Alcantarillas para entrar a vivir

"Si algunos problemas no pueden evitarse, acomódalos". Es el lema sarcástico de un golpe callejero del artista Fra Biancoshock: tres alcantarillas en formato salón, cocina y ducha

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ANA SÁNCHEZ

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Cualquiera que se haya tropezado con ellas por Milán se habrá restregado los ojos a lo Alicia en el país de las maravillas. ¿Pero qué…? Una mini-casa por partes –salón, cocina, ducha– lista para entrar a vivir bajo tres alcantarillas. Lo que hay que leer entre líneas: que más de 600 personas tienen que vivir a diario bajo tierra –“en condiciones extremas”– en el alcantarillado de Bucarest. Son los números sacude-conciencias que inspiraron Borderlife (algo así como vida límite), la última intervención callejera del artivista Fra Biancoshock

Si alguien le pregunta cómo se gana la vida, él dirá que es una especie de doctor Jekyll y Mr. Hyde. Lo es en versión artista callejero. “Por el día tengo un trabajo ordinario para sobrevivir y financiar mi proyecto artístico –responde por mail–. Cuando salgo del trabajo, invierto todo el tiempo en el arte público y el activismo”. 

A sus 33 años, este activista del arte con sede en Milán acumula 650 intervenciones callejeras por todo el mundo. Todas efímeras. Está en el ADN de sus obras, dice. De hecho, se ha inventado un movimiento artístico: ephemeralism (efimeralismo). Arte efímero en el espacio –describe su ideólogo–,  pero ilimitado en el tiempo a través de fotos, vídeos y los medios de comunicación. ¿Su meta? “Mostrar que es importante estar activo, decir algo, hablar de temas sociales –apunta–. El arte debe comunicar, no es solo estético”.