Bacteria antituberculosis

Manremyc prevé en el futuro sellar asociaciones con gobiernos y oenegés para la distribución masiva de su suplemento alimentario contra la tisis tras un acuerdo con una farmacéutica con sede en Singapur

CRECIMIENTO. Cardona, izquierda firma el acuerdo con Suchet Rastogi, presidente de SRS Life Sciences, durante el certamen farmacéutico CPhl Worldwide.

CRECIMIENTO. Cardona, izquierda firma el acuerdo con Suchet Rastogi, presidente de SRS Life Sciences, durante el certamen farmacéutico CPhl Worldwide.

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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La tuberculosis mata anualmente en el mundo a 1,5 millones de personas. Solo en Catalunya, cada año se infectan unas 1.200 personas que desarrollan  la enfermedad y unas 10.000 nuevas infecciones. Manremyc, una compañía surgida del Institut de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP), en Badalona, se ha propuesto contribuir a erradicar esa enfermedad infecciosa.

Tras sellar un acuerdo con la farmacéutica SRS Life Sciences, con sede en Singapur, para comercializar su suplemento alimenticio Nyadiditum resae contra la tisis, en 16 países de Asia y África espera entrar en el futuro en una etapa nueva. En esa fase se trataría de llegar a asociaciones con gobiernos oenegés para la distribución masiva de su producto a precios asequibles.

«Es un proceso natural», dentro de la estrategia de la compañía explica Pere-Joan Cardona, consejero delegado de Manremyc. De hecho, la empresa, creada hace tres años, ha sido reconocida con el certificado B-Corp, que se otorga a compañías con alto impacto social. En España solo 12 empresa ha recibido ese reconocimiento.

Lo cierto es que «el tratamiento indicado son los antibióticos», que con el transcurso del tiempo pierden su efectividad y «en los países pobres no hay alternativa». En todo caso, la mortalidad puede ser muy baja si se trata a tiempo con antibióticos, lo que muchas veces no es posible en países en vías de desarrollo. Y no solo en esas zonas sino que en el mismo Londres, una de las capitales financieras a escala mundial, «existen barrios con incidencias de tuberculosis como en África», afirma Pere-Joan Cardona.

El suplemento alimenticio tiene su origen en los trabajos que hace siete años se realizaron en la Unidad de Tuberculosis Experimental (UTE) del IGTP, dirigido por el propio Cardona.

Al tratarse de un suplemento alimenticio su salida al mercado no requiere tanto tiempo como un medicamento, aunque se llevó a cabo una fase clínica I para probar su eficacia y también se realizan ensayos clínicos en diferentes países.

VENDER A TERCEROS

El modelo de negocio de Manremyc consiste en vender a terceros su principio activo, que estos adaptan a sus mercados, con los precios más adecuados a los potenciales clientes. Los ingresos para Manremyc proceden de un porcentaje de las ventas que se realizan.

Además del acuerdo con SRS, la firma manresana selló pactos similares con la farmacéutica catalana Reig Jofré para la distribución en Europa; y con Tablets India, para ese país y Nepal.

El pacto con SRS Life Sciences incluye la distribución en Angola, Etiopía, Filipinas, Georgia, Indonesia, Kazajstán, Myanmar, Nigeria, Papúa Nueva Guinea, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Ucrania, Uzbekistán, China y Vietnam.

El producto de Manremyc se fabrica en base a una bacteria muy similar a la que causa la tuberculosis, que se encuentra en el agua potable, pero que  el cuerpo identifica como un alimento.

Al haberse identificado esta bacteria en el río Cardener, en Manresa, donde la compañía tiene su sede (de ahí su nombre, compuesto entre las tres primeras letras de la capital del Bages y las tres primeras de microbiología, pero en inglés), a la bacteria la bautizaron como Mycrobacterium manresensis. Esta produce una respuesta inmune protectora y es recomendable para todas las personas infectadas o en riesgo de serlo.

Con el acuerdo con la farmacéutica con sede en Singapur, el Nyaditum resae llegará a más de cinco millones de personas a un precio asequible, según explica Cardona. Suchet Rastogi, presidente de SRS Life Sciences, destacó tras sellar el acuerdo con la compañía manresana que su objetivo es «llevar este producto innovador al mercado lo más rápido posible».

Además de Cardona, Isabel y Jaume Amat, Cris Vilaplana y Xavier Berthet, como fundadores, la empresa cuenta en su accionariado con el IGTP; la familia Puig de Dou, una 'family office' titular de Kymos Pharma Services; así como los inversores sociales Carolina Rius, a través de Inquve, o Roger Valsells, consejero delegado de Nuriolma.

En los planes de Manremyc figura el año 2020 como el punto de equilibrio en sus cuentas. El objetivo es empezar a facturar el año que viene, explica Cardona.