Amparo Moreno: "¡A mí, dame barrio, nena! En una manzana lo tengo todo"

Teatros, el mercado del Ninot, el Clínic y, hasta hace poco, el parque de bomberos, inyectan auténtica vida de barrio en el Eixample izquierdo. Y eso es lo que Amparo Moreno precisa para estar encantada con el lugar donde vive.

Café CaracasPiropos conolor a buen café «'UN CAFÉ PARA LA GUAPA AMPARO', DICEN. Y ME DA UN POCO DE VERGÜENZA, PERO ESTÁ BIEN EMPEZAR ASÍ EL DÍA»

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CARME ESCALES
BARCELONA

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hace 25 años que Amparo Moreno simultanea sus papeles en los escenarios con su cotidianidad en uno de los múltiples fragmentos del Eixample de la ciudad que tanto se abrió una vez se echaron abajo sus murallas. Cada mañana, a la actriz Amparo Moreno se la puede ver cruzar las mismas calles, detenerse en los mismos semáforos y saludar, siempre saludar, a cuantos han hecho de ella un vecino más, en las proximidades del Mercat del Ninot. «Aquí en el barrio soy Amparín para todo el mundo», precisa la actriz, que acaba de salir de las carnes de la abuelita de Caperucita Roja, en el teatro Villarroel, donde fue una de las Tres dones i un llop.

A sus pies, un can con pedigrí: desde el 2002, es el perro de Amparín. «Nos la encontramos en la carretera, en Valencia, cerca de una gasolinera, cuando íbamos a una actuación», recuerda. «Lo primero que hicimos fue llevarla a la perrera más próxima para ver si llevaba el chip identificativo. Como no lo tenía, decidí quedármela».

La llamó Goya, en honor al teatro que tan bien conoce, «y para tener un premio en casa». Aunque el premio en realidad se lo llevara el perro, que a partir de entonces la acompaña a todas partes. Al pasar por delante de la panadería, o la pulpería de la esquina, el animal se para pidiendo algo para llevarse a la boca. Sabe que algo caerá. Goya es una de las tres p matutinas, como Amparo llama a sus misiones de cada mañana: «Pan, perro y periódico».

Esas rutinas son las que Moreno echa en falta, cuando lleva un tiempo de vacaciones. «Siento ganas de volver a la maravillosa y encantadora cotidianidad del barrio en el que estoy muy a gusto», dice. «Y el mío es ideal. En una manzana lo tengo todo. Si estás en Bonanova y te falta pan, ¿qué haces? ¡A mí, dame barrio, nena! En una manzana lo tengo todo».

Amante de las compras en el mercado, chafardea entre las rejas que aíslan los trabajos de renovación del mercado del Ninot. «Mi abuelo siempre me decía: SSLqAmparín, quien a la tienda va y viene, a dos casas mantiene». Dichos de antes, como el que cuenta que en L'Antiga Esquerra de l'Eixample donde vive Amparo «era donde les ponían piso a las queridas». Ahora la querida es ella, por todo el barrio.