NUEVA ETAPA EN UNA DE LAS MAYORES EMPRESAS ESPAÑOLAS

Brufau, punto y seguido

El presidente de Repsol cede el poder ejecutivo al 'número dos', Josu Jon Imaz, dentro de su plan de retirada gradual

Relevo 8 Imaz, izquierda, con Brufau.

Relevo 8 Imaz, izquierda, con Brufau.

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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Nueva etapa para Repsol. El presidente del grupo, Antoni Brufau, formalizó ayer ante los accionistas de la petrolera la cesión de poderes ejecutivos al consejero delegado, Josu Jon Imaz, dentro de su plan de retirada gradual, como adelantó EL PERIÓDICO. En ese proyecto se incluye la adaptación de su retribución a sus nuevas funciones más institucionales, que supone percibir 2,5 millones al año hasta el 2019.

El consejo de administración aprobó esta medida que forma parte de «una nueva etapa» de la empresa que coincide con la integración definitiva de la canadiense Talisman el próximo 8 de mayo, que sitúa al grupo entre las 15 primeras firmas privadas de hidrocarburos del mundo. En esa fecha, Imaz además presentará una reorganización de la cúpula.

De todas formas será un cambio tranquilo, según fuentes conocedoras del proyecto, que consolidará la etapa en la que Brufau e Imaz han actuado a modo de tándem durante el último año. Además está previsto redactar este año un nuevo plan estratégico 2016-2019 para encarar esta nueva etapa, según explicó el consejero delegado.

«Imaz asume todas las funciones ejecutivas. Nos toca planificar hoy el futuro. Para ello, el primer ejecutivo debe tener todas las funciones y cumplir además otro atributo que posee: la juventud», explicó Brufau durante su discurso ante la junta de accionistas. Tras esta explicación, recibió una cerrada ovación por parte del auditorio. El presidente de Repsol, que pasa ahora a tener una función más institucional, recordó que el 2014 fue para la compañía uno de los más importantes de su historia.

Recordó, en este sentido, que la expropiación de la filial argentina YPF ha dejado en la caja de la grupo el equivalente a 13.000 millones de dólares. «Tres años después de la expropiación, la cotización es de 11.500 millones de dólares», destacó para resaltar el buen resultado obtenido de la operación.

En todo caso, la integración de Talisman ha supuesto un «muy buen acuerdo en el momento adecuado», dijo. La compañía española acordó pagar 6.670 millones de euros más la asunción de 3.776 millones de deuda. En opinión, de Brufau, esta operación abre una nueva fase que sitúa al grupo en la élite de las compañías de hidrocarburos. La adquisición fue «la mayor operación internacional realizad por una empresa española en los últimos cinco años».

Imaz, por su parte, destacó que la operación con Talisman es «transformadora» porque asegura el crecimiento, la diversificación y creación de valor.