Anohni saca las uñas

amargets33921913 dominical 713 anohni  photo by alice o malley160517141412

amargets33921913 dominical 713 anohni photo by alice o malley160517141412 / periodico

JUAN MANUEL FREIRE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Antony es historia: llámenla Anohni. Y digo llámenla porque ella se considera transgénero desde la infancia, aunque entonces evitaba por cobardía y vergüenza que hablaran de ella como “ella”. Con el cambio de nombre, la artista busca un modo formal de reconocer su identidad. Ella misma nos lo cuenta: “He hablado de mí misma como transgénero toda mi vida, pero siempre usé mi nombre masculino. Y eso estaba empezando a resultar extraño. Encontré uno que me gustaba, por ciertas resonancias íntimas, y lo escribí en la pared de mi habitación. Seis meses después de mirarlo cada día, estaba preparada”.

Nacida en ChichesterInglaterra, en 1971, con 13 años se mudó con su familia a California, donde todo el mundo la veía como un extraterrestre, sobre todo por su excéntrico vestuario. Encontró una mayor libertad en Nueva York, adonde se mudó con 20 para estudiar teatro experimental. Ese lado arty fluía en sus discos con Antony & the Johnsons, grupo premiado, querido por la crítica y adorado por el público. Aquí capturó orejas con 'Hope there’s someone', balada con 'crescendo' que sirvió como banda sonora a 'La vida secreta de las palabras', la película de Isabel Coixet, y un anuncio de perfume.

Poco después de convertirse en la segunda persona transgénero nominada al Oscar (por la canción Manta Ray del documental 'Racing extinction'), Anohni acaba de publicar ¡Hopelessness', disco enfadado y triste ya desde el título. Las letras más agrias que se escucharán en el próximo Sónar serán suyas. Es una obra (casi maestra) sobre todas las cosas que van mal en el mundo de hoy y, en particular, en su país de adopción: los ataques con drone, Guantánamo, las falsas promesas de Obama… Muy distinto en sonido a todo lo anterior: si antes sonaba a pop de cámara, ahora hace electrónica bailable con sonidos de vanguardia, de la mano de dos grandes productores como Hudson Mohawke y Oneohtrix Point Never. 

ASOMARSE AL MUNDO EXTERIOR

Donde la música de Antony/Anohni exploraba antes el espacio interior, ahora el tema es, como decíamos, el mundo exterior. “Mis antiguas canciones eran más poéticas, más difíciles de entender. Este disco es superdirecto. Quería hacer música de baile con letras con mordiente. Ya lo intenté hace seis años, cuando Skrillex me invitó a cantar en una canción que al final no se llegó a grabar. Para él era demasiado política. Me preguntó si no podía hacer una canción de vampiros o algo así. Ahí se separaron nuestros caminos”. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Si quiero ver","text":"\"Si quiero ver\u00a0realmente una transformaci\u00f3n en el mundo, voy a tener que plantearme una participaci\u00f3n m\u00e1s activa\u201d, afirma Anohni"}}Anohni viene peleona y eso se trasluce no solo en el disco, sino también en la conversación. Sacas un tema y ella se explaya durante largo rato, disparando a diestro y siniestro contra los poderes establecidos. Que una artista de su fama lance esta clase de diatribas no es pequeña cosa. Si nos fijamos, tampoco son tantos los artistas populares comprometidos de verdad con la causa social, política o humanista. Y menos con esta magnífica beligerancia.

Ella no se limita a señalar con el dedo, apuntar culpables. Es lo suficientemente inteligente para reconocerse como parte del problema, cómplice en el desastre al que parecemos abocados como especie. Tomemos, por ejemplo, una canción como '4 Degrees', sobre un planeta masacrado por el cambio climático: “Uno de los temas en los que quería centrarme es la distancia entre la imagen que tengo de mí misma, como persona comprometida con el planeta, y la realidad de mi huella de carbono. Me autoengaño, porque soy tan culpable como todo el mundo. Este abismo de negación entre estos dos polos es, probablemente, la raíz de mi sufrimiento, de lo rota que me siento. Me siento culpable. Es difícil desconectar de todos estos lujos que nos rodean, pero es necesario, hemos de rebajar nuestra huella de carbono. Se trata de empezar ahora”.

En 'Execution' condena la pena de muerte adoptando el punto de vista del próximo condenado muerto. No, no sonará en los mítines de Donald Trump, quien prometió la pena capital para quien matara a un policía. “Me preocupa mucho el tema de Trump. Sobre todo por cómo los medios han sacado partido. Publican historias sobre sus delirios en lugar de prestar atención a candidatos mejores, como Bernie Sanders, solo para vender más periódicos o conseguir clics. El capitalismo está decidiendo incluso quién tiene atención en las elecciones. El capitalismo es así de amoral. Trump vende más, así que se le presta más atención”. 

