Balliu abre la nueva era de las tumbonas

El modelo Ona, a punto de patentar, es el resultado de dos años de investigación compartida

RENOVADORES.  Carme y Josep Balliu, en la nueva fábrica de la empresa de Caldes de Malavella, rodeados de los modelos de tumbona  que se exportan a 60  países.

RENOVADORES. Carme y Josep Balliu, en la nueva fábrica de la empresa de Caldes de Malavella, rodeados de los modelos de tumbona que se exportan a 60 países.

Josep-Maria
URETA

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Sentarse en el extremo de una tumbona, en la piscina o en la playa, y  que se vuelque porque era inestable en su extremo o costado es una experiencia habitual. Como estar tendido en una tumbona de respaldo regulable y cuando se intenta cambiar la altura se enganchan los dedos.

Las deficiencias de las tumbonas  en playas y piscinas dan para escribir un tratado de ineficiencia. Superar las malas prestaciones tan habituales exige la confluencia de dos polos: ser líder mundial en la fabricación y venta de tumbonas de piscina y playa; y disponer de un centro de investigación  capaz de crear nuevas matrices de inyección del plástico. En la primera opción está Balliu, empresa dirigida por la segunda generación (Josep y Carme Balliu), cuya producción de tumbonas, sillas y complementos, han creado y mantenido un par de meritorias plantas industriales en Caldes de Malavella.

En la segunda, media docena de  ingenieros del centro tecnológico   Ascamm (que tiene su origen en la matricería, justo lo que necesitaba Balliu), que han diseñado el prototipo de una nueva tumbona que supera todos los defectos de las actuales.

Jordi Pascual, gerente de Balliu, confirma que la elección estratégica de la compañía, que ya es líder mundial en tumbonas para piscinas y playa, es crear un nuevo modelo que responda a todas las exigencias previsibles del usuario: estable, te sientes o te levantes desde cualquier esquina -propileno bien procesado-, confortable en su parte textil, poliéster recubierto. Todo fabricado por 80 operarios en la factoría urbana  de Caldes de Malavella y en la fábrica,  bien visible, junto a la C-35.

Presentación

En diciembre se conocerá la Ona, la nueva tumbona diseñada -en su forma y en el proceso de producción de piezas- durante dos años entre Balliu y Ascamm. Ona será hermana de Eva, Lola, Carmen...  las otras tumbonas que han salido de Caldes de Malavella desde los años 60 y que están, hoy, en más de 60 países. Su presentación oficial  se hará en la feria Spoga de Colonia, en el 2016.

Pascual explica que la facturación anual de nueve millones de Balliu quedará muy reforzada cuando Ona se asiente en las piscinas de los hoteles de cuatro y cinco estrellas de todo el mundo. Su fiabilidad cuenta con el más exigente de los tests de calidad, el de EEUU, país muy sensible a que una tumbona no discrimine al usuario por su peso.

Josep y Carmen Balliu, segunda generación de la empresa, herederos de la vocación industrial innovadora, han invertido 600.000 euros para fabricar la Ona (alude también a la forma ondulada del prototipo, aún secreto) lo resumen así: inyectar una nueva tumbona, 1,20 minutos. Concebirla, hasta cinco años.

«Fuimos estacionales, sol, playa y hotel en la costa, ahora somos globales, estamos en todas partes todo el año», describe Pascual. Sin saberlo, cualquier ciudadano ha estado sentado o tumbado en uno de los 40 modelos de Balliu.  Descansando.