Juan Pedro Cosano: "En un pleito está la esencia de la vida"

El letrado jerezano ha ganado la última edición del premio Abogados de Novela con 'El abogado de pobres', que retrata la justicia de mediados del siglo XVIII

Juan Pedro Cosano

Juan Pedro Cosano / periodico

IMMA MUÑOZ

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Juan Pedro Cosano tiene dos pasiones: la abogacía y la literatura. La primera hace años que le proporciona ingresos, atención mediática y una inevitable nómina de seguidores y detractores, sobre todo en Jerez, la ciudad en la que nació hace 54 años. Su participación en casos de considerable revuelo –como el de los ERE de Andalucía, en el que defiende a dos hijos de José María Ruiz-Mateos, entre otros imputados, o el que se narró en la serie de televisión 'Padre Coraje' Padre Coraje' – y el hecho de que optara a la alcaldía de Jerez a principios de los 90, cuando era presidente del PP de la localidad, le convierten en un rostro familiar entre sus vecinos.

La cosa cambia cuando saltamos al reino de los libros: ahí Cosano es un completo desconocido. Y eso que ha escrito siempre e incluso ha ganado algún premio de poesía de ámbito andaluz. Pero, a diferencia de sus actuaciones con la toga, sus logros con la pluma no han ido más allá de su círculo inmediato. Hasta la pasada primavera, cuando su libro 'El abogado de pobres' (Martínez Roca) ganó la quinta edición del premio Abogados de Novela.

"Yo había escrito ya dos novelas, 'Hispania', ambientada en la península en el siglo I antes de Cristo, durante la guerra civil entre Mario y Sila, en la república de Roma, que es una época que me fascina, y 'Las muertes pequeñas', una novela negra. Ambas las autoedité y las regalé en mi entorno. Y en abril del año pasado descubrí la figura del abogado de pobres. Vi que no había nada escrito sobre el tema y empecé a investigar. Por cuestiones médicas, tuve que parar profesionalmente, y en esos dos meses de descanso se me derramó la novela", explica Cosano. Uno de sus compañeros de bufete la leyó y le animó a presentarse al premio. "Lo hice y me olvidé. La sorpresa fue monumental cuando me llamaron para decirme que la novela estaba entre las finalistas, y se multiplicó por 10 cuando me dijeron que había ganado", concluye.

Y no porque no creyera que la obra era buena –"uno intenta ser objetivo consigo mismo, y yo sentía que había hecho un buen trabajo", dice sin falsa modestia–, sino porque trascender su reducido número de lectores le parecía imposible. "Mandé Hispania, que escribí en los 80, a una editorial, pero la rechazaron y no lo volví a intentar. Ganar el premio ha sido un sueño; que el libro llegue a tanta gente, aún más, y lo que me están diciendo de él los críticos y los lectores, ni le cuento. Gordo estaba y mucho más gordo me estoy poniendo", se ríe.

El "perfume clásico del lenguaje"

Lo que críticos y lectores le están diciendo es que la trama atrapa, los personajes convencen y la ambientación maravilla. Cosano ha logrado algo casi mágico: que el libro suene a 1752, el año en el que sucede la acción, con una naturalidad pasmosa. "Dotarlo del perfume clásico del lenguaje sin caer en culteranismos", resume él con la envolvente precisión que muestra tanto al hablar como al escribir.

'El abogado de pobres' cuenta la historia de Pedro de Alemán, un humilde letrado al que el concejo de Jerez paga para que defienda en los pleitos a las personas consideradas pobres. "De esta figura surgen los abogados de oficio, cuando se crean los colegios de abogados y estos establecen turnos entre sus colegiados para que se ocupen de la defensa de quienes no pueden pagarla", explica. El libro quiere reflejar su amor por una profesión a la que ha consagrado 32 años de su vida, por eso en la trama es fácil encontrar "las aspiraciones y los temores de cualquier abogado". Del siglo XVIII y de hoy, porque Casano hace una constatación que sorprenderá a los profanos en la materia: "No hay tanta diferencia entre lo que ocurría en la España anterior a la Ilustración y lo que ocurre hoy. El proceso civil es exactamente igual, y el penal era más farragoso, pero las diferencias son mínimas", dice.

Pasos atrás con la reforma de Gallardón

Y con la reforma de Alberto Ruiz-Gallardón, puede que incluso acabe siendo más complicado acudir a la justicia hoy que hacerlo entonces. "No es admisible que pretenda recuperar cosas que ya deberían estar superadas. La justicia, como otras instituciones, tendría que ser cada día más accesible para todos", lamenta. Y continúa: "Todos los valores de la sociedad, del mundo en el que nos desenvolvemos, dependen en muchas ocasiones del buen funcionamiento de la justicia. Un pleito es la vida misma: en él se ve la grandeza y la miseria de la persona, la bondad y la maldad. En un pleito, en algo tan sucinto como un sumario de 200 folios, está la esencia de la vida", concluye.

De esa concepción del derecho surge uno de los temas que preocupan a Cosano y que aparecen en su novela: la soledad del abogado. "Cuando te ves en la obligación de defender la vida, la libertad o la hacienda de una persona, solo te tienes a ti, en la soledad de un despacho, estudiando un sumario. Eso es de una gloria inmensa y de una responsabilidad tremenda. Que te condenen a un defendido que tú sabes con toda certeza que es inocente es algo que no se te olvida jamás, comparable a cuando a un médico se le muere un paciente sano", sostiene. Por eso él asegura que vive los problemas de sus clientes como si fueran suyos y que, aunque le gustaría que el éxito del libro le permitiera dedicar más tiempo a la literatura, nunca dejará la abogacía. "Me moriré con la toga puesta, seguro".