Zoe Saldana: "En el espacio podemos patearle el culo a los hombres"

Tras 'Avatar' y la saga 'Star Trek', estrena otra película de ciencia ficción: 'Guardianes de la Galaxia'

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NANDO SALVÀ

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Conversar con Zoe Saldana confirma algunos de los tópicos a menudo manejados para describir el carácter latino. Extremadamente formal y algo distante mientras la charla transcurre en inglés, esta actriz neoyorquina de sangre mitad puertorriqueña mitad dominicana empieza a vociferar, agitar los brazos, lanzar risotadas al aire y escupir palabras malsonantes tan pronto como se impone el castellano. “Nada de lo que los demás digan de mí me importa una mierda, tú sabes”, confiesa a las primeras de cambio, y no hay motivos para no creerla.

Después de todo, se lo puede permitir: ha protagonizado 'Avatar' (2009) y la saga 'Star Trek', títulos que, combinados, han recaudado más de 5.000 millones de dólares. Y al parecer le ha cogido el gusto a los 'blockbusters': ahora estrena en España 'Guardianes de la Galaxia', en el que da vida a Gamora, una alien verdosa conocida como la asesina más letal del universo. “Es un género que me ha permitido florecer y expandir mis alas como actriz”, explica Saldana acerca de la alta presencia de cine de ciencia-ficción en su currículo. “Además, ofrece mejores oportunidades para las actrices. En los dramas o las comedias solemos quedar relegadas al papel de florero, pero en el espacio exterior podemos patearles el culo a los hombres”.

Una extraterrestre de color verde

Y es que, como también deja claro la mortífera matona a la que encarnó en 'Colombiana' (2011), Saldana siente predilección por personajes femeninos fuertes. “Mujeres con cojones”, las llama ella. “El 80% de los papeles que hay disponibles para mujeres podrían perfectamente ser eliminados de los guiones y nadie se daría cuenta”, lamenta. “Yo no quiero ser tan insignificante ni en mi vida ni en mi arte, porque el arte tiene que ser un reflejo de la vida”. 

En ese sentido, añade, aparecer en pantalla convertida en un extraterrestre de color verde o azul es una forma de mandar un mensaje. “Que no solo quiero ser tomada en cuenta por mi imagen. La presión que las actrices nos vemos obligadas a soportar a causa de nuestro aspecto físico no es justa”, opina. “Tengo 36 años y ya me he encontrado 'fokin' productores que me decían: ‘Tú ya estás un poco pasada’. En este negocio les gustan las carajitas, las frutas verdes”. Eso sí, considera que en ocasiones la mujer adopta una actitud resignada, y tiene palabras nada amables para aquellas que desaprovechan su potencial. “Las quejicosas y lloronas me sacan de quicio. Una cosa es tener miedos e inseguridades y otra muy distinta ser una comodona y una vaga”.

A la espera de empezar a rodar la segunda entrega de 'Avatar' y la tercera de 'Star Trek' el año próximo, Saldana tiene previsto estrenar a finales de este año el esperado biopic de Nina Simone. Su trabajo ha estado envuelto de controversia: muchos consideran que la actriz es demasiado bella y demasiado delgada –en general, demasiado hollywoodiense– para dar vida a la icónica cantante de jazz. “Es absurdo –replica ella–. Cuando trato de conseguir un papel escrito para una mujer blanca me dicen que soy demasiado oscura, y cuando interpreto a una mujer negra me dicen que soy demasiado clara. ¿No interpretó Elizabeth Taylor a Cleopatra, con sus ojazos azules y todo? Entonces yo puedo ser Nina. Ya es suficientemente duro ser una mujer en este planeta como para tener que ir haciendo caso de idioteces”.

Una mujer con fuerte carácter

Hacer caso omiso de los 'haters' es un arte que ha tenido tiempo de perfeccionar. De niña fue objeto de acoso y burlas cuando dejó Queens, Nueva York, junto a su madre y sus dos hermanas para instalarse en la República Dominicana, justo después de la muerte de su padre en un accidente de tráfico. “Éramos listas y hablábamos inglés, de modo que nos veían como niñas pijas, y nos maltrataron. Pero lo que no te mata te hace más fuerte”.

Y tampoco de sus primeros pasos en Hollywood guarda recuerdos precisamente buenos. Se sintió tan a disgusto rodando 'Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra' (2003) que llegó a plantearse dejar la interpretación. “Fue muy desagradable. Yo era muy joven y sentí que no había ninguna humanidad: Johnny Depp y el resto de actores fueron un encanto, pero, si no eras una estrella, el director y los productores te trataban como un trapo sucio”, recuerda. “Entonces me dije: ‘Si este es el tipo de trato que voy a recibir en este negocio, lo mando al carajo’, y me prometí que nunca más iba a morderme la lengua delante de nadie. Yo no me quedo callada, coño”.