Distrito 7, Horta-Guinardó

El Carmel tiene a punto su primer ascensor funicular

SARA GONZÁLEZ
BARCELONA

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Cargar la compra, pasear un niño en cochecito o desplazarse en silla de ruedas no es fácil cuando a las dificultades del entorno urbano se suman los desniveles. El barrio del Carmel conoce muy bien qué significa vivir cuesta arriba y cuesta abajo. Por eso, la instalación de unas escaleras mecánicas o de un ascensor se vive como un gran acontecimiento social. El 23 de octubre se pondrá en marcha el primer ascensor inclinado que instala el Ayuntamiento y que servirá para salvar el desnivel que separa las calles de Murtra y de Santuari, como haría un funicular, y facilitar el acceso a dos concurridos equipamientos: el CAP y la biblioteca Juan Marsé.

Donde antes había una cuesta llena de hierbajos y unas desgastadas e interminables escaleras en zigzag, luce ahora un gran aparato acristalado cuyo entorno está acondicionado con rampas y escaleras de nueva construcción. «Me irá fenómeno. Vivo en la calle de Calderón de la Barca pero mi familia vive en la calle de Santuari. Además, será genial para llevar sin problemas al niño en cochecito», dice Marina Pardo mientras se acerca para apreciar, a través de los cristales y con su nieto de la mano, los detalles del ascensor.

El aparato hará un recorrido tanto de subida como de bajada de 60 metros para salvar un desnivel de 30, tiene una capacidad para 10 personas y está equipado con aire acondicionado. Su instalación ha costado dos millones de euros.

CONEXIÓN CLAVE / En uno de los extremos, en la calle de Murtra, se encuentran el CAP del Carmel, que la semana pasada inauguró su ampliación, y la biblioteca Juan Marsé. Una mañana cualquiera, la zona es un vaivén de vecinos, muchos de ellos jubilados y bastón en mano. El ascensor facilitará el acceso a ambos equipamientos, en especial a las personas con problemas de movilidad.

En el otro extremo, el aparato finaliza su recorrido en la calle de Santuari, por la que circulan los dos principales autobuses que conectan el barrio con el centro de la ciudad, el 28 y el 96. «La verdad es que el trayecto estaba fatal. Ahora tenemos que dar bastante vuelta, pero con el ascensor cortaremos camino», asegura Montse García junto a su madre, que empuja el carrito de la compra por las cuestas del Carmel.

El ascensor cuenta con tres paradas intermedias opcionales que tienen por objetivo facilitar el acceso a los vecinos cuyas viviendas están construidas en el desnivel que salva. «Estamos muy emocionados por su puesta en funcionamiento porque ya estamos hartos de subir y bajar escaleras. Además, este tramo es muy engorroso para las personas mayores», explica Rebeca Silva, que hace siete años que vive en una de estas casas. Cada edificio dispone ahora de una rampa para llegar hasta la puerta del ascensor y, además, entre las pasarelas hay unas pequeñas terrazas con sillas y árboles desde las que se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.

24 HORAS EN MARCHA / A diferencia de las escaleras mecánicas que están instaladas en otros puntos del barrio, el ascensor inclinado funcionará día y noche. Para garantizar la seguridad de los pasajeros, está dotado de cámaras de vigilancia y la cabina incorpora un interfono para comunicarse con el sistema permanente de rescate de 24 horas en caso que se produjera una emergencia.

La instalación del ascensor no es un proyecto aislado, sino que forma parte de la transformación de la zona del Carmel delimitada por las calles del Alguer, Murtra y Santuari, que concentra un total de ocho intervenciones urbanísticas cuya inversión global supera los siete millones de euros. El objetivo es mejorar la accesibilidad en este tramo del barrio plagado de desniveles y remodelar el espacio urbano.

Dentro de este proyecto global se ha mejorado la accesibilidad de la biblioteca, se ha reurbanizado la calle de Murtra, se ha incrementado la seguridad de los muros de las calles Fastenrath y La Manxa y los de Alguer y Murtra. También se ha finalizado la expropiación de la zona verde de Santuari con Alguer y se ha habilitado provisionalmente el solar del número 64 de la calle de Santuari como aparcamiento libre en superficie. Además, se acaba de inaugurar la ampliación del CAP del Carmel, una intervención imprescindible para dar más servicios.

OTROS PROYECTOS / Aunque el ascensor inclinado de la calle del Alguer es el primero que instala el Ayuntamiento de Barcelona, la ciudad cuenta ya con otro aparato de estas características promovido por la Generalitat. Este está situado en Ciutat Meridiana, en el distrito de Nou Barris, y se puso en funcionamiento en el 2007 para salvar los 32 metros de desnivel existentes entre la avenida de Rasos de Peguera y la calle de las Agudes. El consistorio también está trabajando en la instalación de otros dos ascensores inclinados en la calle del Telègraf, en el barrio del Guinardó.

La eliminación de barreras sin renunciar a la fisonomía típica del barrio del Carmel se suma a la revolución que ha supuesto la llegada del metro, una reivindicación vecinal histórica. «Tanto el ascensor como el metro harán un buen servicio al barrio, sobre todo para la gente mayor como yo», resume Manuel López andando despacito con la barra de pan bajo el brazo.