Youssou N'Dour: "Si quieres llegar a la gente, la música es más rápida que la política"

Tras dos años como ministro de cultura de Senegal, el artista abre hoy la 20º edición del festival La Mar de Músicas con su disco 'Fàtteliku'

Youssou N'Dour

Youssou N'Dour / periodico

JUAN MANUEL FREIRE

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Su oficina avisa solo con unas horas de antelación, pero conversar con Youssou N’Dour, aunque sea por teléfono, es una propuesta que se acepta sabiendo que las prisas ("como debe comprender, es un hombre muy ocupado") están justificadas, porque es verdad.

'Hay un hombre en España que lo hace todo, hay un hombre que lo hace todo en España', cantaba Astrud en una famosa canción. En un hipotético 'remix' senegalés, seguramente ese hombre sería Youssou N’Dour, quien además del artista musical más popular del país africano ha oficiado allí como ministro de Cultura y es dueño de un periódico, una cadena de televisión, una emisora de radio, dos estudios de grabación, una compañía de microcréditos y parte de un 'nightclub'. El artista/empresario edita ahora su primer disco en tres años, dos de ellos dedicados a la política. Se llama 'Fàtteliku' y lo presentará hoy en el festival La Mar de Músicas de Cartagena. Él será el encargado de abrir la edición del 20º aniversario.

Asistir a una actuación suya es un poco como acercarse a esas 'soirées dansantes' (veladas con baile) por las que se conoce a Dakar, la capital senegalesa, en todo el mundo. "Lo que quiero traer a Cartagena será algo parecido a un 'best of' –detalla al principio de la conversación–. Lo mejor de Youssou de los últimos 20 años. De algún modo, quiero volver a presentarme al público, recordar quién ha sido Youssou. Yo no había dejado la música, como se ha dicho. Solo la había aparcado temporalmente para adentrarme en una misión por la salud de mi país. Estuve muy metido en mi trabajo y creo sinceramente que ayudé a Senegal. Ahora ya no soy ministro y tengo más tiempo.Y cuando tienes más tiempo, puedes permitirte soñar con las cosas que amas. Así que me apetecía celebrar la tradición musical del país con un disco que fuera, a la vez, moderno. Suelo usar el adjetivo 'tradimoderno".

'Fàtteliku' son cuatro canciones, cuatro temas populares que el artista ha actualizado pensando en las nuevas generaciones, "necesitadas de conocer su tradición". 'Hits' de Samba DiabaréSamb, NdiagaMbaye, Lalo KébaDramé... La conciencia del cambio de los tiempos está impresa en la forma de presentarlas. En lugar de hacer un álbum y que, como sucede ahora, nadie tenga el tiempo o la paciencia de escucharlo entero, Youssou ha preferido lanzar cuatro temas que puedan tener un impacto real. Es, de hecho, lo que se plantea hacer durante los próximos 6 o 10 años, siempre alrededor del Día de la Independencia de Senegal, el 4 de abril. "También tengo algún plan para un álbum. Pero lo que más me apetece ahora es actuar en vivo. Como en Cartagena. Ha pasado mucho desde que canté por última vez en España", reconoce.

Incursión en la política

En el 2008, Youssou manifestó a 'The Guardian': "Quiero usar mi música para lanzar un mensaje político… pero no quiero ser político. En política a veces tienes que mentir o hacer una promesa que no puedes cumplir. Si juegas un papel político tienes que dejar de ser un artista". Al final quiso ser político y por eso, a principios del 2012, dejó aparcada su carrera musical para abordar lo que llamó "el supremo deber patriótico" de presentarse a presidente. N’Dour fue amigo del poco popular presidente Wade, pero entonces le acusó de "oír solo en mono, no en estéreo" e impedir la construcción de "un nuevo Senegal".

Eso era precisamente lo que Youssou quería proponer con su candidatura. Pero esta fue rechazada al considerar el Consejo Constitucional que no contaba con las 10.000 firmas necesarias para respaldarla (según el organismo, solo 8.911 pudieron ser identificadas y sus firmas validadas), mientras a Wade se le permitía aspirar a un tercer mandato gracias a una maniobra para reformar la Constitución.

La ira tomó las calles. Sobre todo la de los jóvenes, decepcionados por un doble mandato que solo había derivado en un desempleo creciente. Durante una concurrida manifestación en Dakar en febrero del 2012, Youssou fue herido en una pierna. No optó a presidente, pero su voluntad de dar la cara tuvo premio, y dos meses después, tras la victoria de Macky Sall sobre Wade, se anunciaba su elección como encargado de Turismo y Cultura en el nuevo gabinete de ministros.

Dos años después, ya caído del cargo, Youssou N’Dour dice haber aprendido varias cosas. "Que la política lleva tiempo y que el deseo es rápido, pero no la realidad". En cualquier caso, no se arrepiente de la experiencia: "Te sientes parte de algo que realmente puede influir en cómo la gente vive su vida, capaz de cambiar no solo a tu ciudad sino a todo un país. De repente empiezas a reflexionar sobre cómo todos los hombres son realmente el mismo. La política es humanismo –dice N’Dour–. Y también te das cuenta de por qué fallan las cosas. Por ejemplo, en Senegal el Gobierno debería facilitar el trabajo al sector privado. Eso haría crecer la economía", apunta.

Sea como sea, el paisaje es esperanzador. Según el Fondo Monetario Internacional, la economía de Senegal crecerá un 4,6% este año, el mayor crecimiento desde el 2007, y hasta un 4,8 en el 2015. "Senegal va por el buen camino, aunque aún queda mucho por hacer en cuestión de libertad y derechos humanos. Entonces se convertirá realmente en un buen lugar para vivir".

