Katherine Pancol: "La vida es una mezcla de esperma y lágrimas"

La autora de 'Los ojos amarillos de los cocodrilos', un verdadero fenómeno superventas, regresa con un homenaje a la condición femenina: la trilogía 'Muchachas'

Katherine Pancol

Katherine Pancol / periodico

MANUEL LÓPEZ-LIGERO

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Ocurrió en Plaisance-du-Gers, un pueblo cercano a Lourdes, en el 2010. Era el mes de junio y Katherine Pancol (Casablanca, 1954) estaba sentada en la terraza de un café cuando la vio. Era una mujer muy bella, pero tapaba su rostro con unas enormes gafas de sol. Estaba embarazada de cuatro o cinco meses. Iba acompañada por su pareja y por dos preciosos niños pequeños. Podría haber sido una estampa idílica, pero no lo era. El hombre se acercaba a la mujer y le hablaba muy bajo. La reñía. Ella no contestaba. Aguantaba, temblando. A continuación, él se levantó y comenzó a pegarle, delante de los niños, delante de todos. "Yo intenté intervenir, pero soy una mujer y él era un hombre físicamente muy fuerte. No podía plantarle cara. Me detuvo. Me amenazó a mí también. Y la abandoné, que es algo que me duele en el alma. Pero no podía hacer otra cosa". En realidad, sí. Podía hacer algo que sí estaba a su alcance. Y lo hizo. "Decidí escribir un libro para esa mujer. Y mi sueño es recibir algún día una carta, un mail, que me diga: 'Señora, he leído el libro y me he reconocido. Y he conseguido salir. O quiero salir de todo esto".

Ese libro es 'Muchachas' (editado por La Esfera de los Libros), y ha traído a esta escritora de 'tournée' por España, un sitio por el que siente predilección. "Quiero mucho a España. ¡Y España me quiere mucho!", asegura riendo. "Fue el primer país, fuera de Francia, donde mis libros empezaron a tener éxito". El título es, de alguna manera, una forma de agradecimiento. Se titula Muchachas, en castellano, también en su versión original francesa. "Es un título bonito, ¿no? Suena bien, al menos para un francés. Es alegre, tiene sonoridad, tiene color. Color rojo. Evoca la vida, el movimiento. Y cuando lo vean los americanos dirán, '¡ah, no es solamente un libro francés, también es español!'. Y lo mismo ocurrirá con los lectores alemanes. Y eso me gusta. Además, ¡hoy todo el mundo habla español!".

Superventas

Pancol pertenece al grupo de mosqueteros 'best-sellers' de la literatura francesa junto con Marc Lévy, Guillaume Musso Anna Gavalda. Sus ventas se miden en siete cifras y su éxito es inversamente proporcional al favor de la crítica, que disfruta despellejándolos alegremente. Aunque Pancol tiene algo a su favor: escribe mejor que sus arrolladores camaradas. Eso se percibe cuando, en su última novela, narra la historia de Stella, una mujer que trabaja de chatarrera y que se enfrenta al miedo de un padre maltratador que tiene atemorizado a todo su pueblo. Muchachas adquiere entonces verdadero vuelo, retrata una pesadilla sórdida y asfixiante que baja de intensidad en el segundo tomo. Porque 'Muchachas' es una trilogía, o más bien una novela de 1.200 páginas troceada en tres partes. Y una novela coral, además, donde los fans de la escritora retomarán la historia de los burgueses personajes que ya aparecían en 'Los ojos amarillos de los cocodrilos''El vals lento de las tortugas' 'Las ardillas de Central Park están tristes los lunes'. Pancol baila entonces en el alambre, entre el tremendismo y la frivolidad. "La vida es frívola –defiende la autora–. No es solo el dolor, la miseria, las lágrimas. También son risas, es elegir un vestido, es disfrutar de la música. La vida es una mezcla de felicidad, desgracia, placer, dolor... Después de un entierro todo el mundo ríe, baila, hace el amor. El número de gente que hace el amor después de un entierro es increíble. Y eso es la vida. Una mezcla de esperma y lágrimas".

