UNA historia de SARRIÀ-SANT GERVASI... el Tramvia Blau

La receta del doctor Andreu para el Tibidabo

El empresario farmacéutico promovió una línea de tranvía en la ladera de la montaña

Prohibido escupir 8 Interior del Tramvia Blau, el pasado domingo.

Prohibido escupir 8 Interior del Tramvia Blau, el pasado domingo.

LAURA PUIG
BARCELONA

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El doctor Salvador Andreu i Grau (Barcelona, 1841-1928) fue un visionario. Además de convertirse en un empresario farmacéutico de éxito -todavía se venden hoy en las farmacias sus famosas pastillas para la tos-, fue un generoso mecenas y un ambicioso promotor. Su tenacidad fue clave para urbanizar la Rambla de Catalunya. Y en Sant Gervasi se empeñó en potenciar el Tibidabo, mediante la urbanización de su ladera y la construcción del Tramvia Blau y el funicular.

A finales del siglo XIX, el doctor Andreu comenzó a barruntar una idea: «Quería crear en el Tibidabo una ciudad jardín, una zona residencial a la que fuese la gente de Barcelona a veranear», explica Maite Tacies, directora de la Fundació TMB. En 1899, solo dos años después de que el municipio de Sant Gervasi de Cassoles se adhiriese a Barcelona, el farmacéutico constituyó la Sociedad Anónima El Tibidabo. Y para salvar el desnivel de la montaña, ideó la construcción de un tranvía y un funicular que subiesen hasta la cima.

El sueño del doctor Andreu se vio cumplido el 29 de octubre de 1901, fecha en la que se inauguró el Tramvia Blau. El itinerario, así como los vehículos, se ha conservado desde entonces: los coches eléctricos recorren la avenida del Tibidabo entre la plaza de John Fitzgerald Kennedy y la del Doctor Andreu --el consistorio quiso honrar al empresario poniendo su nombre a esta plaza--, trayecto que tiene una longitud de 1.276 metros y un desnivel de 93 metros. Al principio, los tranvías de esta línea no eran de color azul. Fueron de color verde claro hasta 1945, cuando fueron repintados a su color actual después de sufrir un choque.

Asimismo, el Tramvia Blau fue el único tranvía de Barcelona que no era de titularidad pública. Pertenecía a la Sociedad Anónima El Tibidabo. En el año 1971 fueron retirados los últimos tranvías de la ciudad, sustituidos por autobuses, pero el Tramvia Blau siguió funcionando. Ocho años más tarde, en 1979, la sociedad propietaria de este transporte decidió donar la línea a la ciudad.

«El Tramvia Blau siempre ha sido un transporte de tipo lúdico. Las clases medias de la Barcelona de principios del siglo XX solían cogerlo para subir a la montaña, cambiar de aires», añade Tacies. Hoy los usuarios son mayoritariamente turistas. De hecho, el Bus Turístic tiene parada en la plaza de Kennedy y sus usuarios tienen descuento en el tranvía.

Pero hasta el año pasado, cuando TMB cambió la ruta de la línea 196 de autobús, «cogían el Tramvia Blau muchos vecinos y personas que trabajaban en las casas de la zona», explica Raimon Casas, uno de los 20 conductores del Tramvia Blau. El vehículo que lleva, a pesar de ser muy antiguo, tiene adaptado un sistema de conducción electrónica. El tranvía número 10, conducido por Rafael Herrador y Francesc Ros, es «totalmente manual», explican ambos. «Lo más curioso es que la gente ya no está acostumbrada a los tranvías y todavía nos encontramos con algún conductor de coche que nos pide que nos apartemos para pasar él», añade Ros. Solo hay que mirar a la calzada y ver las vías...