'Blam!' Una oficina en acción

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ANA SÁNCHEZ

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Hay quien compara ver este espectáculo con avistar de lejos a Superman. Y sí: nada más verlo, los ojos se arrugan de golpe para enfocar mejor. En vez del “¿es un pájaro?, ¿es un avión?”, aquí la gente se da codazos preguntándose “¿es danza?, ¿es circo?, ¿es teatro?”. “¿Pero es una oficina?”.

Es una oficina. Está el típico jefe cargante, hay tres empleados clica-ratones y los accesorios de escritorio básicos para improvisar cualquier película de acción. Cualquiera. Esto es 'Blam!' Empiezas encestando bolitas de papel en la papelera y terminas ametrallando al jefe con un perchero semiautomático. Todo dedo que se ponga en forma de pistola aquí lo carga el diablo.

'Blam! Hollywood se cuela en tu oficina' es el último espectáculo de la compañía danesa Neander y de los productores de Stomp. Desde que se estrenó, en el 2012, ha instalado su oficina multiusos en 12 países. Hasta el 25 de octubre hace escala en Barcelona, en la sala Barts. 

"Una fantasía de superhéroes"

'Blam!' Es como suenan los disparos de los cómics americanos. Onomatopeya estrella de Frank Miller en 'Sin City''Blam, blam, blam!' Desde luego, si el espectáculo se transcribiera a un tebeo, deberían aparecer al menos cinco 'blams' por viñeta.

Según la versión danesa, 'Blam!' ahora sería “convertir la oficina en una fantasía de superhéroes”, redefinió el creador del 'show', Kristján Ingimarsson. Eso significa que entre informe e informe, lo mismo puede aparecer el Lobezno de 'X-Men' sacando garra con cuatro lápices afilados que un Robocop con armadura a base de archivadores y cedés. “Después del show, no volverán a mirar igual las grapadoras”, advierte uno de los protagonistas, Joen Hojerslev.

Joen Hojerslev, Janus Elsig, Anders Skat y Eos Karlsson, los cuatro oficinistas multifunción, atienden a la prensa un par de horas antes de actuar en Edimburgo (Escocia), la parada anterior a Barcelona. Es 26 de agosto. Apenas quedan unos días del Fringe Festival. Eso quiere decir que junto a los escaparates con 'kilts' (las faldas escocesas), las profesoras de pega de Hogwarts que enseñan dónde se inspiró J.K. Rowling y un frío que pela, van y vienen oleadas de espectadores en potencia. En un minuto por la calle se acumulan al menos 10 panfletos de espectáculos que empiezan en media hora.

 En el panfleto verde de 'Blam!' aparecen cuatro hombres trajeados haciendo piruetas grapadora en mano. “No volverán a mirar igual las grapadoras”, estaba diciendo Joen Hojerslev. Es el jefe de la oficina de pega, “que está inspirado un poco en John Cleese”, apunta. “En ese caso –añade Eos Karlsson, el empleado que desencadena el desmadre– mi personaje estaría inspirado en James Dean y Batman”, se ríen todos.

Ambos lo confirman después en el escenario. Sobre los escritorios se suceden piruetas circenses, comedia gestual, incluso danza clásica, peleas, malabares, mucho 'slapstick'. Hasta se suben por las paredes literalmente.

"Teatro total"

“Tenemos ‘backgrounds’ muy diferentes”, se justifica Joen. Él viene del teatro clásico. Janus es actor, músico y cómico. Eos es acróbata y doble de acción. Anders empezó de niño en el circo: es especialista en mástil chino (de seis metros de altura). Su especialidad es hacer la bandera humana. Es el denominador común de los 10 miembros de la compañía Neander que se van rotando en la oficina: que no tienen nada en común. “Todos aportamos diferentes habilidades –explica Joen–. Aprendemos los unos de los otros”.

“Teatro físico”, suelen resumirlo. “Teatro total”. “Una orgía de acrobacias imposibles”. Lo extraño es que terminen el espectáculo sin ningún moratón. El título de la obra –suele bromear el director– iba a ser 'Crack Snap Clap Cut Crash Kick Kill” (que podría traducirse como: 'Chasquido Crujido Palmada Corte Choque Patada Muerte'). “Es como ver una peli de acción en el teatro”, describe Janus. Es el único del cuarteto que ha trabajado en una oficina. Y es improbable que después de ver el 'show', alguien le ofrezca trabajo en otra. “Empiezas mirando una oficina aburrida –añade Eos– y, cinco minutos después, piensas: ‘Es una locura”.

Es la fantasía de patear al jefe llevada al extremo. Uno empieza apuntándole con el dedo cuando se da la vuelta y termina esquivando disparos parapetado tras un ordenador con la corbata anudada en la frente a lo Rambo. No necesitan soltar ni una palabra. Son 75 minutos de gags con deje hollywoodiense. Una sucesión de escenas míticas de acción en versión oficina: entre folios y carpetas se intuye a Rambo, Ironman, Hulk, Jackie Chan, Lobezno, Terminator, al Bruce Willis de 'La jungla de cristal'. Hay guiños extraterrestres con aura de 'E.T.', persecuciones sobre sillas y alguna cara de loco calcada de 'El resplandor'. El quinto y sexto protagonistas indiscutibles son los técnicos de luz y sonido. Hay ¡300! entradas de golpes sonoros, notas de película e iluminaciones que van encajando en la trama como un doblaje en vivo.

Los 'blam!' siguen resonando días después del 'show'. Muchos espectadores repiten los 'gags' en su propia oficina. “Nos mandan muchos vídeos”, dice Joen. Esta sería la moraleja de la obra. El director recomienda hacerse al menos dos preguntas: “Por qué hacemos lo que hacemos y por qué lo damos por hecho. Cuestionar las reglas y descubrir al niño que llevamos dentro. Todo el mundo tiene uno”.