Dani Rovira: "El éxito mola. La fama, no"

Hace un año, era un monologuista de ‘El club de la comedia’. Hoy apenas puede salir a la calle tras el ‘boom’ de ‘Ocho apellidos vascos’: más de 60 millones de euros recaudados, 9 millones de espectadores, 63 días de permanencia en cartel, una secuela anunciada. Dani Rovira presentará el 7 de febrero la gala de los Goya , de la que puede salir con el premio al mejor actor revelación. “Me he acostumbrado a estar en el ojo del huracán –confiesa en ‘Dominical’-. Pero me ha costado, ¿eh? Hubo momentos, antes del verano, en los que me moría por que quitasen ya la película de la cartelera. Era una mezcla muy fuerte de vértigo y mal rollo. Es ahora cuando empiezo a disfrutar, a recoger frutos”. El actor y cómico ha ganado caché, pero también ha perdido libertad: “El anonimato. Ir por la calle siendo uno más. No dar explicaciones. Uno no sabe lo importante que es eso hasta que lo pierde”. Incluso ha desarrollado nuevos miedos: “Por ejemplo, he desarrollado una fobia tremenda al sonido que hacen los móviles al disparar fotos. Tengo ahora como un resorte que me hace ponerme alerta al oírlo. Y también tengo fobia a hacerme fotos con admiradores. No lo soporto”. “Mucha gente dice eso de ‘yo me debo a mi público’. –añade–.  Pues, perdona, yo no. Yo me debo a mi público cuando estoy encima del escenario. Fuera de él, no le debo nada a nadie”. Su moraleja de famoso neófito: “El éxito mola. Lo que no mola es la fama”.

La revista de EL PERIÓDICO entrevista a otra nominada a los Goya: Claudia Pinto. La directora venezolana opta a la estatuilla a la mejor película iberoamericana con su ópera prima, 'La distancia más larga'. El suplemento, además, habla con el actor Steve Carell, que entierra su vis cómica para dar miedo en ‘Foxcatcher’, por la que opta al Oscar; y con la mesosoprano estadounidense Joyce Didonato, que estrena disco: ‘Stella di Napoli’. ‘Dominical’ también viaja a Namibia y redibuja la Prehistoria a manos de Mikel Urmeneta, Andreu Buenafuente, Pablo Carbonell y Juan Luis Arsuaga, que han pintado un mural ‘primitipop’ en el Museo de la Evolución Humana.