La estrategia del primer banco de la eurozona

Ana Botín ofrece continuidad para alargar el éxito logrado por su padre

Ana Patricia Botín, presidenta del Santander, al término de la junta de accionistas en el Palacio de Exposiciones en la capital cántabra.

Ana Patricia Botín, presidenta del Santander, al término de la junta de accionistas en el Palacio de Exposiciones en la capital cántabra. / EFE

ROSA MARÍA SÁNCHEZ / SANTANDER

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La nueva presidenta del Santander, Ana Botín, ofreció a los inversores "continuidad" para prolongar los éxitos logrados por su padre y antecesor, Emilio Botín, al frente del que ya es el primer banco de la eurozona. Pero también ofreció profesionalidad, para acometer los nuevos retos por encima de su condición de hija del jefe de un banco que hace muchos años que dejó de ser familiar para pasar a ser propiedad de fondos de inversión (alrededor del 50% del capital) y de pequeños accionistas.

"Asumo con gran confianza esta tarea, que llevaremos a buen fin porque conozco bien a nuestros equipos, su compromiso con el Santander, su alta cualificación y su dedicación a nuestros clientes", afirmó  ante accionistas del banco.

Ana Botín presidió su primera junta de accionistas desde que el miércoles pasado fuera designada por el consejo de administración de la entidad para suceder a su padre, Emilio Botín, fallecido el mismo día. "Mi ambición consiste en mantener esta trayectoria de éxito (consolidada por su padre) a la que voy a dedicar el mayor de mis esfuerzos", afirmó en la primera parte de su intervención ante los accionistas que acudieron al Palacio de Congresos de Santander para votar la propuesta de ampliar el capital del banco con el fin de adquirir el 25% de la filial en Brasil que no es titularidad del Grupo Santander.

Este era el único punto del orden del día en la junta, convocada en agosto. Pero el interés de asistentes y mercados financieros estaba en recibir los primeros mensajes de quien va a presidir una de los diez mayores bancos del mundo.

Tras recordar que los resultados de la entidad crecieron el 22% en el primer semestre, Ana Botín adelantó que los primeros datos del tercer trimestre confiman esta tendencia.

"Mirando a futuro, seguiremos en línea con esta estrategia y trabajaremos para afianzar aún más la cultura Santander, que es la base del crecimiento sostenible", dijo en alusión a la forma de hacer negocios de su antecesor "centrada en la banca comercial, en estar cerca de los clientes y ofrecerles elmejor servicio, con la voluntad de contribuir al progreso económico y social". Y para reforzar este mensaje, expresó su deseo de seguir trabajando "mucho tiempo" con el actual consejero delegado de la entidad, Javier Marín, hombre de la máxima confianza de Emilio Botín.

Frialdad

Vestida con atuendo oscuro -pantalón negro y chaqueta de raya diplomática con volante femenino en el escote- y un pañuelo anudado al cuello del color rojo corporativo del banco, Ana Botín dedicó su primer mensaje a su padre. "Quiero que mis primeras palabras en esta junta general sean un recuerdo muy especial a la memoria de nuestro anterior presidente Emilio Botín" y a los éxitos de sus casi 30 años en la presidencia del grupo.

En ningún momento se refirió a él como "mi padre", ni usó la palabra "familia", quizás para afianzar su perfil profesional, por encima de los beneficios que reporta llevar el apellido Botín.

Ana Botín leyó con frialdad un discurso en el que apenas se dejó notar el nerviosismo de quien sabe que todos los ojos se fijarán a partir de ahora en las palabras, gestos y decisiones de quien preside la primera entidad de la eurozona, uno de los diez primeros bancos del mundo y "una de las tres únicas grandes entidades financieras internacionales que ha atravesado la crisis sin pérdidas en un solo trimestre", según repitió dos veces. Todo ello -dijo- "gracias a su visión", la de su antecesor y padre.

La decena de accionistas que intervino en la junta transmitieron unas condolencias a Ana Botín y a su familia que ella agradeció "en nombre del consejo de administración y el banco". Apenas una sonrisa se le escapó del gesto cuando uno de los accionistas recordó las últimas palabras que le dedicó Emilio Botín en una junta: "No vendas, que vamos como una moto".

Entorno más difícil

"Continuar con la trayectoria de éxito de las últimas décadas no será fácil: el nuevo entorno competitivo y el entorno regulatorio son cada vez más exigentes", reconoció la nueva presidenta, quien ya ha accedido a que se la mencione en femenino y no con la palabra "presidente" (en masculino) que impuso durante su etapa en Banesto y en la primera biografía que difundió el Santander el día de su nombramiento.