La estrategia industrial

La crisis multiplica las empresas que apelan al consumo patriótico

Una empleada de Panama Jack en la tienda de Rambla Catalunya exhibe el lema de Bien hecho en España en su camiseta.

Una empleada de Panama Jack en la tienda de Rambla Catalunya exhibe el lema de Bien hecho en España en su camiseta.

ANTONI FUENTES / Barcelona

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El éxito arrollador de los bonos de la Generalitat ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el patriotismo como motor del consumo. Un número creciente de empresas están incorporando la apelación a consumir productos españoles como técnica de márketing y mecanismo defensivo ante la invasión de competidores a bajo precio. La apuesta tiene todavía más mérito ante el desgaste de la credibilidad española en los mercados internacionales debido a la crisis de la deuda pública.

Los trabajadores de las tiendas de Panama Jack sienten lo español en su piel. Visten una camiseta en la que se puede leer el lema incorporado por el fabricante de calzado de Elx de Bien hecho en España. Es uno de los ejemplos de las empresas que actúan de nuevos abanderados del made in Spain, un lema que ha cobrado más fuerza en plena crisis.

En un Estado que no se caracteriza por tener una marca de país tan potente como las de otros países como Alemania y Francia, el movimiento que defiende el consumo prioritario de productos españoles gana adeptos en empresas, administraciones y a través de blogs y páginas de internet.

NUEVA ESTRATEGIA EMPRESARIAL / «Hoy en día poder fabricar en nuestro país y ofrecer productos con una relación precio/calidad correcta y fabricados en España es el mejor mensaje publicitario. Por supuesto nos sentimos orgullosos de hacerlo posible y poder decirlo bien alto y claro», declara Antonio Vicente, presidente del grupo propietario de la marca Panama Jack.

La marca francesa Renault también ha apelado a la conciencia nacional de los consumidores al incorporar en uno de sus últimos espots un inusual eslogan de «fabricado en España» para los modelos Clio y Megane. El objetivo de la campaña era, según Jesús Presa, director de comunicación, «transmitir el lado español de Renault con el fin de defender el empleo en el país en un contexto de crisis». Ambos modelos siguen entre los más vendidos en España, un país en el que Renault suma más de 10.000 empleos con fábricas en Palencia, Valladolid y Sevilla.

El caso del fabricante de cerámica valenciano Vives es un ejemplo autodefensa. La marca ha incorporado el lema Diseñado y fabricado en España en su imagen, desde las cartas a los paquetes. La empresa justifica la decisión por los efectos negativos de las deslocalizaciones.

«No es de extrañar que los consumidores se sientan confundidos acerca del verdadero origen del producto, hasta el punto de sentirse engañados al comprobar que el producto que han adquirido ha sido realizado en un país diferente al que pensaban», advierte la firma.

IMAGEN DE MARCA CLARA / Los expertos en márketing son reacios a buscar al consumidor patriótico. Para Josep Maria Oroval, profesor de Esade, «los compradores tienen poca sensibilidad respecto al origen de los productos», pero en cambio valoran la imagen de marca conseguida mediante «una línea de actuación clara». Pone como ejemplos a Zara y Mango, los líderes de la confección en España, que son «marcas apreciadas en España y en el extranjero con independencia de dónde se producen las prendas que venden», aunque el diseño sí es made in Spain.

Sin embargo, la imagen de país o de ciudad sí abre puertas en los mercados exteriores, según Josep Maria Oroval. «La marca España ha funcionado bien el turismo pero necesita ser más global», añade. La última campaña del Gobierno con la imagen de la selección española de fútbol intenta explotar la victoria en el Mundial en beneficio de las empresas exportadoras.

Otra vía es la seguida por un número creciente de empresas que han aprovechado el tirón de Barcelona para vender ropa o bolsas en otros países. Mango, Lupo, Custo, Desigual y Diktons son algunas de las impulsoras de la nueva marca de la capital catalana. «Los consumidores nos perciben como una empresa de Barcelona, que es la ciudad que aparece en las bolsas de nuestra tiendas en todo el mundo», dice Enric Casi, director general de Mango.

Los sindicatos han sido tímidos en la defensa de los productos nacionales, a pesar de que destacan las ventajas que reportan sobre el empleo a diferencia de las importaciones. En contadas ocasiones han amenazado con un boicot a algunas marcas ante el cierre de una fábrica. El último caso fue ante el riesgo de que Piaggio trasladara la producción catalana a Italia. «Seguirían vendiendo motos con la marca Derbi, pero fabricadas en Italia y por ahí no pasamos», aseguró un destacado dirigente sindical.