La banca se 'comió' más pisos de los que pudo digerir en el 2011

Vender pisos en el 2011 no ha sido fácil en un entorno de poca demanda, escaso crédito y mucho estoc. Así lo reconocen los verdaderos propietarios del parque español de viviendas que queda por vender: bancos y cajas. Pero más allá de esa situación, son conscientes de que por grande que sea el esfuerzo para desprenderse de esos activos, mayor deberá ser si se quieren desprender de las adjudicaciones que han sumado al parque durante los últimos 12 meses. No hay estadísticas globales del sector, pero prácticamente todas las entidades reconocen individualmente que han sido incapaces de vender más pisos de los que han ingresado durante el ejercicio. Algunos procedentes de embargos a clientes que no han podido pagar la hipoteca y otros, de promotores financiados por la entidad.

Y no será porque no hayan dedicado esfuerzo a la actividad inmobiliaria. «Hemos tenido que crear un estructura específica para vender. En buena medida nos hemos convertido en agente de la propiedad, desprendernos de los inmuebles se ha convertido en nuestra principal actividad», reconoce Enrique Lizado, director general adjunto de Unnim y responsable del área inmobiliaria.

No hay ni una sola entidad que no se atribuya el mérito de haber disparado sus ventas durante el año. Pero ese ha sido un esfuerzo insuficiente. «Tenemos un parque de 1.500 pisos y vendemos unos 300 al mes. El mes próximo nos entrarán cerca de 1.500 pisos más. Para digerir ese excedente vamos a necesitar algún tiempo», reconoce Lizaso. La situación del grupo financiero controlado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario (FROB) no es diferente al de la banca privada. «Tenemos un estoc de 5.000 viviendas, contando con las de los promotores vinculados al banco, y las entradas que estamos registrando todavía son superiores a las ventas», comentan fuentes del Banc Sabadell.

SITUACIÓN DE PARQUE / No es previsible que el esfuerzo comercializador realizado rompa la dinámica de una actividad cuyas cifras son elocuentes: el parque de viviendas en España se sitúa alrededor del millón de pisos -o más, si se cuenta la autopromoción-, pero las ventas anuales apenas si alcanzan las 300.000. Si se suman las promociones nuevas -en general son pocas- no será fácil acabar con las existencias rápidamente: «No creemos hasta dentro de un par de años podamos conseguir que las salidas superen a las entradas», reconoce Pere Casas, responsable del negocio inmobiliario de Banco Mare Nostrum en Catalalunya.

Pocas entidades hablan de un tendencia diferente, aunque alguna hay: fuentes de CatalunyaCaixa aseguran que «están compensadas las entradas y salidas y en los últimos meses del año, las salidas han sobrepasado a la entradas». Sin duda es una buena noticia para un banco que tienen un excedente de 8.000 viviendas por vender. Eduard Mendiluce, consejero delegado de CX Inmobiliaria, atribuye el elevado volumen de ventas «a la mayor eficacia y capilaridad de la red comercial», con más de 250 agentes externos y las 1.200 oficinas de la entidad financiera.

VENTAS Y COMPROMISOS / Las cuentas de la segunda entidad catalana no sirven para explicar la situación del resto del sector. CaixaBank, la primera firma financiera catalana se había adjudicado hasta septiembre -las cifras a diciembre no se han hecho públicas- activos por valor de 661 millones de euros. Sin embargo, las ventas realizadas hasta octubre fueron de 543 millones de euros. Es cierto, que Servihabitat, la inmobiliaria del grupo, tenía compromisos de venta por otros 413 millones en ese momento. Pero en el lapso de tiempo en el que se ha podido concretar esos compromisos también han aumentado las adjudicaciones. La morosidad del sistema financiero se ha mantenido al alza a lo largo del año, hasta superar el 7,40% en octubre.