La situación laboral

Alarma por el aumento de la cifra de parados sin ningún ingreso

Una cola de desempleados en la Oficina de Treball en Terrassa.

Una cola de desempleados en la Oficina de Treball en Terrassa.

SALVADOR SABRIÀ
BARCELONA

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la prolongación de la crisis económica está provocando un fenómeno que empieza a alarmar a los sindicatos y a las administraciones: el incremento de la cifra de personas que están en paro y ya no tienen ningún tipo de ingreso, ni la prestación contributiva ni las otras coberturas previstas como subsidio, incluidas las últimas ayudas de 400 euros, porque ya han cubierto todos los plazos y continúan sin encontrar trabajo.

En Catalunya, según datos de UGT basados en las estadísticas laborales, se ha pasado de los 86.247 parados que no tenían ningún tipo de cobertura en noviembre del 2009 a casi el doble el pasado julio (161.262), una cifra que equivale ya al 28,2% de todos los parados que constan registrados en las oficinas de empleo.

Antes del verano se produjo un leve descenso de estas cifras por el repunte del empleo, que tanto sindicatos como empresarios calificaron de temporal. Los datos de agosto les dieron la razón a ambos. Y si se compara con la evolución del paro en el último año, la tendencia apunta a un aumento de la cifra de personas desprotegidas.

En junio del 2008, las personas con más de 12 meses en paro en ese mes rozaban las 70.000. Tras cuatro años de crisis, alcanzan las 210.000. Ese mismo mes, según la central sindical, «del total de personas en situación de paro de larga duración, un 46,77% (97.885 personas) lleva más de 24 meses en las listas del paro»,

ESCASA FORMACIÓN / Y no parece que vayan a poder salir de este pozo con facilidad, tanto por falta de cualidades personales para poder optar a un empleo como por la inexistencia de ofertas de trabajo. En un documento interno del Servei d'Ocupació de Catalunya, incluido en el proceso para transformar este servicio, se destaca que tanto las administraciones públicas como los sindicatos, las patronales y los especialistas en política laboral consideran que la clave para crear ocupación es la formación. Y se añade que esta adquiere relevancia «dado que aproximadamente el 51% de las personas que actualmente están en paro no son ocupables, por faltarles los niveles de formación y competencias requeridos actualmente por las empresas».

Los sindicatos no son tan contundentes en este punto, pero admiten que la cifra de desempleados de larga duración aumenta sin cesar y se prevé que lo haga más antes de finalizar el año. El Gobierno también apunta en la misma dirección. El pasado viernes, la secretaria de Estado de Empleo, María Luz Rodríguez, aseveró que el paro aumentará en los próximos meses dado el carácter cíclico de la economía española. Casi nadie apuesta por que se produzca creación de empleo antes del segundo semestre del 2012. Algunos, como el presidente del Cercle d'Economia, Josep Piqué, augura para España «al menos dos años de crecimiento muy débil y nula generación de empleo neto».

La paradoja de esta situación es que, a medida que aumenta el paro, baja la partida del gasto dedicada a pagar las prestaciones, precisamente porque se agotan los plazos de muchos de los desempleados y los que ingresan de nuevo en las listas tienen derecho en general a un periodo menor de cobro, debido a que han contribuido menos que sus predecesores.

NUEVO COLECTIVO DE RIESGO / En este sentido también es significativo el aumento en el último año de las personas desocupadas en Catalunya de 30 a 44 años que llevan más de 24 meses sin trabajo: un 68% más. Este porcentaje es muy superior al del incremento total de desempleados inscritos en las listas desde hace más de dos años, que subió un 51%.

Para Camil Ros, secretario de política sindical de UGT de Catalunya, este colectivo de 30 a 44 años que se está incorporando al grupo de parados de larga duración debería disponer también de políticas activas de empleo para lograr su inserción laboral «ya que la realidad está demostrando que estas personas están padeciendo la crisis de forma tan violenta como los otros colectivos».