Pablo López: canciones y copas

Pablo López, posando en el restaurante Casa Varela de Barcelona.

Pablo López, posando en el restaurante Casa Varela de Barcelona. / FERRAN NADEU

NÚRIA MARTORELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una de las primeras fotos que colgó en Instagram fue el tapón de una botella. El vino era Flor de Pingus (2009), el que bebe ahora en Casa Varela, el mismo restaurante en el que tomó aquella instantánea hace dos años. Su afinado olfato no es solo musical. "Un vinazo. Nunca falla", sostiene el cantante malagueño Pablo López, mientras sujeta la copa que le ha servido Jose Varela, su gurú en estas lides y con quien comparte esta cena. "Cuando Jose abre un botella, explica quién es el padre, la madre... quién ha plantado las uvas de las que procede... Te invita a un viaje en el que participan más sentidos que el gusto y el olfato. Comparte conocimientos que enriquecen y que guardo en mi disco duro. Tiene otra cosa muy buena: no te sale con tecnicismos marcianos para impresionar. Habla de forma cordial y sencilla, como si hablara de fútbol".

Jose es sumiller. Y recuerda perfectamente cuando conoció a este músico, nominado al Grammy Latino ya con su primer disco '11 historias y un piano' y que con el segundo, 'El mundo y los amantes inocentes', se colocó número uno en iTunes nada más salir. "Me llamó la atención el sincero interés, nada esnob, que tiene por el mundo del vino. Me he hartado de abrir botellas a gente que no le da el valor que merecen y no sabe disfrutar del momento".

Los recuerdos de Pablo se sedimentan por momentos vinculados al vino. Fue su tío Pepe quien le "enseñó a beber, con 16 o 17 años". El primer trabajo que tuvo fue como pianista en un restaurante de Fuengirola (La Casa, se llamaba). Y la altruista dueña [Inmaculada Mancebo] le mimaba llevándole al piano copas de vino que, por suerte, le "ayudaban a superar el pavor y la vergüenza". Ella es quien le dio a probar su "primer 200 Monges [Rioja]".

PIANISTA EN LOS HOTELES

Pablo López empezó como 'pianoman'. Tocaba piezas clásicas, jazz... "Hasta que un día vino a cenar la familia. Mi tío me animó a que cantara algo, la jefa me oyó y desde esa noche me obligó a hacerlo siempre". Así fue como descorchó su futuro. "Me abrió las puertas para actuar en muchos hoteles de la Costa del Sol. Ahí estaba yo, en los vestíbulos, con la gente que hacía el 'check in, check out'... Tenía la necesidad de captar su atención. Les observaba, escuchaba... Fue una mili. Lo más difícil es atraer al público. Y la indiferencia, el peor de los sentimientos. Entonces, como ahora, ganarse el aplauso era un reto".

No tiene antecedentes artísticos. Su madre, Lola, les crio sola, a él y a su hermano, trabajando de telefonista y luego de recepcionista en el mismo hotel durante 43 años. Hace solo tres meses que se prejubiló. La vocación de Pablo fue temprana, a raíz de enamorarse de un piano blanco que había en el colegio. Tenía 5 años y le preguntó al profesor si podía poner las manos encima. Cuando le pidió un piano a su madre, ella "temía que fuera un capricho de crío, y tampoco tenía recursos".

Con todo, a los 8 años le matriculó en el conservatorio. "Estudié los primeros cuatro cursos sin piano en casa. Ya era un niño raro,'frikeando' con la música. Al final, la pobre pudo comprarme uno, tirando de la tarjeta de El Corte Inglés. ¡Lo que llegó a pagar de intereses! Además, tuvo que cambiarme la cama por una plegable. Era o tocar o dormir. No cabía en la habitación. Recuerdo despertarme y golpearme la cabeza con el teclado". Cuando acabó el instituto se fue a vivir una temporada a Londres. Su compañero de piso le "obligaba" a ejercer de músico callejero "para pagar el alquiler".

"Qué gran ciudad. Y qué prohibitivo todo allí: comer, beber... La cerveza, ni la olía. ¡Imagínate el vino! Además, Gran Bretaña no tiene cultura general de beber vino como aquí o, sobre todo, como Francia". Jose, que acaba de pedir que sirvan tartar de atún con guacamole y kikos, constata: "En España también somos cerveceros. En nuestro caso, se debe al calor, a que la gente asocia la copa con el vino peleón... Hay que luchar contra esto". Pablo asiente. "Ahora vivo en Madrid y es curioso que con tanta cultura de calle que tiene esta ciudad sea tan difícil que te sirvan un vino en condiciones. No tienen referencias, o son malas: te lo ponen caliente, te llenan la copa demasiado... Total, que te sienta hasta mal".

