Diego San José & Borja Cobeaga: "La gente espera que seamos millonarios, no graciosos"

Los guionistas de 'Ocho apellidos vascos' presentan su novela, 'Venirse arriba', y revelan algunos detalles de la secuela del taquillazo del 2014, que opta a cuatro premios Goya

Cobeaga-San José

Cobeaga-San José / periodico

JUAN VILÁ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llevan once años trabajando juntos. Coincidieron en el programa de la ETB 'Vaya semanita' y desde entonces no han parado. En este tiempo han hecho casi de todo: escribir películas, otros programas de televisión, etcétera. Pero nunca antes habían tenido un éxito tan apoteósico como el de 'Ocho apellidos vascos'. Quizá porque nunca antes había ocurrido un fenómeno semejante en nuestro cine. La película española más taquillera de la historia ha convertido en estrellas hasta a sus guionistas, esta pareja de treintañeros vascos que han visto como, de pronto, empezaban a suceder cosas que jamás hubieran imaginado. Venirse arriba, la novela que acaban de publicar ahora, quizá sea lo más normal de todo, porque hasta han llegado a sortear una cena con ellos entre sus fans. Sí, una cena con los guionistas y no con los actores o con el director. Ellos, sin embargo, han mantenido los pies muy en el suelo. Eso es lo que cuentan y la impresión que transmiten.

"La ventaja que tenemos es que este éxito nos llega después de muchos años currando y un montón de fracasos. La pregunta de si todo lo que ha pasado no es un poco desquiciado me la he hecho yo también a mí mismo yendo justo a esa cena –comenta Diego San José entre risas–. Se nos ha colocado bajo unos focos impropios para un guionista, pero es fruto de una casualidad. Esto van a ser unos meses. Lo que nos apetece es disfrutar de la parte buena del éxito y luego volveremos a casa a escribir en pijama y a comer en 'tuppers".

La cena con los fans, por cierto, fue bien, muy normal, no les colocó en ese papel horrible de verse obligados a contar un montón chistes y convertirse en los más graciosos de la fiesta. Eso, según dicen, les pasaba más antes, cuando trabajaban en 'Vaya semanita' e iban, por ejemplo, a una boda. "El comentario ahora es monetario, no humorístico. Esperan que seamos más millonarios que graciosos", explica Cobeaga. Algo que, por desgracia, no ha ocurrido. El éxito fue tan inesperado que ellos no habían firmado un porcentaje de la taquilla. Aunque sí se ha traducido en una avalancha de ofertas de trabajo. "Han surgido cosas a las que no podíamos decir que no. Eran este año o nunca, y eran oportunidades muy chulas que nos apetecían un huevo", dice San José. Cobeaga lo confirma: "Influye también la mentalidad de autónomo, el no poder decir que no a nada, aunque ahora sí que hemos tenido que rechazar algunas cosas, y el ponerte a pensar que cuando estábamos escribiendo 'Ocho apellidos vascos' no teníamos nada más y encima los plazos se fueron estirando porque levantar la película costó mucho".

Novela cómica y juvenil

Fue así como surgió ‘venirse arriba’. Planeta les llamó y les pidió una novela. Querían una comedia juvenil más parecida a 'Pagafantas', película dirigida en el 2009 por Cobeaga y escrita por los dos, que a 'Ocho apellidos vascos'. Ellos entonces recuperaron una vieja idea que tenían en el cajón: la historia de un estudiante que está de Erasmus en Amsterdam y que ve cómo de pronto aparece su padre, parado de larga duración, para estropearle el plan e intentar vivir de una beca que no da ni para uno solo. "El tema central es la relación entre padre e hijo. Es algo que cada vez nos interesa más. Supongo que es la edad", dice Cobeaga. San José amplía la idea: "El chico está enamorado de una francesa, pero nosotros nos acabamos enamorando del padre y esa relación es mucho más rica. En el libro estábamos obsesionados con eso y también con el cambio que ha habido entre ser joven ahora y ser joven en los 70 o los 80. No tiene nada que ver. El padre es de una generación que no ha disfrutado de una beca Erasmus ni de una etapa sabática o de fiesta en su vida, incluso que ha viajado muy poco".

