La banca se encamina a nuevas fusiones y recortes de plantilla

PABLO ALLENDESALAZAR / MADRID

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Durante estos últimos años, la mayoría de las familias han visto reducidos sus ingresos y, en consecuencia, han tenido que recortar gastos. Ese tipo de economía del hogar pura y dura es a la que se enfrentan ahora los bancos. Pese a la mejora económica, los bajos tipos de interés impulsados por el Banco Central Europeo (BCE) para apuntalar la recuperación van a tirar sus ingresos a la baja durante un periodo prolongado. Y eso, según todos los banqueros a los que se consulta estos días, traerá consigo nuevas fusiones recortes de plantilla para reducir gastos y mejorar la rentabilidad.

En el 2015 y el 2016, explica un alto ejecutivo, «va a ser difícil que se muevan» al alza los tipos. «Y a partir de ahí, ya veremos», añade. ¿Por qué es un escenario preocupante para el sector? El negocio bancario básico consiste en tomar depósitos de clientes a corto plazo a cambio de una remuneración y prestar ese dinero a largo cobrando un interés mayor: el beneficio es la diferencia entre esos tipos. Si los tipos son bajos, por tanto, el esquema se tambalea.

En febrero, la retribución media de los nuevos depósitos fue del 0,54% para hogares y 0,38% para empresas. Solo las contribuciones al Fondo de Garantía de Depósitos cuestan a los bancos 0,2 puntos, a lo que hay que sumar sus costes de gestión. «Para ser rentables habría que no remunerar, pero pensamos seguir haciéndolo», apuntaba hace unos días Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank. Sus competidores tampoco prevén no pagar (o cobrar, como se ha rumoreado) por los depósitos, con lo que por ese lado no hay margen para mejorar los ingresos.

Presión creciente

«Te lo juegas todo a la capacidad de prestar y generar comisiones», admite otro banquero. Pero por ese lado también hay dificultades: aunque todos los bancos lograsen dar más crédito como pretenden (difícil, ya que la tarta a repartir es un 25% menor que en el 2009), la caída de los tipos hace que cada vez cobren menos.

Hasta ahora las entidades han capeado el temporal gracias a la venta con sustanciosas plusvalías de deuda pública comprada cuando los tipos estaban más altos. Pero estas operaciones tienen los días contados: «En 18 meses, los tipos de estas carteras van a estar ya al nivel de los actuales», apunta un ejecutivo.

El diagnóstico del sector es unánime: ante esta perspectiva de ingresos menguantes, la única solución es reducir los gastos. Desde el 2008, el recorte ha sido de unos 46.000 a 32.000 oficinas, de unos 271.000 a 196.000 empleados y de 53 a 13 entidades. Pese a ello, José Sevilla, consejero delegado de Bankia, explicaba recientemente que la red (donde CaixaBank tiene la mayor cuota) sigue siendo «más tupida» que la media europea. Y lo más importante: «En España, cada mil habitantes pagan cuatro sueldos de empleados de banca. En Alemania, ocho».

Cuestión de eficiencia

Los analistas e inversores, según un directivo bancario, ven necesario un nivel de eficiencia (relación de ingresos y gastos, mejor cuanto más bajo) sin ventas de deuda del 50%, un nivel que superan la mayoría de los bancos (como se puede ver en el gráfico).

El objetivo, a juicio del mercado, debe ser alcanzar una rentabilidad sobre activos totales medios de entre el 0,8% y el 1%, frente al actual 0,5% (antes de impuestos) o 0,4% (después de impuestos). Un nivel que solo alcanzó una entidad al cierre del año pasado y gracias a circunstancias extraordinarias (Abanca 1,13%, Unicaja 0,75%, Bankia 0,4%, Ibercaja 0,34%, BMN 0,31%, Sabadell 0,3%, Liberbank 0,26%, Santander España 0,25%, Kutxabank 0,24%, Popular 0,24%, CaixaBank 0,2% y BBVA España 0,07%).

Para ganar rentabilidad, por tanto, toca reducir gastos. Y la forma más fácil y rápida de lograrlo es mediante fusiones que permitan eliminar estructuras duplicadas, como los servicios centrales u oficinas que se solapan. En el sector se mira particularmente a las entidades pequeñas con ratios de eficiencia más bajos.

«Los bancos de inversión ven otra ronda de fusiones y, como es donde ganan más dinero, están proponiendo todas las opciones a Gobierno y entidades», afirma un directivo. Los banqueros, añade, también han empezado a tantearse. Se prevé que los bancos regionales herederos de cajas (con la excepción quizás de KutxaBank) acaben absorbidos por los grandes, debido a la dificultad para fusionarse entre sí por los egos de sus líderes. El inicio del proceso no se espera hasta finales del 2015 o principios del 2016.