Posteguillo mata a Trajano

El escritor valenciano presenta 'La legión perdida' (Planeta), con la que cierra su trilogía sobre el emperador "cuyos sueños eran mayores que Roma"

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LUIS MIGUEL MARCO

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Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) pone tanto entusiasmo al contar de viva voz sus historias de romanos que hasta la pareja de la mesa de al lado está abrumada con el despliegue pirotécnico. Estamos sentados en el restaurante El Llagut, en la Plaza del Rei de Tarragona, y el arroz se le enfría. “En casa las paellas las hace mi mujer”, precisa. Y se sirve una copa del blanco que ha elegido, Dido, un montsant fermentado en madera, para seguir hablando de su querido Marco Ulpio Trajano, el emperador romano al que ha dedicado la trilogía que cierra ahora y que, por cierto, pillaba unas buenas cogorzas.

'La legión perdida' es el título que acaba de llegar a las librerías (“y lamentablemente a alguna fotocopiadora y de ahí inmediatamente a la red”, añade casi resignado) y con el que sella una magna aventura que comenzó con 'Los asesinos del emperador' y siguió con 'Circo Máximo'. La editorial Planeta confía de nuevo en este alumbramiento. En su estilo, Posteguillo (Escritor Valenciano del 2015) es un autor que vende. Ya con su anterior trilogía, 'Africanus', sobre Escipión y Aníbal –publicada por Ediciones B–, se erigió como una de las voces más autorizadas en el género de la novela histórica: unanimidad entre lectores y crítica y dedo pulgar alzado para este profe con gafas graduadas y corta visión, quizá de devorar tanta letra impresa. Por cierto, Mediapro tiene entre manos hacer una serie con 'Africanus' y “ojalá” se pueda ver algún día en televisión.

"RECREO LA HISTORIA, PERO NO LA MODIFICO"

“Yo no soy historiador –estudió Literatura Creativa en Estados Unidos e imparte clases de literatura anglosajona en la Universitat Jaume I de Castellón–, pero he hecho un gran esfuerzo por ceñirme a las fuentes clásicas, Me documento todo lo que puedo y cuando no tengo a qué agarrarme, echo mano de la imaginación. Soy novelista: recreo la historia, pero no la modifico. La muerte de Trajano es muy dramática. Sabemos que la causa probable fue un ictus, quizá el veneno aceleró el deterioro, así que lo que hago es seguir su biografía tal cual, pero estiro el interés narrando las vidas de esos personajes secundarios que acompañan a los grandes personajes históricos, con ficciones que encajan con la historia principal y finales más positivos. Son como pequeños regalos que le hago al lector”. 

Y pone un ejemplo. “¿Una princesa de Partia en manos de Trajano? Aquí tengo un filón. Pero, ¿usted cree que algún historiador le había puesto nombre? No. Así que me paso más de una semana investigando para buscarle un nombre probable a ese personaje. De ahí surge la princesa Ariazate”, ilustra.

Posteguillo es un gran defensor de esos personajes femeninos que la historia ningunea. “Me cuentan que mis libros gustan bastante a los hombres porque narro muy bien las estrategias bélicas, la épica de las batallas y todo eso, pero me importa también mucho ahondar en los personajes femeninos. En esta novela hay varios muy potentes”. Tampoco se le escapa a Posteguillo que los lectores hoy son, básicamente, lectoras.

"NECESITO TIEMPO Y ESPACIO"

Esa es la arquitectura que apuntala, capítulo a capítulo, saltando en el tiempo, los tres libros dedicados a un emperador "cuyos sueños eran más grandes que Roma”. Ha empleado 1.200 páginas en este último. “Lo sé. Quizá parezca demasiado, pero necesito tiempo y espacio para explicar, en 'La legión perdida', la mayor campaña militar de Roma y para saltar del imperio romano al parto y, más allá, hasta al imperio han [China]”.

Da un respingo cuando le preguntamos si la editorial –y mucho seguidores también si revisamos los mensajes que le dejan en su página web– le han metido presión para acabar este gran lienzo de la antigüedad. “Debía entregarlo para que estuviera listo cara a la pasada Navidad. Pero, como yo digo, esto es como un vino de crianza. Hasta que no he considerado que estaba en su punto, no lo he dado por concluido. Mi editora, Purificación, es muy paciente conmigo”.

