El fenómeno global de La Pegatina

Su propuesta es tan adhesiva como su nombre y en Holanda arrasaron ante 30.000 personas como cabezas de cartel de un importante festival

De izquierda a derecha, empezando por Adrià Salas (arriba, con una sudadera que delata su nombre), completan el círculo Sergi López, Romain Renard, Ferran Ibáñez, Rubén Sierra, Ovidi Díaz y Àlex Magnani.

De izquierda a derecha, empezando por Adrià Salas (arriba, con una sudadera que delata su nombre), completan el círculo Sergi López, Romain Renard, Ferran Ibáñez, Rubén Sierra, Ovidi Díaz y Àlex Magnani. / DANNY CAMINAL

NÚRIA MARTORELL/ GRONINGEN

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De Montcada i Reixac al mundo, y haciendo añicos los caducos fundamentos de la industria musical. La Pegatina lleva años generando tendencias y estrategias que otros grupos han acabado adoptando. Y un sello multinacional los acaba de fichar para fagocitar la manera de funcionar de tan apañados muchachos. El cantante, Adrià Salas, es licenciado en Ciencias de la Información y compagina la composición con la comunicación y prensa del conjunto. El guitarrista, Rubén Sierra, se encarga de las redes sociales. Ferran Ibáñez (el bajista), del grafismo y la logística del transporte. El percusionista, Ovidi Díaz, es el tesorero... (El lector cuenta con un fotomatón de los siete proactivos integrantes, con su menester extramusical y una pincelada biográfica).

El encuentro con la banda es en una tierra que conocen bien, la abierta Holanda. Hace más de seis años que la barbechan. "Actuamos aquí coincidiendo con el principio de la Vuelta Ciclista a España del 2009. Luego tocamos en el festival y la feria Eurosonic de Groningen, donde se nos acercaron manágeres de China", recuerda Sierra. Asia es otro de sus territorios conquistados, y en más de una ocasión. Tienen divertidos vídeos del 2011 y del 2014 que recogen unas giras que bautizaron como 'La PegaChina'. Pero el bolo que esta noche les lleva de nuevo a la brumosa Groningen es especial. El grupo ejerce de triunfante cabeza de cartel del festival que organiza la ciudad más joven de Holanda, coincidiendo con el día nacional de la liberación del país, y logra que 30.000 personas vibren con su animada propuesta. Los organizadores primaron a esta mestiza y rumbosa banda frente a nombres como el de Selah Sue (uno de los reclamos del Primavera Sound) o los retros Kitty, Daisy & Lewis. La Pegatina ya compartió antaño escenario con artistas como Santana, Black Eyed Peas, Crystal Fighters, Blondie, Green Day, Jamie Cullum...

Espectáculo juguetón

El grupo vive la actuación como un 'Revulsiu', el título del quinto disco. Estrenan novedades de su ya de por sí juguetón espectáculo. Por ejemplo: el cantante recuerda su etapa de jugador profesional de baloncesto, cuando fue fichado por el Barça, coincidiendo con Marc Gasol, y luego por el Joventut de Badalona. En el tramo final del recital, sostiene una canasta hasta que una gran pelota llega a las primeras filas y un espectador logra encestarla, mientras él entona una divertida cuenta atrás. En su próxima actuación en Catalunya, en el festival Í-Taca de Torroella de Montgrí (Baix Empordà), traerán otra de sus incorporaciones al show: una cama elástica que plantifican en plena tarima. La cita será el próximo sábado 20 de junio, recién llegados de México, y después de haber recalado de nuevo, a principios de junio, en esta Holanda por la que sienten tanta querencia. Otros conciertos próximos, y en tierras más cercanas, son el 26 de junio en el Clownia Festival (Sant Joan de les Abadesses), y el 4 de julio, el Independence Day, en Canet Rock.

La primera vez que La Pegatina se lanzó al extranjero fue de forma totalmente independiente. Y ya en sus inicios, en el 2003. "Empezaron a conocernos fuera gracias a la web de RadioChango. Sabíamos que nuestra música gustaba en sitios como Suiza, Francia, Italia... Y nos embarcamos por nuestra cuenta", relata el vocalista. "Mirábamos la página web de otros grupos que también estaban buscándose la vida, como Che Sudaka, y allá que íbamos –añade Sierra–. Teníamos un minicachet para poder hacer este tipo de giras autogestionadas y auto-todo. ¡La de veces que dormíamos en las mismas salas o nos ponían colchones en el piso de arriba!".

