Las turbulencias financieras

El Gobierno y el BCE alientan una sesión de euforia en los mercados

PABLO ALLENDESALAZAR
MADRID

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El clamor de los mercados a favor de nuevas medidas por parte del Gobierno español y el Banco Central Europeo (BCE) era tan grande en los últimos días como el escepticismo sobre su voluntad de emprenderlas. La reacción de las dos instituciones provocó, por ello, una oleada de euforia ayer entre los inversores. El Ibex 35 lideró las subidas en Europa con un alza del 4,44%, la mayor desde el rebote del 14,43% con que se acogió el rescate de Grecia en mayo.

El selectivo registró, así, su segundo mayor repunte del año y casi duplicó las subidas medias del continente (2,25%) en plena tormenta de la deuda pública. Los ataques de los especuladores y el temor cercano al pánico del resto de agentes del mercado se han contagiado a Portugal, España, Italia y Bélgica. Tanto que la subsecretaria de Asuntos Internacionales del departamento del Tesoro de Estados Unidos, Lael Brainard, llegó ayer a Madrid para entrevistarse con el Gobierno, antes de seguir viaje hacia París y Berlín.

Las medidas de privatización, recortes sociales y bajada de impuestos del Ejecutivo dieron un giro sustancial a la situación. La mejor prueba de ello fue la radical mejora que experimentó la prima de riesgo, que mide la posibilidad de impago que el mercado ve en el Estado. La diferencia entre el bono español a 10 años y el alemán de referencia se redujo drásticamente desde el récord histórico de 311 puntos básicos que marcó el martes hasta el en torno de los 250 puntos.

ESPERANDO A TRICHET / La actuación del Ejecutivo explicó el mejor comportamiento relativo de España, pero no fue el único elemento determinante. El consejo de gobierno del BCE se reúne hoy y unas declaraciones de su presidente, Jean Claude Trichet, el martes han sembrado en los inversores la expectativa de que adopte alguna iniciativa para estabilizar la atacada deuda europea. «Se tomarán (medidas) para estar a la altura de nuestro mandato y mantener la estabilidad del euro», apuntó.

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, fue ayer el primer miembro del Gobierno que marcó al BCE el camino a seguir, haciéndose eco de una demanda cada vez más extendida entre los políticos europeos. La compra de deuda pública española por parte del organismo, defendió, sería «más que razonable» y ortodoxa. «Lo hace el Banco de Inglaterra, la Reserva Federal de Estados Unidos, por qué no lo va a hacer el BCE», argumentó en Moscú.

POSIBILIDADES / El BCE puede comprar bonos en el mercado secundario: a los inversores, no directamente a los países. La medida contribuiría a reducir el interés al que se negocian, con lo que los especuladores que apuestan por su caída saldrían de ellos para no perder dinero.

El banco central, con todo, es poco amigo de esta medida, ya que aumenta el dinero en circulación y supone un riesgo de que suban los precios, lo que va en contra de su principal misión, que es controlar la inflación. Por ello, podría optar por ampliar las líneas de liquidez a la banca. Las entidades financieras son las más expuestas y la que más sufren la crisis de la deuda.