El contraste entre el padre (que actualiza todos los tópicos del landismo) y el hijo (que quiere ser más europeo que nadie) garantiza las situaciones cómicas y disparatadas, aunque esta vez Cobeaga y San José han huido de la temática vasca y han preferido que sus personajes fueran asturianos. "Conocemos bastante Asturias y nos apetecía cambiar de contexto. En 'Ocho apellidos vascos' caíamos en los mismos chistes de 'Vaya semanita' y hacerlo otra vez suponía estirar demasiado el chicle. Pero seguimos en el norte porque el Cantábrico tiene unas relaciones entre padres e hijos muy frías en lo físico", comenta Cobeaga. El humor, además, tiene un punto amargo por la situación del padre, que no termina de superar su divorcio y que está en paro desde que cerró la mina en la que había trabajado siempre. "El padre se niega a esa cosa tan ridícula de tener que sentirse culpable por estar en paro o no ser capaz de reinventarse. ¿Reinventarse en qué? Al final, te hacen creer que la crisis no es un problema general, sino un problema tuyo. Te empiezan a señalar y parece que tú has llevado a todo el continente al desastre. Frente a eso, nos apetecía mucho coger a un grupo de mineros diciendo que no se van a reinventar y que ya está bien de que se lo pidan", explica San José.

Horas y horas de charla

Lo que no ha cambiado en la novela, o ha cambiado poco, es su forma de trabajar: hablan horas y horas, prueban los chistes entre ellos y lo definen todo muy bien antes de sentarse a escribir, aunque sí reconocen que han disfrutado mucho con todas esas cosas que permite la literatura y no el cine, como meterse en la cabeza de los personajes, incluir un montón de recuerdos o mails en mitad de la historia, etcétera. Han contado, además, con la ayuda del director de cine Juan Cavestany para sacar el proyecto adelante. "Planeta quería publicar la novela antes de Navidades. El verano ha sido muy intenso. Por las mañanas trabajábamos en la segunda parte de 'Ocho apellidos vascos', por la tarde yo acababa el guion de la película 'Negociador' (con Raúl Arévalo, Carlos Areces y Melina Matthews), Diego estaba con otro guion, y por las noches nos dedicábamos a 'Venirse arriba'. Nos preocupaba mucho acabar chapuceando, pero estamos bastante contentos con el resultado de todo", cuenta Cobeaga. La versión de San José es muy similiar: "El verano pasó casi sin darnos cuenta y no sé ni cómo lo hemos conseguido. Es algo que pienso mucho. Había momentos en los que decíamos: 'Pero ¿esto se puede hacer?'. Si al final hemos sido capaces de lograrlo es porque no sabíamos que era una locura".

La segunda parte de 'Ocho apellidos vascos' se rodará en la primavera del 2015 y el guion se encuentra ahora en mitad del proceso. Pero sí nos avanzan algunas cosas, como que la película arrancará justo donde termina la anterior, que serán los mismos personajes y el mismo director, Emilio Martínez Lázaro. Cambiarán, eso sí, los escenarios. Esta vez viajarán hasta Andalucía y Catalunya, y veremos cómo vascos y andaluces se enfrentan con la realidad catalana actual. "Nos interesa mucho la modernez barcelonesa extrema y la cosa tradicional orgullosa de la masía. Van a estar las dos presentes. También la actualidad política. A mí me apasiona ese adelantamiento por la derecha de Catalunya a Euskadi en cuanto al nacionalismo. Es un temazo. Estuve en la última Diada para documentarme y flipé. No me imaginaba a toda esa gente cinco años antes haciendo lo mismo. Te lo cuentan los propios catalanes: personas nada independentistas se han convertido en los últimos años como reacción, y eso debería hacernos pensar un poco", comenta Cobeaga. Queda aún la gran pregunta: esta vez, ¿han negociado llevarse un porcentaje de la taquilla? "Bueno, estamos ahí, cerrándolo", contestan los dos entre risas y sin querer mojarse.