AUTOR DE ÉXITOS DE MALÚ Y BUSTAMANTE

Los diez tragos del nuevo álbum de este autor de éxitos de Malú y David Bustamante destilan "solo buenos caldos". "Max Miglin, el dueño del estudio de Madrid en el que me encerraba a trabajar, me traía cada tarde una buena copa para que descansara unos minutos. El vino es inspiración. No solo para mí. Hay muchas letras que lo reflejan. El mismo Jorge Drexler hace muchas referencias al vino en sus canciones".

Jose añade que "es un gran desinhibidor y desbloqueador: hace que el melón vaya de otra manera", ríe, mientras saborea un canelón de 'confit' de pato y jamón. Pablo, que acaba de beber otra copa [Valdafoz 2001, Bierzo], rememora "una anécdota reciente que nadie sabe". "Alejandro Sanz me invitó a cantar con él No me compares en el Palacio de Deportes de Madrid y, conocedor de mi amor por los vinos, su asistente me preguntó cuál quería que me regalara esa misma noche. 'Si ya tengo uno en el camerino', le contesté. 'No, no. Uno que te guste', insistió. No era ninguna broma. Al terminar el concierto, me llamó Alejandro y me dio un Vega Sicilia Único 2000 (Magnum). Lo tengo guardado y no veas la de novios que le salen...". "¡No está hecha la miel para la boca del asno!", le aconseja Jose. "Cierto. Además, me he propuesto un reto, que no diré, y, si lo consigo, la abro. De lo contrario, quizá no".

A DÚO CON JUANES

Pablo López, que quedó segundo en la sexta edición de 'Operación Triunfo' ('Operación Triunfo' la ganadora fue Virginia Labuat), tuvo que esperar demasiado tiempo para publicar un primer álbum, que logró ser disco de oro. Ha sido asesor de Antonio Orozco en 'La Voz'; de David Bisbal, en 'La Voz Kids', y participará en el programa 'Top Chef'. Además, su canción 'El mundo' se convirtió en la sintonía de la serie 'El Príncipe' (Telecinco) y fue el aperitivo de un segundo compacto en el que colabora uno de sus ídolos: Juanes. Lo hace en la canción más social del trabajo: 'Tu enemigo. El hombre más rico del mundo', que Pablo compuso para él, y han terminado cantando a dúo. El álbum arranca de forma "sorprendente y arriesgada: como si fuera una obertura clásica, con arreglos de cuerda".

ESCRITOR POR NECESIDAD

Pero la mejor canción es 'Lo saben mis zapatos', que reza así: "No quiero correr/ lo saben mis zapatos./ No quiero pedir/ lo saben los ingratos". Todo fluye deliciosamente en esta composición hasta que llega al estribillo: "Yo te quiero matar/ y no lo sabe nadie". ¿Matar? En la siguiente estrofa, aclara: "Te quiero matar de amor".

Pero ¿acaso no hay otro verbo? "Matar, matar de verdad, pasa cada día y ni siquiera nos roza la sangre. Y no me refiero solo a los homicidios que salen en las noticias, sino a la cantidad de gente que cada día es asesinada sin que se sepa. No seré yo quien le quite importancia a esta palabra ni el que la utilice de manera frívola. La incluyo en un concepto poético, pensando en lo que transmite en el contexto en el que está", responde. ¿Y no teme la polémica? "Es fácil polemizar cuando se busca hacerlo. Cuando escribí esta letra no pensé en esto, sino en los sentimientos de este hombre que, de tanto amor, no los puede decir porque sería juzgado excesivamente".

Aclara que escribe por necesidad. "Cuando compuse la canción de Juanes, no estaba de actualidad lo que está sucediendo en Siria, ni lo que ocurre en la frontera entre Colombia y Venezuela. Ni Donald Trump decía sandeces sobre los latinos. Se me ocurrió después de que al pasar el control en un aeropuerto de Estados Unidos me encerraran en un cuarto porque me llamo Pablo López. La frontera es un espacio complicado, donde casi nunca se respira paz. Escribí la canción como experiencia personal. Soy honesto. Mi música no va a cambiar el mundo. El mundo no lo arregla quien se lleva un baño de masas, sino el tipo anónimo que se parte los cuernos por ayudar en primera línea". 

Para Pablo, que sus canciones sean a menudo más conocidas que él "no es ningún problema. ¡Todo lo contrario! Es para celebrarlo", asegura, mientras come el postre, buñuelos de chocolate, que acompaña con más vino tinto. "Claro que sí –brinda Jose–. La vida es celebración. Vamos a disfrutarla, no sea que apaguen la luz".

Los vinos escogidos de Pablo

Cortijo los Aguilares 

Pago el Espino

D.O. Sierras de Málaga

precio: 19 €

The chocolat block

Sudáfrica

precio: 29,90 €

Alión 

Vega Sicilia

D.O. Ribera del Duero

precio: 38,50-46 € 

Alain Graillot

D.O. Crozes-Hermitage 

precio: 21,85 €

Prado Enea Bodegas Muga

D.O. Rioja

precio: 36 €