Ahora ya está presto para una promoción que será larga y que le llevará hasta Latinomérica. “El mercado anlosajón se resiste. Los británicos son muy buenos escribiendo sobre la antigua Roma, y muy chovinistas. Además, hay un problema de números: sale caro pagar la traducción de tantas páginas si no llegas bien a las estanterías. Pero estoy muy satisfecho de que mis obras se puedan leer en Italia. Eso significa que no están tan mal”, bromea

Aunque por el camino ha publicado también 'La noche en que Frankenstein leyó El Quijote' y 'La sangre de los libros', dos entretenidas obras de relatos sobre la historia de la literatura, siete años a vueltas con Trajano es mucho tiempo. ¿Cómo lleva tanto empacho de imperio romano su esposa?, le preguntamos. “Ella me apoya en esta locura –contesta–. La idea de hacer trilogías en parte es de ella. Recuerdo que cuando estaba escribiendo la primera, 'Africanus', llevaba 500 páginas y Escipión tenía solo 17 años. Se lo comenté a mi mujer en una zapatería y me dijo: ‘No pasa nada. Hazlo en tres partes’, y siguió mirando modelos. Ella es traductora de rumano y me ha ayudado mucho, sobre todo cuando estaba escribiendo sobre el paso de Trajano por la Dacia, la actual Rumanía”.

Se siente cómodo en el metraje largo Posteguillo. Recrea los detalles, cambia los puntos de vista, posa la mirada en el vencedor y en el vencido. Y es capaz de recrear en la mente del lector el tablero de una batalla como la de Carrhae, donde una legión entera, 10.000 tipos, cayó prisionera de los partos después de cruzar el Éufrates, por un error garrafal del cónsul Craso. De ahí viene lo de craso error.

LAS PELÍCULAS DE SEMANA SANTA

“Sin traicionar la historia, lo que más me importa es entretener al lector, que se meta en mi película”. ¿A usted cuáles le marcaron? “Las de romanos que todos veíamos en Semana Santa: 'La túnica sagrada', 'Ben-Hur', 'Espartaco'. El 'Julio César' que compuso Marlon Brando a las órdenes de Mankiewicz está muy bien. Más recientemente, 'Gladiator' era muy impactante. Y la serie 'Roma' de la HBO está bien. En cambio, 'Troya' y 'Alejandro' me parecieron un disparate. Me contaron que en el guion de 'Troya' los productores no querían que se vieran los soldados dentro para no desvelar el misterio. Pero ¿qué misterio?”.

De entre los autores destaca a su admirado Robert Graves, el autor de' Yo Claudio' y 'Claudio el dios y su esposa Mesalina'. “La miniserie de la BBC era también maravillosa. Yo estuve en la casa museo de Graves en Deià, en Mallorca, y su hijo, que conocía mis libros, me dejó sentarme en la mesa donde escribió esas obras. Fue un gran momento”, recuerda.

Posteguillo sería un guía formidable. “Ya ejerzo con mi familia y los amigos. El año pasado estuve en el sur de Turquía, donde murió Trajano, en la actual Gazipasa. Y me llevé a mi mujer y a nuestra hija, Elsa, que tiene ahora 10 años y es la que hace las fotos. La peque ha visitado con nosotros un montón de museos de Arqueología y encima come de todo cuando viaja”, explica. Le duele como a casi todo el mundo el expolio y la destrucción de restos históricos como Palmira por parte de los yihadistas. Y agradece al menos que Roma haya iluminado “como se merece” la columna de Trajano. “Y han recuperado los mercados y los han transformado en un museo bonito”.

Quien no sale muy bien parado en 'La legión perdida' es el emperador que sucede a Trajano: Adriano, del que nos dejó encandilados el libro de Margarite Yourcenar. “A ver cómo lo explico y que se entienda bien. Al gran público le falta una visión más matizada. La novela 'Memorias de Adriano' es hermosísima, lírica, psicológica... y ya me gustaría a mí escribir como Yourcenar. Pero lo que yo cuento de Adriano se ajusta más a la realidad”.

Recorremos con Posteguillo, el hombre al que muchas editoriales dijeron que no por su exceso de metraje, los restos del anfiteatro y del circo de la antigua Tarraco, donde también le esperan pronto para presentar su libro. Y después de Trajano, ¿qué? “Pues anoche, paseando el perro, di con la primera frase de la que será mi siguiente novela. Pero no puedo dar detalles. La editorial me mata si avanzo algo”.