La reestructuración del sistema financiero

La banca pública pasará sus activos al banco malo a mitad de su valor

Francisco González, presidente del BBVA, ayer.

Francisco González, presidente del BBVA, ayer.

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA
PABLO ALLENDESALAZAR / MADRID

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Los bancos con ayudas públicas obligados a trasladar sus activos inmobiliarios al banco malo -sociedad de gestión de activos (SGA)- lo harán a mitad de su valor o, lo que es lo mismo, en torno al 50% del valor que esos activos tienen en libros. Esa operación, que deberá realizarse tras determinar las necesidades de capital de la banca española derivada del test de estrés de la consultora Oliver Wyman, implica que el valor de los activos que trasladen CatalunyaCaixa, Nova Caixa Galicia, Bankia y el Banco de Valencia -los cuatro bancos públicos- a la SGA alcanzará los 40.000 millones de euros.

Según fuentes conocedoras de la operación, las cuatro entidades aportarán activos por 80.000 millones de euros, según su valor en libros. Fuentes del Ministerio de Economía, sin embargo, comentaron ayer que se está trabajando en la valoración de las transferencia de los activos y que la decisión final no se ha tomado aún.

Los bancos públicos, en todo caso, trasferirán todo el crédito promotor tanto bueno como malo, incluido el que esté al corriente de pago, salvo el crédito promotor bueno que esté por debajo de los 240.000 euros y los activos adjudicados por debajo de los 100.000 euros. La sociedad tendrá una estructura propia, con un director general y diferentes directores de área, pero la gestión comercial de esos activos la llevarán a cabo las propias sociedades inmobiliarias de los bancos controlados por el FROB.

8.000 MILLONES DE CAPITAL / En principio, esa sociedad contará con un capital de 8.000 millones, de los que el 49% corresponderá al FROB y el 51% a los bancos saneados, que negocian con el Ministerio de Economía cómo se llevará a cabo esa integración. Fuentes bancarias haN explicado a este diario que el sector apostaba por tomar parte en el capital mediante la aportación solo de activos inmobiliarios, aunque otras fuentes afirman que la aportación en activos será del 80% mientras que un 20% deberá aportarse en efectivo.

Según esa tesis, la banca aportará unos 4.000 de los 8.000 millones, pero el 80% será ladrillo ya saneado. Es decir, que en el caso de aplicarse un descuento similar al de los bancos del FROB serían unos 3.000 millones (equivalentes a 6.000 antes de aplicarse la depreciación).

La cuestión en este momento es a qué valor se cuentan los activos que los bancos sanos aportarían en concepto de capital. En el sector se darían por satisfechos si la valoración fuera similar a la del último decreto Guindos para determinar las provisiones, lo que vendría a suponer una media del 60%. Si fuera así, estas entidades ya tendrían provisionados sus activos a finales de este año, que es el plazo fijado para aportar ese colchón. Si es superior, la cobertura de esas provisiones podría generar pérdidas para las entidades.

La gran banca está dispuesta a participar en el capital del banco malo. Es prácticamente imposible resistirse a la presión del Ministerio de Economía, «como fue imposible sustraerse a la recomendación de participar en la salida a bolsa de Bankia», comentan en una entidad bancaria. La cuestión es en qué condicione se hace. Ayer el presidente del Banco Popular, Ángel Ron, defendió en Barcelona que los activos inmobiliarios que se trasladen al banco malo incorporen un descuento moderado sobre los precios actuales. «Si penalizamos en exceso el valor, y lo hacemos hiperatractivo para el inversor, perjudicamos a todo el mundo. Si lo hacemos muy alto, perjudicamos el interés de los posibles inversores», afirmó.

MÁS FUSIONES / En cualquier caso, el presidente del BBVA, Francisco González, dio ayer por sentado que las seis entidades que en principio no necesitarán capital (Santander, Sabadell, La Caixa, Bankinter y Kutxa Bank, además del propio BBVA) serán accionistas del banco malo. «Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario por nuestro país. Es difícil que el capital extranjero entre. El BBVA, y yo creo que todas las grandes entidades, estarán dispuestas», afirmó.

González también reconoció que las entidades fuertes tendrán que hacerse cargo de los bancos más débiles. «Estamos abiertos a nuevas operaciones. Va a ser yo creo que inevitable que participemos en otra operación, y lo haremos con gusto», aseguró. En las otras grandes entidades el sentimiento es similar.