UNA HISTORIA DE SARRIÀ-SANT GERVASI.

La mansión del doctor Cera

La Torre Enric Cera, una casa novecentista de estilo alpino de 1914, acogió a visitantes ilustres como Dalí, Picasso y Balenciaga

La Torre Enric Cera, recién rehabilitada por Núñez y Navarro, desde la calle de Freia.

La Torre Enric Cera, recién rehabilitada por Núñez y Navarro, desde la calle de Freia.

ALBA SÁNCHEZ / BARCELONA

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Hay lugares en los que el tiempo se detiene. La Torre Enric Cera (en calles de Vico, 20-24 y de Freixa, 21) es uno de ellos. El estilo novecentista con un marcado estilo alpino sigue siendo la principal característica del inmueble encargado al arquitecto Enric Sagnier por el prestigioso médico y farmacéutico Enric Cera.

"Esta torre es una de las pocas en Barcelona considerada un bien cultural de interés local", explica Meritxell Jubany, gestora cultural y encargada de recopilar la información para la rehabilitación de la torre, que ahora se destinará a oficinas.

El inmueble, de 1.132 metros cuadrados y rodeado de jardín, empezó siendo la casa de veraneo del doctor Cera, su mujer Ana Carreras y sus cuatro hijos, pero en 1914, debido a un problema de salud de uno de los pequeños, el matrimonio decidió convertirlo en la vivienda familiar. Cera estaba convencido que estar en medio de la naturaleza ayudaría a la recuperación de su hijo.

La preocupación de mantener unida la familia llevó a Cera a adquirir las fincas colindantes donde construyó otras tres casas, una para cada descendiente. "La hija pequeña, María Luisa, fue quien se quedó esta torre, la más grande", dice Jubany.

La elección del arquitecto y las numerosas facilidades de las que disponía la vivienda, como la calefacción central, el oratorio y sus pinturas, la convirtieron en una vivienda moderna y rompedora en su época. "Mi abuelo era un emprendedor y siempre buscaba lo más moderno", recuerda Beatriz Torra-Balari Cera, nieta de Enric Cera.

María Luisa mantuvo la torre como punto de encuentro familiar hasta el año 2005, cuando Núñez y Navarro compró el inmueble, aunque las obras no empezaron hasta el 2014. Durante estos ocho años la casa ha estado cerrada, pero se han ido haciendo diferentes estudios. "Fue muy emocionante cuando en diciembre vinieron algunos familiares y recordaron los momentos vividos en esta torre", explica Jubany.

VIDA SOCIAL ACTIVA

La casa familiar, que reunía cada año más de 100 personas, estaba formada por un sótano, una planta baja, el primer piso y la buhardilla, donde se hallaban las dependencias del servicio. "Esta torre ha sido el núcleo familiar durante 100 años y en ella se han celebrado diferentes fiestas como la misa del gallo, la cena de Navidad, y hasta bautizos y bodas", detalla Torra-Balari.

Además de la familia, diversas personalidades como Dalí, Picasso, Miró, Lorca y Balenciaga, entre muchos otros, visitaron la torre. En sus salones también se celebraron conciertos privados de piano a cargo de la intérprete Alicia de Larrocha. "Si las casas no tienen vida, no tienen sentido", recalca Torra-Balari.

Mauricio Torra-Balari Cera, nieto del doctor, también coincide con Beatriz: "En esta casa siempre ha habido vida. Y ahora volverá a haberla".