Un mural 'primitipop'

Los 'showmen'-dibujantes Mikel Urmeneta, Andreu Buenafuente y Pablo Carbonell, y el paleontólogo Juan Luis Arsuaga redibujan la Prehistoria en Burgos

dominical 646 mural urmeneta y buenafuente

dominical 646 mural urmeneta y buenafuente / periodico

ANA SÁNCHEZ / Barcelona

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Esto es lo que habrían dibujado en la Prehistoria si hubieran tenido menos hambre y un espray.  “Un gran mural primitipop”. Fue la idea en chanclas que se les ocurrió el pasado verano en Zahara de los Atunes a un dibujante y un paleontólogo: Mikel Urmeneta, creador de Kukuxumusu, y Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca y director científico del Museo de la Evolución Humana (MEH). Cinco meses después, había montada una orgía paleo-pictórica frente al museo de Burgos. Solo había que seguir el sonido de los aullidos del humorista Pablo Carbonell.

9 de enero. Frente a un mural negro y un pelotón de mirones, cuatro homínidos armados con pinturas acrílicas, 'markers' y esprays. Cuatro seres prehistóricos: “Por cerebro, Pablo [Carbonell]; por sentimiento, Andreu [Buenafuente]; por conocimiento, Juan Luis [Arsuaga]; y por aspecto, yo”, se justifica Urmeneta. Iba a ser un mural a seis manos: las de Urmeneta, y los 'showmen'-dibujantes Buenafuente y Carbonell. Acabaron siendo ocho: el paleontólogo al final se arrancó a pintar (suyo es el cerebro con pluma).

Una orgía acrílica

“Va a ser jazz en pintura —adelantaba Carbonell—, improvisar uno encima del otro, pintura en estratos”. Así fue. Sin plan. Sin bocetos. “Todo es de todos —confirmó Urmeneta después—, porque continuamente y sin pudor intervinimos sobre los trazos de los otros”. Fue una orgía acrílica  —ocho horas duraron—, que dejó una mezcla de arte prehistórico, tebeo, grafiti y mi-querido-diario.

Se recomienda contornearse frente al mural como si fuera una gimcana cultural, y escudriñar con curiosidad de 'voyeur'. Se pueden encontrar mamuts, uro-liras (uros con cuernos con forma de lira) y bisontes que “parecen gallinas”, según ha añadido alguien a lo grafitero vandálico. Hay escenas de caza con aire de Kukuxumusu, huellas de australopinteco, algún pisotón humano del siglo XXI y una boina paletolítica, que “puede que defina a toda una civilización”, apunta Buenafuente. Está el hombre de Flores (el que los arqueólogos apodaron 'hobbit'), aquí con biquini hawaiano y un sospechoso parecido a Urmeneta. Hay una venus formato vermut y hasta una escena clásica de ligoteo Neandertal. No falta el 'Ecce hommo' versión restaurada, ni el eslogan antiterrorista Je suis Charlie. Ni 'free wifi'.

Como en la fachada de la Universidad de Salamanca, hay que descubrir una ranita escondida. Una excusa para perderse en los detalles. El mensaje subliminal que no se le debería escapar a ningún mirón: “Que la vida es mezcla, miedo, risa, muerte, vida, ruido, sexo, caza”, añade Buenafuente. Y hay moraleja arqueológica: “No hemos cambiado mucho”.