Alex O'Dogherty: "Me parece más pornográfico lo que sale en los telediarios"

Es el maestro de ceremonias y firma el guion de 'The Hole 2', el espectáculo circense, cabaretero y teatral que se puede ver en el Teatre Coliseum

LUIS MIGUEL MARCO

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Salía en ‘Camera café’. Claro. Y en 'El club de la comedia'. Y tenía un papel en 'Pancho, el perro millonario'. Y pronto asomará en 'Operasiones espesiales', un largometraje 'crowfunding'. Pero desde hace tres años ya, Alex 0’Dogherty, natural de San Fernando (Cádiz) y de ascendencia irlandesa, de ahí su apellido, oficia como maestro de ceremonias de 'The Hole', el espectáculo para adultos que ha vuelto renovado, tatuado y rasurado, al Teatre Coliseum de Barcelona en su versión 2. En las marquesinas de los autobuses ya hemos visto el cartel que fue censurado en su día por provocador. Lo que sigue a continuación es una entrevista con acento del sur, a pelo y sin censuras, faltaría más.

Parece que la gente se escandaliza todavía por nada.

Pues no sé yo. Pero si, a estas alturas, por ver una teta y un rabo hay quien se pone nervioso, que se lo haga mirar. Me resulta más pornográfico mucho de lo que sale en la tele, en los telediarios sin ir más lejos. A mí me dejan boquiabierto.

¿Nació para sentirse a gusto entre acróbatas, mujeres fatales y contorsionistas?

Quién me lo iba a decir, ¿no? No era algo que yo pensara a priori. Pero con el tiempo que llevo en 'The Hole' me parece ya todo de lo más normal. Están muy concurridos los camerinos.

Con lo a gustito que estaba usted solo con sus monólogos.

Me liaron y me dejé liar. ¿No dicen que no es bueno que el hombre esté solo? Cuando hacía monólogos me apetecía trabajar en equipo. Y ahora, cuando estoy en la función, siempre suelto una frase: “¿Ven?, por esto hacía monólogos”.

Permítame que le diga que le sienta de maravilla el traje y el bombín, pero también esta resultón con pantaloncito blanco.

Es que yo soy una persona con múltiples personalidades. He sido yo siempre muy inquieto. Y el pantaloncito lo elegí yo.

¿Es culo de mal asiento?

Sí, pero para bien. Desde que con 20 años entré en el Centro Andaluz de Teatro para hacer canto, baile e interpretación, que fueron cuatro años maravillosos donde coincidí con gente estupenda, me ha gustado tocar varios palos. Siempre he tenido ganas de aprender. Y las sigo teniendo, afortunadamente.

¿El guion de ‘The Hole 2’ es solo suyo?

Efectivamente, el espectáculo entero lo he escrito yo. Hasta ese monólogo en el que hablo de vosotros, la prensa, y que creo que me acompañará siempre en mis espectáculos. Lo bueno de 'The Hole' es que va cambiando poco a poco y no se resiente para nada. Esa era la idea original de Paco León. La mitad de los artistas repiten, pero el resto va y viene. Son gente del circo que tienen otros compromisos, así que los reemplazamos y los metemos en la historia. También el maestro de ceremonias va cambiando. [La Terremoto de Alcorcón llevó las riendas de 'The Hole' en Barcelona la temporada pasada en el mismo escenario]. Y también el montaje depende mucho de las dimensiones del teatro. En el Coliseum, con la gente tomando una copa y con las mesas, la escenografía y los números de acrobacia son agradecidos.

¿Cuál es su método para inventar las historias que cuenta, si lo tiene?

La calle. Observar a la gente por la calle y sacar punta de situaciones reales que parecen surrealistas. España es un país muy surrealista, lo ha sido siempre. Por eso lees cada titular... Y por eso el humor de Camera café funcionó tan bien. Porque era puro surrealismo. Esa cámara era el espejo en el que nos reflejamos todos. 

¿Apunta cosas que ve o que oye?

Sí. Yo antes era de libretita y ahora soy más de iPhone. La tecnología ha llegado a mi bolsillo. Es que descubrí que las ideas no se guardan en la cabeza porque ahí se olvidan. Me pasó cuando perdí varias buenas de camino a casa.

Dice que el adjetivo bizarro le define bien. Cuente por qué.

Bueno, con el tiempo he ido descubriendo algunos matices más. Significa extraño o extravagante, pero también tiene una connotación de guerrero y luchador y eso me gusta. Yo no soy el creador de La Bizarrería, que para el que no lo sepa es el grupo musical con el que también he grabado un disco. El creador de La Bizarrería es Miguel Marcos, mi guitarrista, que vino con el nombre del grupo ya puesto. Yo simplemente me dejé adoptar. Y los recibí encantado, porque la banda me ha dado la vida y me ha permitido mostrar mis canciones a la gente. Hace tiempo que canto, antes con La banda de la María.

