Sinéad O'Connor: "Desde el escenario puedo oír llorar a los hombres. Hombres crecidos, además"

La cantante irlandesa abre este viernes en Cartagena el festival La Mar de Músicas, mientras sigue dando titulares que nada tienen que ver con su carrera musical

Sinéad O'Connor

Sinéad O'Connor / periodico

JUAN MANUEL FREIRE

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Alegra que te concedan una entrevista conSinéad O'Connor, la celebrada cantautora irlandesa, pero a la vez genera cierta inquietud: abundan las historias sobre sus cambios de humor, sus estallidos de carácter y la dificultad para comunicarse con ella. La artista reconoció en 2007, en una famosa entrevista con la presentadora norteamericanaOprah Winfrey, en la que llegó a dar consejos aBritney Spears, su condición debipolar, motivo último de la cancelación de su gira de 2012 en Estados Unidos. "La mejor forma que tengo de describirlo es que estás tan triste, tan terriblemente triste, que eres como un cubo de agua con agujeros -confesó O'Connor a Winfrey-. Cada poro de ti está llorando y tú no sabes qué te pasa ni por qué".

Cuando saluda por teléfono, Sinéad no suena demasiado efusiva, lo que dispara mis alarmas. Tampoco espero el recibimiento que se reserva al mejor amigo, pero el tono es tan apagado que sé que esto será difícil. Quizá no tanto como esa entrevista en la queStephin Merritt, de The Magnetic Fields, me colgó el teléfono en mitad de una pregunta. O aquella en la que Kelis, la diva del R&B, trató sin éxito de casar dos sílabas seguidas. O todas las que me han contado del personaje más difícil de entrevistar del mundo:Lou Reed. Pero tiene el aspecto de ser una experiencia frustrante.

Frustrante porque realmente me apetece hacer esta entrevista, como le digo: "Es un placer conversar con alguien a quien admiraba cuando empecé a escuchar realmente la música". Eran los tiempos en que Sinéad O'Connor era una celebridad por cuestiones artísticas. Era la chica de la cabeza rapada, ojos de cierva y voz hiriente que lloraba en un videoclip en primer plano. La canción era'Nothing compares 2 U', un original de Prince que ella hacía completamente suyo, con su voz inimitable pero muy imitada. El disco al que pertenecía vendió siete millones de copias. Luego llegaron las polémicas. Se negó a aceptar un premioGrammy en 1991 justificándose en la premisa de que el 'show' "se basaba en la comercialidad". Un año después, rompió una foto del papaJuan Pablo II en el programa de la televisión americana 'Saturday Night Live', en una señal de protesta contra los abusos infantiles en la Iglesia católica. Dos semanas después era abucheada en un tributo aBob Dylanen el Madison Square Garden. Y sin embargo, siete años después se hizo ordenarsacerdote por laiglesia latina tridentina, no reconocida por Roma.

Confusión sexual

En 2000, en una larga entrevista de portada con la revista lésbica 'Curve' para promocionar el disco 'Faith and courage', declaró: "Diría que soylesbiana. Aunque no he sido muy abierta al respecto y durante la mayor parte de mi vida he salido con tíos porque no me sentía necesariamente cómoda con el hecho de ser lesbiana. Pero en realidad soy lesbiana". Y cinco años después, relataba a la revista Entertainment Weekly: "Soytres cuartos heterosexual y un cuarto lesbiana. Me decanto un poco más por los tipos peludos".

Sinéad O'Connor no ha dejado de publicar discos desde que debutó a finales de los 80 con'The lion and the cobra', pero su vida personal ha eclipsado su obra en los últimos años. En abril de 2011 rompió con su tercer marido. Meses después, se lanzaba a la búsqueda de un nuevo compañero a través de su sitio web oficial. Publicitó su preferencia por los hombres que practican el sexo anal. Era un mensaje de una franqueza abrumadora: "Dejadme que lo aclare. Todo hombre que yo contemple tiene que practicar el sexo anal. Sí, practico el anal y, de hecho, sería profundamente infeliz si hacer (sexo) anal no estuviese en el menú, entre todo lo demás". Encontró al compañero ideal y lo estropeó todo buscando crack la noche de bodas.

