MONÓLOGOS IMPOSIBLES

Llega el pedrismo

Barril

Barril / periodico

JOAN BARRIL

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La verdad, llevo un par de meses espectaculares. Primero va y el Atlético se hace con la Liga y ahora voy yo y llego a la secretaría general del PSOE. Nunca he sabido del todo si soy más importante como secretario que como general. Dicen de mí que soy enérgico y vehemente, pero que en el fondo de mi vida política hay algún secreto que me hace especialmente seductor. Me miro al espejo y el espejo me da la razón: efectivamente, soy bastante resultón. Tal vez el más guapo de la liga política. No es que me preocupe demasiado, porque presidentes más bien feos ha habido bastantes, pero dicen mis asesores que el voto femenino, que no es tonto, sabe que la cara es el espejo del alma.

A mí que tanto me ha gustado desde siempre el baloncesto, me van los triples. Jugué en el Estudiantes, que es todo un símbolo de no estar nunca satisfecho con aquello que sabemos. No en vano tengo dos másteres sobre política y he escrito un libro sobre la diplomacia económica española que me sirvió para que en la presentación me acompañara lo más granado del PSOE. A veces, visto el éxito de estos meses, pienso que hay para volverse loco. No en vano, a la afición del Estudiantes se la llama La Demencia. Y algo intuyo en las bases del partido y en los votantes desanimados del PSOE que van a dar apoyo a la demencia de volver a ganar. ¿Cómo se puede aguantar a un Rajoy y a unos ministros que van recortando todo lo recortable? Sencillamente, no se puede aguantar si no es con el miedo y la mala prensa que rezuman los mentideros madrileños. Fíjate tú que hasta me quieren colgar el sambenito de que Blesa, el banquero de Caja Madrid, y yo somos más o menos como los hermanos Dalton. A ese Blesa cuando conviene se le defiende y se le convierte en mártir y cuando no conviene se le empala y se le empluma como a cualquier tahúr del Misisipí.

Pero no hay que preocuparse: vamos a regenerar, que es lo que siempre ha hecho el partido socialista cuando las cosas no van bien. Incluso Zapatero se puso a regenerar y hasta nos creímos lo de los brotes verdes. Me fue muy bien lo de Zapatero, porque Solbes le dejó plantado y gracias a eso yo pude ocupar su escaño en el Congreso de los Diputados. De lo que se trata es de no meter miedo y al mismo tiempo ponerse en el lugar del coletas de Iglesias y llevarse el gato al agua de todos los indignados.

Hay que matar al padre, aunque ese padre sea Felipe. Demasiada centralidad en aquel jarrón chino. Hay que volver a la izquierda y demostrar a los españoles que no solo soy un deportista ganador, sino que además sé idiomas y quedo bien por todo el mundo. Eso es lo que al fin y al cabo nos gusta: una demencia de gente cuerda. Ahora solo falta que el Atlético continúe ganando y que el Partido Popular se vaya despeñando solo. Con eso basta. Y para eso me sobro.