OPINIÓN

Aeropuertos que dependen del poder británico

SALVADOR SABRIÀ

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El cierre del balance anual de pasajeros de los aeropuertos de AENA, en los que Madrid y Barcelona ocupan el primer y segundo lugar, ofrece unos datos como mínimo curiosos de cómo está evolucionando este mercado y de qué empresas lo controlan. Y una primera conclusión que se puede sacar es que tanto en El Prat como en Barajas, el holding International Airlines Group (IAG), fruto de la fusión de Iberia y de British Airways, en el que de hecho quien corta el bacalao son los británicos, es el rey de las pistas. En Barcelona, el grupo (del que forma parte también Vueling, y al que habría que sumar los vuelos que comparte con Air Nostrum) acaparó el 43% del tráfico de pasajeros. Y en Madrid, un punto más todavía, el 44%.

Otra constatación curiosa es que el récord de pasajeros de El Prat, el tercero anual consecutivo hasta situarse en 37,5 millones de usuarios, se debe casi en su totalidad a los incrementos de dos aerolíneas consideradas oficialmente como de bajo coste: Vueling y Ryanair. La primera aportó 1,5 millones más de pasajeros que en el 2013, y la irlandesa, medio millón más. Otras sumas destacadas del récord barcelonés las ofrecen otras compañías low cost: Norwegian Air captó 217.000 pasajeros más y ya es la sexta aerolínea de El Prat, y Germanwings puso otros 175.000 más. Las grandes firmas internacionales tradicionales prácticamente se estancaron, con excepciones notables como la de Emirates, con un crecimiento del 44% y 100.000 pasajeros más; o la de US Airways, con una subida del 33% y 37.000 pasajeros más. Y, finalmente, destaca la irrupción de Air China, que en ocho meses transportó 47.559 pasajeros.

Desde El Prat se puede volar a más de 130 destinos, pero la mayoría del negocio sigue centrado en vuelos punto a punto en España (10,2 millones de pasajeros) y entre ciudades de la UE. Y con un peso determinante de las compañías de bajo coste, con más del 64% del tráfico. Para unos, esta dependencia acabará siendo nefasta porque impedirá que se puedan poner en marcha más vuelos intercontinentales. Para los defensores del actual modelo, el aumento de las conexiones entre unas compañías de un tipo y las tradicionales (hasta ahora las únicas que ofrecen vuelos intercontinentales) es lo que permite que El Prat no pare de crecer en pasajeros y en destinos. Las apuestas de Emirates y de Air China parecen dar la razón a los que defienden esta segunda tesis. Los incrementos tan fuertes de Vueling y Ryanair apuntan más hacia la primera opción. A las autoridades catalanas y barcelonesas les tendría que interesar mucho poder incidir más en la política del aeropuerto, sobre todo ahora que parece que va en serio la privatización parcial de AENA.