Un disco complejo y honesto

A sus 46 años, con un vida realmente vivida, Sinéad no tiene nada que demostrar a nadie, salvo a sí misma. De su último disco, el celebrado'How about I be me (and you be you?)',asegura que solo lo hizo para ella, pero con él ha conseguido por primera vez en mucho tiempo que la gente gire la cabeza por sus canciones, y solo por eso. "En realidad, no pienso en los demás", afirma, con un tono muy frío; de poco ha servido intentar ablandarla con mis recuerdos de infancia. "No sabía que iba a gustar ni tampoco era algo que fuera buscando. Era algo irrelevante para mí", explica.

El disco puede considerarse unéxito, aunque no en el sentido de haber hecho un gran ruido en listas. Tampoco es que eso le quite el sueño. "Nunca he sido una artista de listas", asegura, aunque 'The lion and the cobra' vendió dos millones y medio de copias en todo el mundo. Y el siguiente,'I do not want what I haven't got', el del 'Nothing compares 2 U', hasta siete.

Es una pena que su nueva obra no haya acariciado esas cifras, porque es una colección compleja y honesta, con canciones en torno a problemas cercanos para ella, como las drogas y la autodestrucción: "Incluso robé el rosario de tu abuela, por 50 peniques / ¡Oh!, he sido una yonqui tanto tiempo", canta en 'Reason with me'. Ella dice: "Siempre he sido bastante honesta, creo que se me conoce por eso... Nunca mido mis palabras en exceso. Pero probablemente en este disco lo haya sido en particular. Creo que cuando peor te sientes, más honesto eres en lo que dices. Aunque eso tampoco significa que las canciones sean depresivas".

Incluso en algunas, como '4th & Vine' y 'VIP', hayhumor. Me habría gustado conocer a Sinéad en otro momento de su semana, en uno en el que podría haber escrito canciones como estas. "Son temas divertidos. Pero en el directo, en realidad, se advierte bastante mejor... porque las interpreto un poco en lugar de solo cantarlas".

¿Qué pasa si yo soy yo (y tú eres tú)? (así se traduce el disco) es un título de álbum que lo dice todo. Es una pregunta en forma de golpe en la mesa. ¿Hablamos del disco en el que más afirma su personalidad? "En los dos primeros también hay mucho de mí, pero en versión joven. Es más meditado, más maduro". En un momento en que el pop anda obsesionado con la adolescencia eterna, Sinéad escribe sobre preocupaciones de la edad adulta. "No, no tengo preocupaciones de la edad adulta". ¡Ah, vale! ¿Le ayuda actualmente alguna práctica religiosa? "No. Tan solo la observación paciente. Eso yCurtis Mayfield, que es la mejormúsica religiosa que existe. Creo que participar en el tributo del Lincoln Center del año pasado fue la cumbre de mi carrera. Hablo en serio".

La pasión del directo

Para la artista, los discos son apenas un puente hacia lo que ella considera su hábitat natural: elescenario. El 19 de julio ofrecerá una única actuación en España como artista inaugural deLa Mar de Músicas, en Cartagena. "Me gustan los discos, pero en realidad son excusas para dar conciertos. Necesito darlos. Estoy grabando un disco y pensando en qué me voy a poner cuando haga los directos". ¿Es cierto que oye a los hombres llorar desde el escenario? "Puedo oírlos. Se les oye fácilmente. Hombres crecidos, además".

Se entiende. Por ejemplo, Sinéad está empezando los conciertos con la canción'Queen of Denmark', su versión deJohn Grant, un hombre con el que se puede identificar, ya que no puede separar su música de su vida. Grant ha sufrido abusos homófobos, agorafobia, depresión, adicción a las drogas y alcoholismo, todo ello reflejado en sus discos. Y hace poco le diagnosticaron VIH positivo. O¿Connor y él se han hecho inseparables. Le gustaría que dejase de ser gay para liarse con ella. "A ver, ese hombre es maravilloso. Y el estribillo de la canción que versiono es el mejor nunca escrito. Es como mi canción favorita de la historia de la música. Imposible no sentir nada al escucharla", confiesa.

Pero en su próximo concierto promete tocar "material de todos los álbumes". Está contenta, sobre todo, de interpretar'Daddy I'm fine', una canción sobre sus ansias juveniles de trascendencia, su lucha por llegar a la cima y, al fin, el estrellato. La letra muestra a una Sinéad de otros momentos más felices. Esa que no conocí. "Y me siento realmente guay, y me siento bien / Tengo la cabeza rapada y mis botas altas negras / Me mantengo firme con mi orgullo en ristre / Y me siento atractiva cuando mi maquillaje está bien / Me vuelvo sexy bajo las luces / Como queriendo follarme a cada hombre a la vista".