un vecinO llamadO... Cesk Freixas, músico

«En el Poble Sec descubrí las otras Barcelonas»

El músico de Sant Pere de Riudebitlles (Alt Penedès) Cesk Freixas es hombre de comarcas. Ha vivido en Vilafranca del Penedès, Girona y ahora en Vic. La gran ciudad nunca lo motivó pero, a pesar de ello, vivió en el Poble Sec, el barrio al que le dedicó una gran canción.

La Bohéme (Blai, 65) Primer café en el Poble Sec«AQUÍ HE ACTUADO VARIAS VECES, SIN AMPLIFICACIÓN», DETALLA FREIXAS, QUE PREPARA EL DISCO DE SUS 10 AÑOS DE MÚSICO, PARA EL PRÓXIMO AÑO.

La Bohéme (Blai, 65) Primer café en el Poble Sec«AQUÍ HE ACTUADO VARIAS VECES, SIN AMPLIFICACIÓN», DETALLA FREIXAS, QUE PREPARA EL DISCO DE SUS 10 AÑOS DE MÚSICO, PARA EL PRÓXIMO AÑO.

CARME ESCALES
BARCELONA

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Junto a la fuente de la plaza del Sortidor, Cesk Freixas inicia el recorrido por el barrio que en una época de su vida fue su lugar de residencia.«Yo estudié Geografía en la Universitat de Barcelona. Había vivido siempre en un pueblo de 200 habitantes. Venía cada día a la ciudad y me impactaba, la veía muy bestia por la densidad de gente y por la gran cantidad de información que hay en ella. Para mí era una gran metrópoli y era muy reticente a vivir aquí»,recuerda el cantante de la población penedenca de Sant Pere de Riudebitlles.

En el 2008, Cesk Freixas buscaba piso compartido con un colega.«Queríamos que estuviera cerca del centro, y Sants y Gràcia no nos apetecía porque eran lugares que estaban más de moda y muy solicitados. Y miramos el Poble Sec, donde finalmente lo encontramos», explica.«Una vez estuvimos instalados, nos encantó. Teníamos el centro muy cerca y en cambio estábamos muy tranquilos»,añade Freixas.

Cambio de prisma

En el Poble Sec, el cantautor escribió su tercer disco,El camí cap a nosaltres. «Iba con una libreta por la calle y en un momento dado, me sentaba y anotaba mis ideas. Luego acababa de pulir el trabajo en casa»,cuenta. En el barrio, Cesk Freixas descubrió que la ciudad tiene muchas pequeñas ciudades dentro de ella, que aquella gran metrópoli no era tan poco a medida de las personas como él había imaginado.«El año que viví en el Poble Sec me ayudó a romper el prejuicio que tenemos muchos de los que vemos la ciudad siempre desde fuera, desde donde venimos», afirma Freixas.«A los dos meses de vivir en el Poble Sec, me di cuenta de que la imagen que ofrece Barcelona a los de fuera es turística, comercial, un escaparate de lo que no hay en los pueblos o en otras ciudades, pero viviendo en ella me llamaron la atención las otras Barcelonas que hay en su interior», dice.«Hay una vida propia en cada barrio y eso no sale en ninguna campaña de promoción turística»,reflexiona el cantautor.«Yo, en el Poble Sec dejé de ver inhóspita a esta ciudad»,asegura.

De su mirada al barrio, esa pequeña ciudad dentro de la gran ciudad, y de las relaciones sociales que estableció con sus vecinos, por ejemplo con los Castellers del Poble Sec SEnD«que hacen un trabajo admirable»,señala-, acabó naciendo una canción que siempre será una banda sonora del barrio del Poble Sec en primera persona.«Es una canción y un retrato, la reivindicación de esas otras Barcelonas», señala el autor del trabajo musical que la asociación de comerciantes del Poble Sec le agradeció.«Con esa canción, también quise agradecer a quienes conocí lo que me aportaron. Es mi pequeño homenaje al barrio y a su gente, como si les hubiera fotografiado»,expresa.

«Las realidades, para saber si te gustan o no, tienes que pisarlas, conocerlas. Y yo, después de vivir en el Poble Sec, sé que Barcelona me gusta, aunque necesite más tranquilidad. Pero el Poble Sec me hizo perder muchos prejuicios»,declara.«Además, todos somos un poco de donde pisamos porque de cada lugar te llevas algo. Gracias a mi paso por el Poble Sec también soy de una determinada manera», añade Freixas, que actúa mañana en el café-teatro Voilà! de Manresa, (22.00 h.); el 2 de febrero, en Petra (Mallorca), y el 7, en Santa Perpètua de Mogoda (CAM Bernades, 22.00 h.).

Barrio de acogida

Igual que lo acogió a él, el Poble Sec tiene ya el hábito de acoger a vecinos de multitud de nacionalidades diferentes, culturas que para unos dificultan la convivencia, y para otros la enriquecen mucho. «Estamos cargados de estigmas y prejuicios que deberíamos preguntarnos a qué responden. Tememos a los que vienen de fuera, con maneras de hacer y vivir diferentes a las nuestras porque no les conocemos», dice.

Esperando a que su ropa diera las vueltas debidas en la máquina de la lavandería, el cantautor del Penedès elaboró alguna de estas reflexiones. Sentado a la espera del centrifugado de su colada, el rostro de la inmigración, cara a cara, el diálogo con esas personas a las que no se podía dirigir muchas veces ni en catalán ni en castellano, pero sí en inglés, le hizo valorar la riqueza del Poble Sec, donde el viaje a otras culturas es posible a la vuelta de cualquier esquina.«La inmigración es un proceso inevitable, pero sin xenofobia los barrios que acogen a tantos inmigrantes, como el Poble Sec, pueden ser muy dignos -afirma-. Al fin y al cabo, todos somos personas, solo que el inmigrante suele llegar en condiciones muy precarias. Falta pedagogía sobre ello. O fijarse en la integración de paquistanís, por ejemplo, con sus comercios».