Blur: "Ahora disfrutamos de tocar juntos sin presiones"

La banda británica actúa este viernes en el Primavera Sound, en Barcelona, tras 10 años de silencio

Alex James, bajista de Blur

Alex James, bajista de Blur / ADAM BUTLER / AP

JUAN MANUEL FREIRE

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Había un montón de peliagudas e indispensables preguntas sobre identidad y raíces que podían definirte en un instituto de los 90. "¿Eres de letras o de ciencias?". "¿De qué equipo eres?". "¿Por qué estás leyendo en lugar de jugar?". Entre todas ellas, una era la básica, aquella cuya respuesta iba a acompañarte como letra escarlata hasta pasada la selectividad: "¿Oasis o Blur?".

Alex James, bajista de los segundos, se ríe cuando le explico hasta qué punto formar parte de uno u otro bando podía ayudarte a ganar o perder amigos. Al parecer, en Inglaterra era todavía más acentuado, aunque últimamente, dice James, la fiebre Blur tiene incluso mayores consecuencias en España que allí. "Estamos alucinando; aunque parezca mentira, tenemos más fans de España que del Reino Unido en Facebook".

La próxima semana comienza el Primavera Sound. El cartel, como de costumbre, no tiene ni asomo de relleno y los solapes se han convertido en materia de acerada discusión en Twitter en las últimas semanas. Pero una gran mayoría tiene claro qué no quiere perderse: Blur (actúan en la jornada del viernes, 24, a partir de la 1.30 h.). Es la primera vez desde 2003 que el grupo toca por aquí con la formación clásica al completo, es decir, James, el líder Damon Albarn, Dave Rowntree (batería) y Graham Coxon (guitarra). "Nos hace ilusión volver a tocar con Graham en Barcelona. En este tiempo he tenido hasta cinco niños, lo que es algo maravilloso. Pero está bien volver a la música y sentir la respuesta, el calor del público. Nos ponemos bastante emocionales cuando tocamos en directo ahora".

Concierto en Londres 2012

Según James, el último par de años ha sido todo un 'trip' nostálgico. En parte por el trabajo dedicado a recopilar, el año pasado, todo el material incluido en 'Blur 21', un cofre que reunía los siete discos de estudio del grupo, cuatro discos de rarezas inéditas y tres DVD. "Aquella fue una labor ardua, pero también reconfortante. Que nos hizo advertir realmente lo que habíamos sido como banda". De su actuación como cabezas de cartel en el concierto de clausura de los Juegos Olímpicos en Hyde Park, el pasado agosto, recuerda una "extraña sensación de comunión" y "mucho orgullo". "¿Qué puede haber mejor que tocar para cerrar los Juegos Olímpicos?", añade con regocijo sincero.

Algunos fans, si no todos, sí creen que existe algo mejor: un disco nuevo. Público y críticos adoraron sus últimos nuevos temas, 'The puritan' y 'Under the westway', material de un 'single' publicado en julio del año pasado. El álbum no se prevé por ahora. "Todo está yendo muy bien y no queremos cargarnos con la presión de hacer un disco", señala de forma bastante rotunda. O quizá no tanto: "En realidad, te podría dar una respuesta diferente cada semana. Pero por ahora estamos disfrutando simplemente de tocar juntos. Sin presiones. Realmente disfrutamos".

Ahora queda saber si James se animaría a revivir también Me Me Me, el proyecto de corta vida --solo publicó un single, 'Hanging around'-- que le unió a componentes de Elastica (Justin Welch) y Duran Duran/The Lilac Time (Stephen Duffy).

Nace una leyenda

Blur se formó en Londres en 1988. Por entonces tenían el nombre de Seymour, en homenaje al personaje de J.D. Salinger Seymour Glass. Lo suyo era, por entonces, un pop psicodélico al más puro estilo del Manchester de la época; en sintonía con The Stone Roses y Happy Mondays, aunque con influencias más allá de la cerveza: Pixies, Kurt Weill, el 'Teatro de la crueldad' de Antonin Artaud... En noviembre de 1989, el sello Food se interesó por ellos, pero antes de ficharles exigió dos cosas a la banda: el cambio de nombre y que Dave, el batería, dejara de salir a los conciertos en pijama.

Había nacido una leyenda. Poco menos de un año después, su primer single, 'She's so high', era escogido como Single de la Semana por New Musical Express y Sounds. El siguiente single, el bailable 'There's no other way', producido por Stephen Street (The Smiths), también apasionó a la prensa y les sirvió para aparecer en el mítico programa 'Top of the Pops' por primera vez. Cuando apareció su primer álbum, 'Leisure', algunos no las tuvieron todas consigo. El NME publicaba: "Blur son realmente bastante buenos. Pero no son el futuro". Se equivocaban. A finales de 1991, el grupo se atreve con una primera gira por Norteamérica para promover Leisure y el modesto éxito de 'There's no other way'. Blur era demasiado 'british', según parece, para los americanos, pero James recuerda esa época con cariño y excitación: "Recuerdo bailar en el Studio 54. Y estar embobado en realidad con todo lo que veíamos a nuestro alrededor. Pero también es cierto que hasta que no viajas no sabes de dónde eres, y sucedió que con nuestros viajes a EEUU, aprendimos a apreciar más el Reino Unido. En cualquier caso, para mí esa primera gira fue un 'shock', en el mejor sentido posible. Pasé de vivir en un edificio con okupas a estar en hoteles de lujo. Viajar es el mayor placer de estar en una banda”.

