UNA historia de NOU BARRIS... Can Verdaguer

Una masía en la que renace un centro cívico

Un edificio del siglo XVI, con un reloj de sol y una prensa de vino, ofrece talleres a los vecinos

Centro cívico 8Fachada de Can Verdaguer, reivindicada por el barrio.

Centro cívico 8Fachada de Can Verdaguer, reivindicada por el barrio.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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El barrio de Porta se vistió de gala el día que abrió sus puertas el centro cívico Can Verdaguer (Piferrer, 94). Fue el pasado 18 de marzo. El equipamiento, largamente reivindicado por vecinos y asociaciones que pedían un centro digno, sustituía a otro cuyas instalaciones dejaban bastante que desear.

Los primeros días y sobre todo en las dos jornadas de puertas abiertas que se organizaron tras la inauguración«se registraron largas colas de gente y había atascos hasta en las escaleras», asegura Marian González, directora del centro cívico. Muchos vecinos querían ver cómo había quedado la masía «y algunos recordaban que habían sido amigos de los hijos de los masoveros», explica González , que puntualiza que las primeras semanas«volaron los folletos informativos con las actividades que imparte el centro».

Palmera impresionante

El centro cívico Can Verdaguer se asienta en un edificio originario del siglo XVI y la configuración actual fue definida durante el siglo XVIII. No obstante, documentos que datan de 1351 hacen ya referencia a Can Verdaguer, con la cesión de unas tierras de la abadesa de Sant Pere de las Puelles a favor de Berenguer Verdaguer. Desde 1858 y 1931 se realizaron numerosas e importantes reformas en el edificio.

La masía mantuvo la actividad agrícola hasta finales del siglo pasado cuando se urbanizaron las calles adyacentes al equipamiento (Piferrer, Pintor Alsamora y Casas i Amigó). El ayuntamiento adquirió el recinto y las obras de rehabilitación comenzaron en mayo del 2010. Los trabajos han supuesto una inversión de 2,5 millones de euros.

El recinto conserva elementos arquitectónicos que merecen ser observados con la misma calma con la que han superado el paso del tiempo. Los visitantes pueden ver un reloj de sol, un arco de medio punto que marca la entrada principal, una antigua prensa de vino e incluso un jardín interior donde vive la que se considera la palmera más alta de Barcelona. El edificio del barrio de Porta, del distrito de Nou Barris, tiene una superficie construida de casi 1.200 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas y buhardilla.