunto de normas que regula la coordinación de las políticas fiscales de los países de la UE. Su objetivo es velar por unas finanzas públicas saneadas, y cuenta con dos secciones para ello. La sección preventiva garantiza que la política fiscal de los países de la UE se ejecute de manera sostenible. La sección correctora marca cómo deben actuar los países en el supuesto de que su deuda pública o déficit presupuestario sean considerados excesivos. 

El procedimiento de déficit excesivo está regulado por el artículo 126 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Bruselas tiene unos mecanismos muy complejos para reorientar a los países por el recto camino del cumplimiento. Estos van desde advertencias y recomendaciones, que España ya ha recibido, hasta sanciones. Hasta la fecha, ningún país ha sido sancionado. Pero España podría acabar siendo el primero en llevarse una reprimenda de alto nivel si no hace nada para solucionar el desfase en sus cuentas públicas que asciende a 25.000 millones.

Cada mes de abril, los países de la zona del euro presentan sus programas de estabilidad a la Comisión y el Consejo, mientras que los que no pertenecen a esta zona presentan programas de convergencia a las mismas instituciones. España deberá enviar ahora el suyo e incorporar medidas correctoras y de nada servirá la excusa de que el Gobierno está en funciones.