La oferta turística de particulares duplica a la tradicional en Barcelona

Barcelona ha sido pionera en España en el alquiler turístico de casas particulares al margen de los circuitos tradicionales, lo que ha convertido a la ciudad en líder en este negocio con una oferta de plazas de alojamiento que duplica a la de la oferta de hostelería de todas las categorías. En concreto, cuenta con 137.196 plazas particulares de uso turístico frente a 78.402 en alojamientos reglados. En el conjunto de España la diferencia es más pequeña, 2,7 millones de alquileres privados frente a 2,4 de convencionales.

El dato resalta en un amplio estudio elaborado por dos relevantes consultoras, Nielsen y EY para Exceltur, la asociación que agrupa a medio centenar de las mayores empresas del sector turístico, y que ha solicitado al Gobierno que actúe contra un negocio que "se está saliendo de control".

El caso de Barcelona ha llamado la atención de Exceltur a raíz de las protestas de los vecinos en Ciutat Vella. Pero la solución a un fenómeno que no para de crecer se hace más compleja al tratarse de una actividad centrada en internet, con una regulación escasa.

GESTIÓN EN LA RED

De hecho, las 138.000 plazas a las que se refiere el informe son las gestionadas exclusivamente por una decena de plataformas on line, que tienen una cartera de negocio de más de un millón de plazas en toda España. Otras fuentes vinculadas al sector del alquiler turístico consideran que este dato es muy abultado porque algunas viviendas se anuncian en varias plataformas. Pero Exceltur aseguró que ha corregido este efecto en sus cifras.

Las ventajas para los usuarios son muchas, según admite el informe. La posibilidad de residir en una zona céntrica e histórica; el precio, menor que en los alojamientos tradicionales, y la independencia que da tener acceso a una cocina que permite al visitante más libertad de horarios para las comidas.

MENOS INGRESOS

El inconveniente para el sector, según denuncia Exceltur, es que el particular logra más ingresos que las empresas. En el caso de Barcelona, los ingresos recibidos por los propietarios por una vivienda de unos 56 metros cuadrados de 2,8 plazas en los barrios de Gràcia, L'Eixample y Ciutat Vella rondaría los 1.670 euros al mes.

Estos ingresos superan en un 126% los que se obtendrían si se alquilase a personas residentes por temporadas más largas. El particular se beneficiaría de la alta rotación de los inquilinos por los cortos periodos de ocupación.

Para el centro de Madrid se ha calculado un ingreso de 1.130 euros, el 43% más de ganancia que por un alquiler convencional.

Las grandes firmas agrupadas en Exceltur -cadena hoteleras, aerolíneas y empresas de alquiler de coches, entre otras- han tratado esta cuestión con el Ministerio de Industria, aunque no tienen una respuesta concreta sobre si tomará o no alguna medida. Exceltur pide, en concreto, que se actúe contra las plataformas de internet que intermedian en este negocio.

VACÍO LEGAL

También han traslado sus demandas, según José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, a la Generalitat. Según Zoreda el "vacío legal" que hay en muchas comunidades da lugar a la "impunidad". En el caso de Barcelona, subraya, se necesita una "revisión estratégica" de este fenómeno.

El informe señala que en Barcelona solo el 10% de las propiedades anunciadas en la red estaban inscritas en el registro turístico de la Generalitat.

La proliferación de este tipo de alojamiento en las grandes ciudades, que está cambiando los usos de los viajeros y de la economía, perjudica a la calidad de vida de los vecinos de los barrios afectados. Entre los inconvenientes que cita el informe están el aumento del ruido y de la suciedad, la pérdida de seguridad y la desvalorización de las señas de identidad de los barrios.

PISOS MÁS CAROS

También se está produciendo un aumento del precio de la vivienda en las zonas céntricas donde se concentra el alquiler turístico que está siendo abandonado por la población residente.

Estos apartamentos están exentos de pagar el IVA y muchos particulares no lo declaran como ingresos en el IRPF, y esta actividad pasa a ser economía sumergida. En este sentido, Exceltur calcula en unos 800 millones de euros anuales lo que deja de ingresar en Hacienda ante la falta de una regulación adecuada.