Ben Lerner, el escritor que dispara ideas

El autor de 'Saliendo de Atocha' se convierte en el protagonista de '10.04'

Ben Lerner

Ben Lerner / EL PERIÓDICO

JUAN MANUEL FREIRE

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Ben Lerner se considera, ante todo, un poeta, pero ha sido con sus novelas con las que ha conseguido el verdadero reconocimiento. "Ahora mismo –dice vía Skype, Brooklyn-Barcelona– estoy escribiendo un ensayo sobre por qué la gente blanca odia tanto la poesía. La gente se pasa el tiempo hablando mal de la poesía. Y los que disfrutamos con ella, defendiéndola". Casi todo han sido defensores para sus dos primeras novelas: Saliendo de la estación de Atocha y la recién aparecida 10.04 (Reservoir Books), que nunca pensó que fuera a escribir. "No pensaba escribir más novelas; me resistía". Pero acabó firmando una segunda novela tan irresistible como '10:04', favorita de la crítica alrededor del mundo.

"Es solo la primera semana de enero, pero dudo que lea una novela mejor este año", decía a principios de año Jonathan Beckman en 'TheTelegraph'. Según Bookforum, el libro señala nada menos que "una nueva dirección en la ficción americana, quizá fértil". Y quizás aliviando a quien piense que una novela con estas críticas tan buenas debe de ser un tostón, Max Liu escribió en 'The Independent': "La segunda novela de Ben Lerner se publicó en Año Nuevo [en Inglaterra], pero creo que seguiré pensando en ella y riéndome cuando llegue el final del 2015".

¿De qué va 10.04? En realidad, de poco. Y a la vez de todo. Pasan pocas cosas, y la mayoría tan solo en la cabeza de su atribulado protagonista. No la lean si buscan una trama sólida, giros argumentales, tragedias... Léanla en cambio si buscan un libro que dispare ideas como una metralleta, que haga reír sin tirar del mínimo común denominador cómico y que sea capaz de renovar la relación de uno mismo con la literatura y con el mundo. Va en serio.

"No, pero, de veras, ¿de qué va? De algo irá", dirá alguien. De acuerdo, tratemos de explicarlo. 10.04 es la historia (por decirlo de alguna manera) de un poeta sorprendido por el éxito de su primera novela que intenta, ahora, escribir la segunda.

Gracias a un relato publicado en 'The New Yorker', ha recibido un adelanto de seis cifras por ella; "bastaba con que prometiera convertirlo [el relato] en novela”. Su ansiedad creativa se combina con otras clases de ansiedad. Un médico acaba de decirle que podría morir en cualquier momento, debido a una “dilatación de la raíz aórtica totalmente asintomática y potencialmente aneurismática". Y su mejor amiga, Alex, con la que mantiene una relación medio platónica, le ha pedido que la insemine con su esperma. La escritura de Lerner conecta hábilmente todas estas tramas, además de hacer espacio para los relatos de otros personajes; incorporar imágenes, relatos, poesías y discursos, y lanzarse a digresiones filosóficas de poder absoluto. En el libro se mencionan series como 'The wire', pero el formato audiovisual al que Lerner se siente más cercano es el cine experimental.

La novela, dice Lerner, "nació con un poema que aparece en el libro. Después vino el relato de 'The New Yorker'. Y algo empezó a emerger". Y continúa: "Me interesaba cómo se expanden las historias: cómo un poema se convierte en novela, cómo lo hace un relato… Todo gira un poco en torno a la dilatación; incluso por el tema del parto, en el que se dilata el cuello uterino. De algún modo, la novela se convirtió en una especie de investigación sobre cómo pequeños fragmentos pueden expandirse en formas más grandes".

Describíamos antes al protagonista de 10:04 como "un poeta sorprendido por el éxito de su primera novela". Exacto, como Lerner. Y el relato publicado en 'The New Yorker' también existe: se llama 'The golden vanity', es realmente mayúsculo y se incluye en la novela. "Entonces, ¿esto es autobiografía?", dirá alguien. Sí y no. Lerner combina sutilmente realidad y ficción, como en su primera novela, cuyo héroe era un joven poeta americano en Madrid (Allí viajó Lerner con una beca Fulbright para estudiar la poesía española, poco antes del 11-M).

Larry David –cocreador de la mítica 'Seinfeld'– se encarnó a sí mismo en otra serie: 'Curb your enthusiasm', aquí conocida como Larry David. Su principal intención era poder dar rienda suelta a las fantasías cotidianas que no se atrevía a llevar cabo en la vida real. Arreglar el mundo desde la imaginación. Por ejemplo: quizás en la realidad no se atrevería a maldecir a una señora que probaba demasiados sabores en la heladería, pero en la serie podía montar un buen jaleo. Pregunto a Lerner si él emplea sus yos de ficción para dar rienda suelta a caras escondidas de sí mismo. "Ciertamente. A veces mis narradores son más valerosos de lo que sería yo. Pero también a veces son peores personas. Estoy muy interesado en la porosidad entre realidad y ficción; el hecho de ser y no ser yo a la vez se convierte en una forma de lidiar con cosas importantes".