La Pegatina empezó muy pronto a pegar fuerte en muchos países europeos. Y si han firmado contrato con el sello Warner es, dicen, para que esta vez su disco en soporte físico (fueron pioneros en la descarga gratuita) esté en las tiendas del otro lado del Atlántico. "Este formato da más credibilidad –sostiene el cantante–. Y, a nivel de promoción, esperamos que contar con una multinacional detrás también ayude". Las expectativas circulan en ambas direcciones. En las oficinas de Warner lo vieron claro. Necesitaban a una formación que hubiera conseguido tanto sin un apoyo como el suyo. Pensaron: "Vamos a hacerlo al revés. Bajemos a la realidad. Seamos nosotros los que nos contagiemos de una banda sin prostituirse. Y aprendamos de ella".

"Donde más se escucha música es en YouTube"

Adrià y compañía fueron claros en las condiciones antes de la alianza: "No vamos a cambiar nada de lo que nos ha funcionado", amenazaron. Y la respuesta fue inmediata: "Al contrario. ¡Si lo que queremos es ver cómo lo hacéis!", recuerda el cantante que le dijeron. Las dinámicas de La Pegatina se han ido adoptando y adaptando según crecían el grupo, las tecnologías y los gustos de la gente. "En el 2004 fuimos pioneros en facilitar la accesibilidad de la descarga directa de las canciones. En aquella época ya vimos que el 20% de las casas tenían internet".

Sierra asiente: "Escuchar música en streaming es ahora una práctica arraigada. Y lo que últimamente comprobamos es que donde más se escucha música es a través de YouTube. ¡La cantidad de vídeos que se comparten en Facebook! Así que esta es nuestra apuesta: tenemos un servidor para que la gente se baje gratis nuestras grabaciones. Además, en los videoclips hemos querido jugar con las perspectivas. Una idea que hemos trasladado a todos los niveles. Hemos apostado por los lyrics videos y con un plus añadido. La gente puede leer la letra y, por si se atreven con algún instrumento, les ponemos también los acordes. En YouTube y en Facebook es donde se está cocinando el mercado", insiste.

Atinadas colaboraciones

'Revulsiu', su último disco, les ha salido "muy extrapolable" y generoso en colaboraciones. En los créditos figuran desde los agitadores bosnios Dobioza Kolektiv hasta el bohemio sevillano Capitán Cobarde, los inconformistas Ska-P, el grupo punk-folk mongol Hanggai, la rapera canaria Ms Maiko y el rapero madrileño Rayden, la alocada orquesta japonesa Turtle Island, los surrealistas paisanos catalanes Oques Grasses y los argentinos alternativos Onda Vaga.

Y desde Argentina ha venido hasta Groningen un entusiasta fan, medio engañado por dos amigos. Es el regalo sorpresa que le han hecho a Patricio, un funcionario público de 27 años que adora la música de La Pegatina más que a su psicoanalista. "Son clave para mi estado de ánimo. Si estoy triste, me alegran. Y si estoy contento, aún lo estoy más. ¡Son tan efectivos! Un ejemplo: ya puedo tener hambre y no comer, que seguiré teniéndola, pero su música me saciará", asegura, con los ojos empañados. La confesión la hace en el mismo camerino de La Pegatina. De hecho, los tres han compartido incluso recorridos en furgoneta con el grupo. "La primera vez que los escuché fue cuando tocaron en Buenos Aires, en el 2013", relata.

En la puerta del camerino hay otro joven. Muy alto. Un admirador local, Mark Visser. Rubén le abraza al verle. "Es un tipo excepcional, que ha dormido en mi casa varias veces", explica el guitarrista y cantante, mientras se anuda las bambas, cada una de un color. Visser habla castellano con marcado acento holandés. Gracias a La Pegatina, dice, también chapurrea la guitarra. Asegura que adora la propuesta de esta banda que conoció siguiendo la pista de otro ídolo, Manu Chao. Un grande a quien La Pegatina reclutó para la rumba 'O camareiro' de su primer disco, 'Al carrer!' Como el resto, plurilingüe y multiestilítico, concebido a modo de celebración colectiva y contagiosa. La militancia vitalista a la hora de pensar en el mundo global engancha.