CRÍTICA A LA POLÍTICA

Cuando entramos en este tema, Anohni es imposible de parar. Habla de forma parsimoniosa, pero enlaza una expresión de indignación detrás de otra en un continuo de cansancio y (casi) desmotivación. “A todo el mundo le gusta ahora hablar de cuestiones de identidad, de lo que significa ser negro en Estados Unidos, o gay, o transgénero. Los políticos potencian esto porque así no hablamos de lo principal: cómo la riqueza sigue cayendo en las manos de unos pocos. Mientras hablemos de nosotros y no, por ejemplo, de los banqueros, todo seguirá el curso ideal”.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Anohni","position":"Cantante","text":"\"El capitalismo est\u00e1 decidiendo incluso qui\u00e9n tiene atenci\u00f3n en las elecciones. Trump vende m\u00e1s, as\u00ed que se le presta m\u00e1s atenci\u00f3n\""}}

Tampoco Obama recibe el aplauso de Anohni. De hecho, quizá sea quien peor parado sale. Ejemplo número uno: 'Watch me', compuesta cuando estalló el escándalo de la NSA NSA (Agencia Nacional de Seguridad) y su programa de espionaje 'Prism', gracias al excontratista de inteligencia Edward Snowden. Dice la letra, con suma ironía: “Papi, papi / mírame en la habitación de hotel / mira el trazo que describo mientras me muevo de una ciudad a otra / mírame viendo pornografía / mira cómo hablo con amigos y familia. / Sé que me quieres/ porque siempre estás pendiente de mí”. 

OBAMA TAMPOCO SE LIBRA

Anohni se siente decepcionada porque Obama prometió un programa de transparencia y resultó que ocultaba “el espionaje de cada ciudadano de la historia del mundo”. En una canción titulada simplemente 'Obama' ataca al presidente por no cumplir sus antiguas promesas. Pero también, avisa, es un ataque a sí misma. “Quería reconocer hasta qué punto me ha infantilizado el sistema del gobierno representativo. Me he creído que solo emitiendo un voto ya he hecho todo lo que puedo para participar en el mundo. Eso es falso. Si quiero ver realmente una transformación en el mundo, voy a tener que plantearme una participación más activa”.

Entre las peores decisiones de Obama, declara Anohni, figura la de intensificar los ataques con drones. “Se lamenta por las muertes de la escuela Sandy Hook (en el 2012, 20 niños perdieron la vida en un tiroteo) mientras permite ataques con drones que acaban con la vida de somalís que podrían ser o no terroristas”. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Tenemos que tomar\u00a0","text":"\"Tenemos que tomar\u00a0conciencia como especie, encontrar formas nuevas de crear alianzas unos con otros. Ir\u00a0m\u00e1s all\u00e1 de diferencias religiosas y pol\u00edticas\u201d, sentencia la cantante"}}

El 'single' (como lo leen, 'single', todo un atrevimiento por parte de Anohni'Drone bomb me está compuesto desde el punto de vista de una niña de Afganistán cuyos padres han muerto en un ataque de drone. Ella espera morir igual.

UN PUNTO DE ESPERANZA

El disco se llama 'Desesperanza', pero Anohni tiene cierta esperanza: de lo contrario no habría hecho estas canciones; solo habría mirado todo caerse lentamente a pedazos desde su cómodo asiento en 'business class'. Tampoco es que crea que su música vaya a cambiar el mundo. Se conforma con “participar” en lugar de “ser cómplice insidiosa de los sistemas del capitalismo”. Su pregunta principal es: “¿Podemos tomar conciencia de nosotros mismos y cambiar la trayectoria del mundo?”.

Quizá su próximo concierto en el festival Sónar de Barcelona, el 17 de junio, único en España, y en el que promete ofrecer “contenidos visuales espectaculares”, sirva para abrir ojos. Ella reza porque así sea: “Vamos a tener que movernos en masa a gran escala. Y va a tener que ser más allá de la política tribal, de los gobiernos tribales. Tenemos que tomar conciencia como especie, encontrar formas nuevas de crear alianzas unos con otros; reconocer las cosas que tenemos en común, en lugar de trabajar dentro de estos antiguos modelos tribales. Ir más allá de diferencias religiosas y políticas”. Escuchen. 

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Rabia bailable","text":"Las canciones que uno escucha en clubs pueden ir sobre amor, desamor, nuevas sensaciones o nada en particular. Anohni quiere hacer bailar y pensar al mismo tiempo: sus bombas pop hacen migas los sinsentidos de la sociedad moderna. Y lo hace usando nombres y apellidos. Disco atrevido, necesario, destinado a ocupar primeros puestos en listas de \"lo mejor del a\u00f1o\""}}