Él planea seguir luchando por ello, pero de nuevo desde la música, en su opinión un medio más rápido y creíble para llegar a la gente: "La música es poder. Si quieres llegar a la gente, la música es más rápida que la política. Al menos es así en Senegal. Los ciudadanos confían aquí más en los músicos que en los políticos”. Por ejemplo, durante las revueltas por el posible tercer mandato de Wade, los raperos senegaleses fueron la voz de los jóvenes.

Músico precoz

El músico recuerda que el virus de la música llegó a él a través de su abuela. "Yo pasaba mucho tiempo en su casa y ella solía cantar. También tenía un tío que era batería, así que oía música todo el tiempo. Al principio de mi carrera, mi familia no estaba convencida de que fuera cantante. Ahora es distinto, pero entonces la música no estaba muy bien considerada. Por eso tuve que demostrarle a mis padres que esta carrera era positiva, pacífica", recuerda. Su padre, mecánico en Dakar, habría preferido que su hijo pequeño fuera médico, pero el destino de N’Dour estaba cantado. Antes de cambiar la voz, ya cantaba en ceremonias de circuncisión. A los 13 años era profesional. Por sus actuaciones con el grupo Star Band – "donde hacíamos música de influencia latina, por entonces muy popular en mi país"– recibió entonces el sobrenombre de 'el pequeño príncipe de Dakar'.

Tras Star Band vendría la formación Étoile de Dakar, después convertida en Super Étoile de Dakar, el grupo que sedujo a Peter Gabriel en los 80. Sobre todo Youssou N’Dour, "una voz fluida y expresiva". Gabriel incluyó a la revelación senegalesa en su álbum 'So' –recuerden su aparición en el clásico 'In your eyes'–, se lo llevó de gira mundial y hasta acabó siendo padrino de uno de sus hijos. Y N’Dour, a su vez, de uno de los suyos. "Es un buen amigo mío. De entre los momentos mágicos de mi carrera reciente seguramente me quedaría con nuestro 'In your eyes' en la ceremonia anual del Rock and Roll Hall of Fame. Peter supo de mi música antes que mucha gente. Y ha sido uno de mis mayores defensores", recuerda.

Gabriel no es el único fan famoso de N’Dour, cuya mezcla del ritmo endiablado del mbalax con toda clase de géneros, de la rumba cubana al hip hop, del jazz al soul, ha admirado a artistas de todo el mundo. También ha colaborado con Sting, Paul Simon, Bruce Springsteen, Ryuichi Sakamoto...

Su canción más popular hasta la fecha sigue siendo '7 seconds', una colaboración con Neneh Cherry que arrasó en los años 90. Ambos siguen en contacto. "Hace un mes hablamos sobre si podría venir a verme a Senegal. Desde luego, somos amigos. Creo que ha grabado un nuevo álbum, ¿verdad? No lo he escuchado. Siempre hay música nueva por escuchar, pero lo mío es el soul clásico y el folclore de África. No sé qué está pasando ahora mismo. Escucho más cosas de los 80 que de ahora", reconoce.

Polémica defensa del islam

Su relación con la industria no ha sido fácil. "Las grandes compañías no saben cómo tratar con los artistas africanos", dijo una vez. A principios de los 90, Virgin se deshizo de él tras las pobres ventas de 'The Lion' y 'Set'. Y otra multinacional, Columbia, haría lo mismo tras el fracaso de 'Jokoen' en el 2000. ¿Cómo se puede mantener la fidelidad a las raíces y, a la vez, ofrecer un producto asequible para públicos diversos? Es una lucha complicada en la que Youssou parecía incómodo. Tras los vanos intentos de encontrar ese equilibrio, regresó con fuerza con obras como 'Nothing’s in vain (Coono du réer)' y, sobre todo, 'Egypt', el disco que le valió un Grammy en el 2005.

Fue una maravilla con polémica: Youssou N’Dour pedía tolerancia hacia la versión senegalesa del islam, lo que fue malinterpretado por algunos (eran los delicados tiempos tras el 11-S) y le llevó a cancelar una gira por EEUU. "Soy un musulmán moderno –dijo en el 2004–. No debería ser necesario matar a una sola persona por el islam". Él quería mostrar otro posible islam, pero para algunos solo el término ya es sinónimo de extremismo. 

El año pasado, Youssou recibió el Polar MusicPrize, el mayor honor musical de Suecia. En parte por la música y en parte por promover el entendimiento entre creencias. Como uno de sus héroes, o su mayor héroe y modelo, Nelson Mandela. Youssou N’Dour organizó un concierto por su liberación en 1985. Cuando le pregunto por él, se hace un silencio momentáneo al otro lado de la línea. "Es mi héroe, alguien que ha representado a África positivamente, que ha luchado por la libertad, la tolerancia… Uno de los hombres más respetables del mundo", dice.

Youssou lidera ahora New Africa, un movimiento por la paz en Centroáfrica alimentado por las ideas de Nelson Mandela. "Es el espíritu del movimiento, el cerebro invisible de nuestra propuesta". Sigue preocupado, pero rechaza la idea de presentarse como candidato a las elecciones presidenciales del 2017. Según algunos analistas políticos, su primer objetivo es ser alcalde de la capital de Senegal. Y en el futuro, probablemente, volver a presentarse a presidente. El pequeño príncipe de Dakar quiere reinar.