SECTOR FINANCIERO

El Popular admite que su supervivencia depende de los reguladores y el mercado

El nuevo consejero delegado admite que el banco sufre una "indigestión" inmobiliaria

Banco Popular

Banco Popular / periodico

P. ALLENDESALAZAR / MADRID

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El nuevo consejero delegado del PopularIgnacio Sánchez Asiaín, ha admitido este jueves que el futuro del banco, más allá de lo que pueda hacer por sí mismo, depende de los requisitos de capital que le impongan las autoridades y de que el mercado dé o no credibilidad a su nueva estrategia, anunciada por el presidente, Emilio Saracho, hace unos días. Estos dos factores, ha reconocido, determinarán si la entidad tiene plazo para generar capital gracias a su negocio y la venta de activos, ampliar capital en el mercado, o tiene que ser absorbida por otro banco.

En un foro de Deloitte y 'ABC', durante su primera intervención pública tras asumir el cargo hace tres días, el ejecutivo ha admitido que el banco tiene un "problema de digestión" de activos tóxicos. "El Popular se embarcó en una expansión de crédito inmobiliario en un momento desafortunado, junto al final del ciclo pasado, y todavía no ha terminado la digestión pese al esfuerzo realizado", ha lamentado en una crítica velada a la actuación del anterior presidente, Ángel Ron.

Así, ha destacado que los bancos rescatados pudieron traspasar sus activos tóxicos a la Sareb, algo que el banco prefirió no hacer pese a que pudo al haber suspendido el examen a la banca española de Oliver Wyman. También ha subrayado que otras entidades emplearon a especialistas para "desaguar" los activos inmobiliarios hace tiempo, algo que el Popular no realizó hasta el pasado septiembre y no ha podido culminar hasta el cierre del primer trimestre de este año.

VALORACIÓN DEL MERCADO

El número dos del banco, con todo, ha reconocido que el Popular también "ha generado poca confianza en el mercado últimamente", tras anunciar errores en sus cuentas del 2016 y asegurar que intentará volver a ampliar capital por cuarta vez en los últimos años. Esta desconfianza, a su juicio, se debe a que los inversores se preguntan cuántas provisiones va a tener que hacer para poder vender los activos inmobiliarios más rápido y también cuánto beneficio genera su negocio rentable.

"En pocas semanas seremos capaces de contestar esas dos preguntas. El mercado podrá entonces poner valor futuro al Popular y su estrategia", ha sostenido. La prioridad del grupo, ha añadido, es ahora separar su unidad rentable de negocio bancario tradicional y la inmobiliaria, "para especializar la gestión y ofrecer una información transparente" al mercado.  La otra pata de la que depende su futuro, ha añadido, son las "mayores" exigencias de capital de los reguladores.