La temporada pasada, en el Teatro La Latina de Madrid, viernes y sábados, tras 'The Hole 2', Alex O’Dogherty se desdoblaba en un show musical con La Bizarrería: 'Mi imaginación y yo'. Pues ahora la idea es seguir haciendo lo mismo en Barcelona y con artistas invitados. Tras el cabaret libertino, un concierto donde el swing, el pop, el funky y el rock se alían con unas letras sentidas. ¿Quieren títulos? 'Imbécil', '4 minutos', 'No hubo manera', 'Noche sin tregua'... Si no pueden verlo en vivo y en directo, actividad sumamente recomendable, pueden comprar el cedé+DVD dedicado en la web oficial de Alex O’Dogherty por 10 eurillos y los gastos de envío.

Y está trabajando en otro espectáculo.

Sí. He reunido los mejores momentos de mis 14 años de monólogos y sketches varios. Todo bien empaquetadito. Y lo he titulado 'Lo mejor de lo peor'.

Ejerce de gaditano guasón pese al apellido.

Bueno. Mi humor también tiene algo de Irlanda y de las islas británicas. Quizá es que la ironía también es algo muy gaditano, piense en las chirigotas, ¿no? Por otro lado, soy un humorista serio, no me suelo reír de mis propios chistes.

¿Y tiene a muchos maestros en su altar?

Tengo a grandes payasos en mi altar. Gente a la que he conocido como Leo Bassi, Jango Edwards, Carlo Colombaioni o Faemino y Cansado. Pero también los Monty Python, Peter Sellers... Me encanta por cierto que los Monty Python vuelvan a la carga.

¿Usted aprendió mucho en Londres?

Y sigo aprendiendo. La primera vez que fui tenía 19 años y toqué la guitarra en el metro. Ahora cada vez que puedo me escapo y me pongo al día en cuestión de teatro. Lo último que he visto y me ha impactado es 'The book of mormon', un musical satírico sobre unos misioneros mormones. Y he visto actuar a Imelda Staunton. Este verano también he aprovechado para ir de nuevo al Festival de Edimburgo.

¿Y siente que cada día se acerca más al 'clown' que soñó ser?

Siento que ya estoy en el buen camino. 

¿Alguna vez le ha echado la bronca a su imaginación?

Bueno, a veces le digo: “Para un poco, por favor”. Es muy pesada y me tiene agobiadísimo. Pero tengo que aprender a convivir con eso.

¿Envejecen bien los monólogos?

Los míos sí. Yo suelo despegarme de las coyunturas y apelar sobre rodo a la condición humana: el amor, la maldad, los celos... Eso no pasa de moda, eso siempre va a estar y por ahí me salvo.

¿Y las parejas le aguantan tanta cháchara?

Cuando las he tenido, sé que no ha sido fácil. ¡Madre mía! Me río solo porque me pregunta ahora por eso y estoy pensando en Peter Sellers y me doy cuenta de que yo soy igual que él. Peter Sellers dijo una vez: “No es fácil convivir conmigo”. Pues eso mismo.

Más que de amor, sus letras se decantan por el desamor. Pero si hay que hablar de gatillazos, pues sin complejos.

Es que un mal día o un día chiquito lo tiene cualquiera, ¿o no? Cuando empecé a tomarme con humor mis fracasos amorosos, mi vida no cambió, pero al menos me sentía mejor, como más aliviado. El que canta al desamor en realidad, encubiertamente o a gritos, está pidiendo que le quieran.

Parece que ha reflexionado acerca del tema.

Por supuesto. He hecho mucho trabajo de campo. Ahora en serio, el próximo espectáculo que espero hacer en solitario el año que viene se llamará 'El amor es pa ná'. Habla de un hombre que ha perdido la capacidad de enamorarse, pero en realidad le gustaría estar acompañado.

A veces esas canciones le dejan a uno con la sonrisa congelada.

Yo estoy muy orgulloso de ellas. Cada vez que acabo una es como si me quitara una espinita. Como digo, no son de Grammy, pero tampoco lo pretenden. Lo bonito es hacer canciones divertidas y serias, pero bien acabadas. Y es maravilloso ver cómo la gente descubre esa faceta tuya.

Y además toca varios instrumentos. Una joya usted.

Unos 10, pero bien, ninguno. Bueno, el piano sí, porque estudié en el conservatorio. El resto, para ser payaso, ya está bien. Ahora estoy liado con el clarinete.