Análisis

Angela Merkel en la encrucijada

JOSÉ CARLOS DIEZ

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Es la primera vez desde la segunda guerra mundial que una recuperación económica en Alemania no beneficia la intención de voto del canciller. La intuición lleva inmediatamente a asociar debilidad política con la tragedia griega y el rechazo de la sociedad alemana a avanzar en el proyecto europeo. Pero la oposición socialdemócrata de la SPD tiene un discurso europeísta, apoya la creación de eurobonos y lleva un año ganando todas las elecciones regionales, incluso enländer históricos de la CDU.

Alemania también tiene suBeer Party.Lo lidera la CSU, socios deMerkel de Baviera, y tiene el apoyo de una parte de la élite empresarial e intelectual.Jürgen Stark,hasta el viernes economista jefe del Banco Central Europeo, representaba fielmente sus férreos valores como un caballero cruzado en la institución garante de la estabilidad del euro. Hasta la pasada semana,Merkelha estado intentando apaciguarles para evitar una posible escisión que pusiera en riesgo su frágil coalición de gobierno. Pero sin darse cuenta ha ido perdiendo el centro político que es el único lugar desde el que se puede aspirar a ganar elecciones.

Por el camino, la canciller ha ido dejando una desastrosa gestión de la crisis griega y utilizado a los mercados para infligir disciplina a los países sureños. Pero el dóberman ha mordido la mano de su dueño yMerkelha perdido el control. En la última semana, el fantasma de Lehman Brothers ha sobrevolado Europa. Ahora sería un país soberano, por lo que sus implicaciones serían incluso peores. Tras verse tan cerca del precipicio, con los bancos alemanes desangrándose en bolsa y las empresas industriales germanas viendo cómo sus pedidos comienzan a caer, la cancillera ha decido rectificar su estrategia suicida.

Merkelha llamado al orden a sus correligionarios más duros que sueñan con ver a Grecia fuera del euro y que alientan el temor de los mercados hablando de quiebra desordenada y filtrando informes que anticipan los efectos de dicho evento. Parece que la cancillera opta ahora por la sensatez y por resolver la tragedia griega de la manera más ordenada posible. ¿Cómo se hace una reestructuración ordenada?

Sin duda, es la pregunta del millón de dólares. La respuesta es sencilla de escribir pero necesita voluntad política ya que alguien tiene que asumir la pérdida. Técnicamente la solución es trivial. Imprescindible, Grecia debe permanecer en el euro. Hay que cumplir la hoja de ruta de la Cumbre Europea del 21 de julio. Hay que ampliar la deuda en reestructuración y el porcentaje de quita del 20% acordado al 40%-50%. El país heleno pagará en el 2012 el equivalente al 7% de su PIB en intereses de la deuda pública, y hay que bajarlo a la mitad. Además, hay que concentrar parte de los fondos de cohesión y Feder en Grecia el año próximo para sacarla de la recesión y ponerla a crecer. Por último, aunque no por ello menos importante, los nuevos bonos reestructurados tendrán que tener el respaldo de un eurobono. Si se hace todo esto en seis meses o un año Grecia volverá a emitir bonos y los inversores los comprarán por la elevada rentabilidad y la garantía del eurobono. Conviene no olvidar que la codicia de los inversores es mayor que su memoria.

Esto acabaría con la crisis de la deuda europea pero no con el riesgo de recesión que ha aumentado significativamente en Alemania, en Europa y en el mundo en los dos últimos meses. Para elloMerkeldebe abandonar su gran bandera política: las bondades milagrosas de la austeridad fiscal. Tras el aumento vertiginoso de la deuda pública desde el 2007, el mundo y los países europeos no están en condiciones de poner en marcha ambiciosos planes de estímulo fiscal. Pero es urgente dar un año más de plazo para alcanzar el objetivo del 3% de déficit público en el 2014.

Inversión parada

Las previsiones de crecimiento para el 2012 se han revisado significativamente a la baja en toda Europa, también en EEUU, y el aumento esperado de los ingresos públicos no se cumplirá. El ciclo de inversión mundial prácticamente se ha parado y la confianza de los consumidores europeos y estadounidenses ha caído con fuerza este verano. Esto anticipa un escenario de debilidad de demanda y si Europa sigue adelante con sus planes de recorte del gasto público tan abultados, las probabilidades de recesión en el 2012 son elevadas. La obsesión por la austeridad provocó la recaída en la recesión en 1937 tras la Gran Depresión y algo deberíamos haber aprendido desde entonces. El problema es que la cancillera sigue diciendo a sus ciudadanos que crecen al 3% y que crean empleo, sin advertirles de que vienen curvas. Su cambio en la resolución de la tragedia griega es un gran avance.Merkelse resiste a acabar con la austeridad, pero tendrá que hacerlo muy pronto.