Bruselas defiende los beneficios que tendrá el TTIP para las pymes

Tras un fin de semana plagado de manifestaciones por toda Europa, ayer arrancó en Nueva York la novena ronda de negociaciones del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP en sus siglas en inglés). Un pacto denostado desde buena parte de la izquierda europea, que denuncia que conllevará una rebaja de las condiciones laborales y de la calidad de productos y servicios, pero defiende a capa y espada buena parte del arco político europeo y también la Comisión Europea. Ayer su responsable de Comercio, Cecilia Malmström, saltó de nuevo a la palestra para poner el foco en los beneficios que obtendrán las pymes.

«Las pequeñas y medianas empresas son la columna vertebral de la economía europea. Estas compañías canalizarán los beneficios del TTIP a sus comunidades locales y por esta razón la UE y Estados Unidos trabajan para lograr un acuerdo ambicioso que responda a sus preocupaciones», explicó durante una breve comparecencia en la que dio cuenta de los resultados de un informe con la opinión de las pymes  Según este documento, en 2012 había unas 150.000 pymes de las 633.000 que exportaban fuera de la UE que enviaban sus productos al mercado estadounidense -15.500 de ellas españolas- y que concentraban el 28% de las exportaciones comunitarias a ese país, con un volumen de negocio de 80.000 millones de euros al año (3.000 millones en el caso español).

OBSTÁCULOS / Pymes esencialmente de sectores como el textil y el cuero, los productos químicos o la alimentación y la agricultura que tampoco lo tienen fácil. «Este informe nos ayuda a concretar los obstáculos que tendremos que resolver durante las discusiones de esta semana», reconoció Malmström.

Y es que aunque Bruselas insiste en que muchos de los problemas se resolverán con este acuerdo, hay ámbitos que preocupan mucho a las pymes tal y como revela la encuesta realizada a 869 de ellas (75 de España). Desde reglas técnicas y las regulaciones que se aplican al otro lado del Atlántico a los productos hasta el acceso a la información sobre esas reglas -un tercio de las pymes no supieron identificar el origen-, la exclusión del mercado de contratos públicos, el cumplimiento de las reglas aduaneras, que pueden ser costosas y actuar como una barrera, o las diferentes regulaciones entre estados que existen.

Además, algunas empresas, entre ellas las farmacéuticas, también se quejan de dificultades relacionadas con la libre circulación de personas a la hora de proveer servicios. «Un acuerdo ambicioso, equilibrado y amplio representa la mejor oportunidad de reducir costes y de apertura de mercado», sostiene.