Sus personajes saltan de una novela a otra, a la manera de Balzac, un autor muy querido por ella. "¡Pero él es un gigante! ¡Yo soy muy, muy pequeña a su lado!", exclama antes de cantar las excelencias del autor de La comedia humana: "El verano pasado releí 'Las ilusiones perdidas', donde habla del oficio de escritor y de periodista, ¡y todo es igual hoy en día! La misma competencia, la misma manipulación, las mismas mentiras, el mismo tráfico de influencias...". Además, como lectora, destaca al "escritor sentimental. Balzac no es solo un genio a la hora de describir la sociedad. Conocía muy bien la condición femenina".

Primeros pasos, primeros consejos

Otro autor que le ha marcado, y este lo hizo directamente, fue Romain Gary, a quien conoció en los años setenta, cuando él redactaba 'La vida ante sí' y ella daba sus primeros pasos en el periodismo. "Fue mi amigo, me acogió bajo su ala, y fue la primera persona que leyó mi primer manuscrito". ¿Y cómo reaccionó? "¡Me dijo que lo tirara a la basura!", exclama Pancol estallando en risas. “En cuestiones literarias era muy severo. Pero era un hombre magnífico, más grande que la vida. Me enseñó cómo leer, cómo escribir, hasta cómo elegir un queso. Absorbía la vida por cada poro de su piel. Me influyó mucho”.

Mientras otros autores se movían en el universo del intelecto, Gary nunca tuvo miedo de hablar de los sentimientos. Y Pancol tomó buena nota. Y lo mismo pasó con la recomendación que en aquellos años le hizo Juliette Boisriveaud, su redactora jefe en 'Cosmopolitan'. "Escribe usted como una señora de 60 años", le dijo. Pancol se carcajea al recordarlo. "Tenía razón. Yo aún no había acabado la universidad y seguía las recomendaciones académicas: tesis, antítesis, síntesis, todo eso... Lo que me dijo Juliette fue formidable: 'Escriba como es usted en la vida'. Eso es lo que debe hacer un escritor, encontrar su propia voz, su ritmo, sus palabras. Cuando lees a Colette, sabes que es Colette. Y lo mismo pasa con Céline, con Shakespeare. '¿Quién eres tú?', debes preguntarte". Eso, ¿quién es Katherine Pancol? ¿Y qué edad tiene ahora como escritora? "¡Veinte años!", responde riendo.

Deriva banal de la literatura francesa

En Francia existe una corriente de opinión que lamenta la deriva banal de sus escritores más vendidos. Los que triunfan mezclan sus ficciones burguesas con enseñanzas mitad zen, mitad refranes de la abuela. La fórmula es replicada por decenas de autores hasta el punto de que hay quién duda de que un Proust o un Albert Camus encontraran hoy un editor dispuesto a publicarlos. "No es verdad –replica Pancol–. Eso lo dicen los envidiosos, los que no son publicados". ¿No cree que la figura del intelectual francés ha desaparecido? "Es la sociedad la que ha cambiado. En la época de Sartre y de Camus el pensamiento filosófico estaba en el centro del debate. Hoy no. No se escribe sobre la familia ni sobre la religión. ¿Quién escribe hoy de Dios? Nadie. Hoy el debate gira en torno al poder, el dinero y el sexo. Y no hay temas prohibidos. En cuanto al sexo, por ejemplo, puedes tener, ver, filmar todo lo que quieras. Ha habido una revolución sexual que lo ha permitido. Por eso, hoy, no hay un Georges Bataille".

Al desconcierto literario se suma el desconcierto político. El ascenso del Frente Nacional sorprende a un buen número de europeos (especialmente españoles, especialmente los de más edad) que veían en Francia una tierra de asilo y de libertad. ¿Qué pasa allí? "Pasa lo mismo que en España, que la gente está indignada ante tanta corrupción, tanta desigualdad, ante la impunidad de esas pequeñas élites que gobiernan el país. Y como François Hollande fue elegido para arreglar eso y no lo ha hecho, la gente le ha dado la espalda a la izquierda. En España la fórmula elegida ha sido Podemos. En Francia votan a Marine Le Pen. Afortunadamente, tenemos una segunda vuelta para impedir la catástrofe. Yo no sé qué haría si Le Pen fuera presidenta de la República. Me iría de Francia. Me largaría a la carrera". ¿A España?