CONFRONTACIÓN ENTRE GOBIERNO Y SINDICATOS

Zapatero avisa de que la huelga no cambiará la reforma laboral

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ayer, en la Moncloa.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ayer, en la Moncloa.

R. M. S. / Madrid

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Los gritos de «Zapatero dimisión» coreados el jueves por miles de delegados sindicales de UGT y CCOO parecen no haber hecho mella, al menos por ahora, en el presidente del Gobierno. «Hay que estar preparado para todo en la responsabilidad que tengo y aceptarlo democráticamente», encajó ayer el presidente en la SER. Poco después, avisó a los sindicatos convocantes de la huelga general de que no lograrán su objetivo de hacerle rectificar. «El Gobierno por supuesto, va a mantener la reforma y mucho más una vez que está aprobada por el Parlamento», dijo. El presidente pidió tiempo a los sindicatos antes de juzgar la reforma.

En rueda de prensa junto al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, Zapatero volvió a manifestar su respeto a las críticas sindicales, pero les garantizó que la agenda de reformas «se va a cumplir». Según el presidente, «la economía y el mercado laboral español necesitan reformas y hay que hacerlas ahora; hoy hay que hacer sacrificios porque son la garantía del bienestar de mañana y el Gobierno va a cumplir con su responsabilidad». Las reformas de las pensiones y de las políticas activas de empleo están en la agenda inmediata.

El presidente aseguró que el Gobierno no tiene previsto acometer nuevos recortes para cumplir con la consolidación fiscal porque «hoy en día no hay una objetiva necesidad». Según dijo, «no va a hacer falta» aplicar un plan b de recortes para reducir el déficit público al 3% del PIB en el 2013.

Pese a la firmeza del presidente, el objetivo de la huelga general sigue siendo el de forzar una nueva rectificación del Gobierno. «Hasta el rabo todo es toro y hasta el último minuto se puede ganar el partido», expresó ayer el responsable de industria del sindicato UGT, Manuel Fernández Lito.

Los mensajes públicos que se están cruzando el presidente del Gobierno y los líderes sindicales toman mayor cariz de pulso a medida que se avanza hacia la huelga general. Con todo, aún no alcanzan el punto al que ayer llegó el socialista José Bono, presidente del Congreso. Bono dijo ayer, en Albacete, que para el Gobierno están antes los parados «que los delegados sindicales», que ya tienen un empleo.

EL CASO DE DON SIMÓN / Poco antes, en rueda de prensa Zapatero había afirmó que no siente «haber traicionado» a sus principios con la reforma laboral . «La reforma está aprobada por el Parlamento y confío en que va a dar resultados positivos, eso lo traslado a las organizaciones sindicales para que hagan una valoración una vez que esté en vigor, después de unos meses».

Pero, para los sindicatos, los efectos se están notando ya. Enseguida CCOO envió ayer un comunicado bajo el título, «Don Simón, primera empresa en despedir a 17 trabajadores en aplicación de la reforma laboral». Según Santiago Navarro, secretario general de la Federación Agroalimentaria de CCOO Murcia, «la empresa ha reconocido que no tiene pérdidas actuales» y ha argumentado la posibilidad de pérdidas futuras y el objetivo de mejora de la competitividad «para despedir con 20 días de indemnización a 17 trabajadores fijos antiguos para sustituirlos por otros más baratos».