En algún lugar entre realidad y ficción, prosa y poesía, letra e imagen –el libro incluye también en su narrativa desde fotogramas de 'Regreso al futuro' hasta cuadros de Bastien-Lepage–, el torrencial 10.04 parece inventar prácticamente un nuevo género, pero Lerner quita hierro al asunto: "Mi libro tiene poco que ver con muchas cosas que pasan ahora por ficción contemporánea y que, en realidad, son muy conservadoras, pero también quiere recuperar algo de la energía exuberante de las primeras novelas. Al principio, la novela era una forma salvaje: libros como 'Don Quijote' de Cervantes, 'Tristram Shandy' de Sterne… Todos esos viejos experimentos. 'Tristram Shandy' tiene imágenes también; no fotos, claro [los dos primeros volúmenes aparecieron en 1759], pero sí dibujos. Las primeras novelas tenían canciones y poemas. Quería escribir algo nuevo, pero conectando con el elemento más radical de la tradición”.

Fan de Javier Marías

Ficción versus realidad, literatura versus vida: leyendo a Lerner pueden llegar recuerdos de Enrique Vila-Matas. Y resulta que Lerner es fan. "Compartimos muchas cosas, entre ellas el gusto por los Bartlebys. Todas esas figuras de la literatura que conocemos por su rechazo a participar en la gran trama que se preparó para ellos". De hecho, y como podría deducirse de su paso por Madrid con la 'Fulbright', Lerner es un adepto de la literatura española e hispanoamericana, para él "a menudo más rompedora que la literatura estadounidense". Javier Marías es uno de sus autores favoritos. Supo de él cuando vivió en Madrid, pero no lo descubrió realmente hasta que volvió a Estados Unidos. "Veía sus columnas en la prensa cuando desayunaba. Sabía quién era. Pero no sabía que era un escritor serio. Y al regresar a Estados Unidos me encontré a mucha gente interesada en lo que escribe. Aquí no se le ve como en España; aquí es un escritor raro, de vanguardia, en cierto modo".

Sobre Madrid, Lerner solo tiene buenas palabras, aunque lo cierto es que experimentó la vida de la ciudad menos a fondo que el narrador de 'Saliendo de la estación de Atocha'. "Cuando estuve allí fui un recluso. Mucho más que él. Vivía con la mujer que ahora es mi esposa [Ariana Mangual, profesora de educación en la Universidad Rutgers] y lo único que hacía era leer o dar vueltas por el Prado".

Lerner apreciaba que, cuando trataba de establecer diálogo, le dejaran hablar su mal español. "En una ciudad como Barcelona, tan internacional, enseguida te hablan en inglés. A mí me vino bien estar en Madrid porque me obligaban a usar el español. La ciudad es una capital internacional, o como queramos llamarlo, pero aún conserva algo de regional y particular".

'Saliendo de la estación de Atocha' y '10:04' están conectados por lazos invisibles o no tan invisibles. '10.04' parte de un poema. El famoso escritor Tao Lin considera la obra de Lerner “un trabajo unitario ya completado” que nos está ofreciendo por partes. Lerner se ríe: "¡No tengo ese plan maestro! No tengo un plan. No sé lo que va a pasar por adelantado. Simplemente, estoy interesado en cómo se desarrolla una conversación entre diferentes obras".

Sobre todas ellas flota la misma constelación de preocupaciones: el tiempo, el choque entre realidad y ficción… "Me gusta la idea del diálogo entre todas mis obras, en lugar de, simplemente, lanzar un libro de poesía que no tiene nada que ver con esta novela. Pero no, no tengo un plan. Cada vez más, tiendo a pensar que es mejor no controlar lo que escribes. Y ver cómo el lenguaje toma el control".

Fuerzas superiores parecen indicar su camino. No tenía pensado escribir una segunda novela y aquí la tienen. "Ahora quiero escribir otra, pero ¿qué significa eso? Probablemente, que no la acabe haciendo". Pero, en caso de hacerla, sería otro episodio en su saga de autoficción, "una novela relacionada con las otras dos, quizá situada en el futuro, quizá en el pasado…". Lerner invierte su tiempo en diversos proyectos –el último, una colaboración con el fotógrafo alemán Thomas Demand–, pero una parte de su cerebro "siempre está pensando en la tercera novela".