El difícil segundo álbum ('Modern life is rubbish', de 1993) fue, en su caso, especialmente difícil y cuando apareció, pese a las buenas críticas, obtuvo bastante indiferencia popular. El gran 'boom' llegaría un año después con el hit 'Girls & boys' y un álbum, 'Parklife', clásico instantáneo. El resto, como suele decirse, es historia. Otro año después, en 1995, la banda se quedaba encerrada en una emisora de radio en Madrid por miedo a ser devorada por los fans. "Es uno de nuestros momentos favoritos como grupo [risas]. Nunca habríamos sobrevivido". Es el peligro de publicar canciones tan pegadizas como 'Girls & boys' y 'Country house', 'single' que acababan de estrenar. Y de ser bastante 'cute', claro.

Batalla con Oasis

Los lloros por la cancelación de Blur en el Festival de Benicàssim de 1997 todavía resuenan por las inmediaciones del lugar. Fue el famoso “año de la lluvia”, cuando un temporal azotó el festival y una bolsa de agua hundió el techo del escenario donde actuaba la banda Urusei Yatsura. "¡Buenos tiempos!", dice James, entre risas. “No, en serio, aquello fue peligroso. Si no recuerdo mal, se encharcaron unos generadores y pudo haber una catástrofe”.

En aquellos años, New Musical Express seguía a corta distancia cada movimiento del grupo y enfrascó a Blur en una especie de batalla dialéctica con Oasis. En aquellos días Noel Gallagher, de los segundos, llegó a decirle a un reportero que esperaba que Alex James y Damon Albarn "pillasen el sida y muriesen". Bastante de locos. "Damon y Noel son buenos amigos ahora, es curioso", dice James. "Muchas de sus diferencias fueron construidas por la prensa. Pero, en serio, Oasis siempre fue una gran banda. A mí siempre me ha caído bien Liam. No había tanto roce, yo conocía a los chicos".

Ahora hay roce y hasta cariño: el pasado 23 de marzo, Noel Gallagher, Damon Albarn y Graham Coxon (con Paul Weller a la batería) interpretaron juntos el 'Tender' de Blur en la cuarta noche de los conciertos en beneficio de la Teenage Cancer Trust, una fundación que ayuda a niños y jóvenes que padecen de cáncer.

La vida de Alex James está alejada, desde hace unos años, del ruido y el colorido del estrellato rock. "En realidad, las vidas de todos han cambiado desde los días de máximo auge del grupo", afirma.

Artista granjero

Él vive desde hace unos años con su familia en una granja en Kingham, Oxfordshire, en la región de montes bajos de los Cotswolds. Allí fabrica quesos que han recibido premios, como los de la gama artesanal británica Alex James Presents: creaciones con nombres como Good Queen Maude, Little Wallop y, curioso, Blue Monday, como el clásico de New Order. ¿A qué sabe el Blue Monday? "Es un queso azul Shropshire", cuenta James. "Con un punto picante". El artista granjero relató su salto del rock a las vacas en el libro 'All cheeses great and small: A life less blurry' (Todos los quesos grandes y pequeños: una vida menos borrosa). Si tiene tantas ganas de volver a España, en parte es por los quesos. "Me encanta el queso manchego. Y quiero probar uno que solo se puede encontrar en una cueva. No recuerdo ahora mismo cómo se llama. También quiero ir a El Celler de Can Roca. Ha sido declarado mejor restaurante del mundo hace unos días, ¿verdad?". El 'tour' de Blur será gastronómico o no será.

Lejos del mundanal ruido, James se dedica a sus hijos, sus quesos y también a sus carreras por mitad del campo. Cuando le pregunto qué música lleva en el iPod, me da una respuesta de verdadero amante de la naturaleza: "Escucho mis alrededores". También se pierde "en el ritmo de los pies", dice.

"Era el mayor fan de los Beatles que existía sobre la Tierra, un verdadero enfermo. No sabía escuchar a otro grupo. Y así llegué a quemarlos por entero: ahora no siento nada cuando los escucho". Cuando quemas a tu grupo favorito, una opción es escuchar a los grupos que los hicieron quienes fueron, los orígenes de su sonido. "¡Ahora escucho a los favoritos de los Beatles! Roy Orbison, Leadbelly, mucha música americana de los años 30, músicos blues de la era de la Depresión...", dice con entusiasmo. "Gracias a Internet y YouTube puedes tener acceso a música que antes era difícil de localizar. Si no llega a ser por la red, nunca habría conocido tan bien a Leadbelly".

Alex James tiene cuenta oficial en Twitter, aunque tampoco la usa con excesiva regularidad. ¿Es esa una parte de la red que no le atrae tanto? ¿Ha tenido alguna experiencia desagradable con los fans? "No, no es eso, es tan solo una cuestión de pereza. De hecho, voy a volver y voy a tuitear en español. Tenemos que agradecer todo ese amor".