UNA historia de SANT ANDREU... la Casa Asil

Siglo y medio de ayuda a los necesitados

La Casa Asil, fundada en 1866, incluye dos centros para ancianos y un gran colegio

Fachada antigua  8Unos residentes en la Casa Asil de Sant Andreu.

Fachada antigua 8Unos residentes en la Casa Asil de Sant Andreu.

BEATRIZ PÉREZ
BARCELONA

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Cuando una fuerte epidemia de cólera asola Barcelona en el año 1865 y deja miles de muertes por el camino, el alcalde del entonces pueblo de Sant Andreu y el rector de la parroquia, con la ayuda asistencial de la madre Anna Maria Janer, deciden fundar, un año después, la Casa Asil (Agustí i Milà, 78). Destinada inicialmente a prestar ayuda moral y material a personas mayores de 60 años sin recursos, la Casa Asil abrió en 1872 un colegio en los locales anexos al asilo.

A lo largo de estos casi 150 años, esta fundación sin ánimo de lucro se ha convertido en todo un símbolo del barrio de Sant Andreu de Palomar. En la actualidad, sus 14.000 metros cuadrados acogen un centro para residentes, con 149 ancianos; un centro de día para otros 40, y la Escola Sagrada Família, con unos 1.400 alumnos. En 1991 la Casa Asil recibió la Creu de Sant Jordi.

Joaquim Serrà, miembro emérito del patronato de la fundación, destaca«el cariño especial»que Sant Andreu siempre ha sentido por la Casa Asil.«Desde 1866, los vecinos han ido ayudando a su desarrollo y en el patronato solo trabajan, gratuitamente, habitantes del barrio»,dice.

Retorno a la infancia

Ascensión Finet, gerente de la fundación, incide en el propósito de la entidad:«La casa sigue siendo una residencia para ayudar a los necesitados».Sin embargo, como explica, durante estos años se ha ido construyendo en función de los cambios de paradigma social. Inicialmente venía a ella gente sin recursos, pero después empezaron a venir personas que no quieren vivir solas.

«Muchos residentes han sido alumnos de la escuela. Es como un retorno a la infancia»,comenta Finet. Existen, además, bonitas relaciones intergeneracionales dentro de la Casa Asil: si los ancianos acuden a la escuela a contar cuentos y experiencias de vida en las clases de historia, esos mismos alumnos hacen voluntariado acompañándoles.

La Casa Asil es también una fuente histórica. Recientemente ha donado 150 documentos, de los siglos XVI al XX, al Arxiu del Districte.«Probablemente llegaron aquí por gente que venía al asilo con todas sus pertenencias»,explica Serrà.