una vecina llamada... Meritxell Ané, actriz

«En Sants, mi barrio, si alguien está enfermo le llevamos un caldo»

<b>Meritxell Ané nació en Vic y siempre dijo </b>que no se casaría con un barcelonés ni viviría en Barcelona. Pero hoy está encantada de haber hecho ambas cosas. No hace muchos días que ha firmado una larga relación con su urbanita y se ha casado en el barrio donde vive: Sants.

Patchwork Su verdadera terapiaEN LA TRASTIENDA DE LA FILIGRANA (ALCOLEA, 75), LA ACTRIZ AVANZA EN SU COLCHA QUE, COMO TANTAS OTRAS LABORES, DECORARÁ SU HOGAR

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CARME ESCALES
BARCELONA

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Ojalá todas las cartas a los Reyes Magos surgieran el efecto de la que una día redactaron los niños de la calle de Finlàndia de Barcelona, donde vive la actriz Meritxell Ané. Pedían a la concejala del distrito de Sants-Montjuïc que les dejara cerrar con vallas su calle, los domingos y festivos, para poder jugar sobre el asfalto sin tener el peligro de coches y motos.

Desde entonces, una decena de niños y niñas, entre ellos las dos hijas de la actriz, pueden salir a corretear sin miedo al tráfico, mientras los mayores preparan aperitivos y comidas en una ejemplar sintonía comunitaria.«Hace dos domingos, sacamos las mesas a la calle y éramos 170 en la calçotada que preparamos entre todos, explica Ané.«Nos llaman los de la calle dels àpats»,añade.

La armonía se respira en los saludos amicales de la actriz con el vecindario y también en las múltiples anécdotas que cuenta la intérprete del personaje de la Remei, en El cor de la ciutat (ahora en BTV). «Tengo un limonero y siempre reparto, a los del bar, a los vecinos, todos saben dónde tienen limones si les hacen falta», dice Ané. También reparte pasteles y ensaimadas.«Una amiga mallorquina me enseñó a hacerlas», comenta esta actriz, que además hace doblajes. Su voz se camufla en dibujos de niños y adolescentes como Lala de Els teletubbies (TV-3), La gatita Lupe (Disney Channel) o en tantas otras series y películas, como Precious (2010), donde Ané puso la voz a su protagonista, Gabourey Sidibe.

Añorando el teatro

La actriz dice que no es buen momento para hacer un feo a una oferta de trabajo. «Lo que quieres es que te llamen, tot fa bullir l'olla»,afirma. Pero lo que de verdad le gustaría es volver a subirse a un escenario.«Y si pudiera ser con Amparo Moreno, ya sería perfecto»,confiesa Ané.

De momento, sus clases de teatro a niños y niñas en el Centre Catòlic de Sants -«lo de Catòlic solo es el nombre», puntualiza- la mantienen en contacto directo con su profesión. Sin salir del barrio,«la profesora Cristina Gámiz y yo enseñamos ejercicios de concentración y a improvisar en clases de hora y media a la semana y por 50 euros trimestrales. Mi filosofía es que tan importante es saber interpretar en el escenario, como comportarse entre bambalinas o en la butaca»,sentencia.

La actriz, que suele llevarse a sus alumnos un domingo al teatro y además les presenta a los actores, piensa que realmente el teatro es parte de la escuela de la vida, que es bueno para aprender a expresar lo que sentimos, pensamos y queremos.«Niños muy tímidos han vencido la timidez con el teatro»,afirma la profesora.LaRemeitambién se encarga de organizar, en determinadas fechas, espectáculos en los que participan los vecinos.

Meritxell Ané aceptó las clases de teatro«para revitalizar el centro social del barrio, porque en él, igual que en los comercios con más historia del barrio, solo va quedando gente mayor y, si no vigilamos, desaparecerán», declara la actriz.

Mercado y pastelerías

A esta vecina famosa le cuesta mucho responder a la pregunta: ¿Qué sales a buscar fuera de tu barrio?«Es que todo lo tengo aquí»,acaba diciendo.«Me gustan los mercados y por eso si quiero que el de mi barrio continúe abierto, voy a comprar siempre a sus paradas, donde ya saben qué aconsejarme», señala.«La carne de las hamburguesas me la pican en el momento. Y muchos de los paradistas son gente del barrio. Tenemos una fábrica de chocolate y tres pastelerías magníficas: Vives, Kessler y Polo», resume.

En el patio de su casa, se juntan los vecinos para preparar juntos decorados de próximas actuaciones.«Elegimos el patio según el tiempo que hace», en unos hay más sombra que en otros», explica. También tiene otro grupo de trabajo en el barrio. En la tienda de lanas y telas para patrones de Marga Roig, Ané pasa largas horas charlando mientras clava la aguja en su labor.«Siempre me ha gustado hacer punto y ganchillo y aquí nos juntamos un grupo de mujeres. Se cuecen muchas cosas y todas buenas», cuenta.«Me gusta porque en este lugar no soy la actriz y disfruto del caliuque propicia charlar mientras avanzas una tarea que te satisface», dice.

En el barómetro de admiración de un barrio, el de esta vecina se dispara.«Aquí mis hijas tienen a 15 canguros que las vigilan. Si alguien está enfermo, se le lleva un caldo. En realidad, la vida de los barrios guarda todo lo que no debería desaparecer», afirma Meritxell Ané.