El Santander mantiene el alza del dividendo hasta el 2018 pese al 'brexit'

El Santander sorprendió al mercado al mantener pocos días después del 'brexit' sus objetivos de incrementar el 10% su dividendo en efectivo y pagar 21 céntimos por acción en total en el 2016, un 5% más, aumento que anunció para compensar a los propietarios después de recortarlo el 66,6% en enero del 2015. Ahora ha ido un paso más lejos y ha confirmado su compromiso de incrementar la retribución de los accionistas en el 2017 y de que el beneficio por acción alcance un alza de doble dígito en el 2018. "Con la información que tenemos, lo mantenemos", ha asegurado su consejero delegado, José Antonio Álvarez.

Se trata de una apuesta de riesgo: el negocio británico es el que más peso tiene en el beneficio del grupo (un 28,9% en el primer semestre) y los expertos estiman que la consulta para la salida de la Unión Europea no tendrá mucho impacto en la economía británica este ejercicio pero la llevará a rondar la recesión en el próximo. "Es difícil predecir las consecuencias, necesitamos algo más de tiempo para saber qué puede ocurrir", ha admitido el ejecutivo. El grupo tiene previsto dar más información en septiembre durante su jornada anual de encuentro con los inversores.

El grupo ganó 2.911 millones hasta junio, un 32% menos, por la caída de los resultados extraordinarios, los 475 millones que le cuesta su plan de ajuste en España (350 oficinas y 1.380 empleados, que ya ha ejecutado en un 90%) y la depreciación frente al euro de las principales divisas de los países donde está presente.

BRASIL Y EEUU

El números dos de la entidad también ha tratado de restar gravedad a otros dos factores que preocupan a los analistas. Sobre Brasil, segundo mercado del grupo (27% del beneficio), ha asegurado que el país volverá a crecer el año que viene y lo hará en un 2%, frente al 0,5% que prevé el FMI. Asimismo, ha afirmado que ha retrasado la presentación de resultados de su filial de crédito al consumo en Estados Unidos solo por una discrepancia entre su antiguo y su nuevo auditor, que no tendrá un "efecto material" en los resultados del grupo, y ha mantenido que pese a haber suspendido por tercera vez consecutiva las pruebas de resistencia de la Reserva Federal, ha "mejorado de forma muy significativa" su situación. Pese a ello, no se ha atrevido a afirmar que el año que viene sí vayan a pasar el examen.

Respecto a España, el tercer mercado por beneficio (21,1% solo el negocio bancario), Álvarez ha asegurado que la incertidumbre política todavía no ha impacto negativamente en la economía y, pese a admitir que es "difícil" que los ingresos que aporta el país aumenten, ha mantenido que ve "más luces que sombras". Así, ha afirmado que cree que habrá Gobierno, ha deseado que sea "estable" y le ha pedido que reduzca el déficit de forma sostenible "sin dañar la recuperación".

MÁS BENEFICIO

También ha asegurado que no prevé un recorte de plantilla y sucursales en el país adicional al que tiene en marcha, que es posible que el saldo de crédito vuelva a crecer dentro de dos trimestres y que la cuenta 1,2,3 comenzará a aportarle beneficios este año. Su rentabilidad sobre capital en el país está en torno al 8%, por debajo del coste que le supone hacerse con ese capital (entre el 9% y el 10%), como el resto de bancos españoles salvo Bankinter. El Santander ganó hasta junio 563 millones en España, el 15,1% más que un año antes, incluyendo el crédito al consumo y las pérdidas inmobiliarias (163 millones, el 11,6% menos). 

Sin el impacto de los extraordinarios y del tipo de cambio, el beneficio hubiera crecido un 9%, hasta los 3.280 millones. El volumen de créditos ascendió a 795.182 millones de euros, un 4% más que un año antes, mientras que el conjunto de recursos de clientes se situó en 765.859 millones, con un crecimiento del 4%. La morosidad cayó al 4,29%, 0,35 puntos porcentuales menos que hace un año, y la cobertura subió tres puntos, hasta el 73%. El capital subió 0,31 puntos, al 10,36%.

El banco y el italiano Unicredit, por otra parte, han acordado abortar el pacto que llegaron en noviembre del 2015 para fusionar sus gestoras de activos en un gigante europeo del sector con casi 400.000 millones de euros en activos. Álvares han mantenido que los requisitos regulatorios que las autoridades exigían a la operación han provocado que la operación "perdiera sentido".