un vecino llamado... Jaume Creixell

«La UE Sant Andreu merece estar ya en Segunda A»

<b>El fútbol ha dado y sigue dando cuerda a la vida </b>de este barcelonés que durante ocho años trabajó en la Unió Esportiva Sant Andreu. El ascenso del equipo a Segunda División, el año 1990, fue uno de los grandes momentos que Jaume Creixell vivió como entrenador.

CARME ESCALES
BARCELONA

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Una pelota. Ese fue el regalo que, a los 6 años, Jaume Creixell pidió a los Reyes Magos. Y sus majestades llegaron desde Oriente con una pelota y unas botas,«que pesaban más que yo»,recuerda.«Imagínate la afición que ya se respiraba en casa. Mi padre ya jugaba al fútbol de manera profesional, en el Iberia y el Martinenc»,comenta Creixell, apodado en su momentoel Tigre, aún hoy no sabe por qué. Lo que sí tiene muy claro es que el fútbol ha sido casi todo en su vida:«Fútbol, fútbol, trabajo y familia», puntualiza el tertuliano de televisión (Esport3, con Xavi Valls, enTV-3, y En joc, con Siqui Rodríguez, en Televisió de Badalona), y radio (RAC-1, con Toni Clapés, y en La Gradería, en la SER y ONA FM).

Con aquel balón y aquellas botas, Creixell inició una larga relación con el fútbol: desde los 6 hasta los 30 años como jugador profesional y 39 más a partir de entonces como entrenador.«39 años seguidos entrenando es una satisfacción para mí. En el camino he dejado muchos amigos y supongo que algún enemigo también. Tengo un carácter fuerte»,reconoce Creixell, habitual en las capturas del programa APM? de Televisió de Catalunya por su desparpajo comunicativo.«A mi edad -69 años-, puedo decir las cosas bien claras»,afirma. Entre las frases más célebres de Creixell están: Si no tinc raó, me la tallo i em faig monja!, Tinc els pebrots que m'exploten! y Compra't una calavera i una pinta i li fas la ratlla al mig. Creixell lleva las tres impresas en un bolígrafo, que reparte como suvenir.

Vecino de Sant Andreu

Jaume Creixell nació el 11 de julio de 1942 en El Clot, en el distrito vecino a Sant Andreu. Y fue cuando jugaba con el equipo de la Damm, en Nou Barris, junto al cementerio de Sant Andreu, cuando lo llamaron para ir a jugar al Badalona.«El portero se lesionó y me vinieron a buscar. Yo tenia 18 años»,explica. Creixell fue también el primer jugador de la Damm que jugaría en un equipo de primera. Fue en 1961 con el Betis.

Como jugador, Creixell pasó por el Barça, en infantiles y juveniles. Allí coincidió con Salvador Sadurní y Josep Maria Fusté (juveniles) y con Albert Lesan se turnaba la portería en la categoría infantil. Terrassa, Badalona, Elche y Jaén (en Segunda Sivisión) fueron otros de sus equipos. Como entrenador ha estado en el Badalona, el Mataró, el Santboià, el Premià y el Manlleu, entre otros. En 1988 entró a entrenar al Sant Andreu, en la primera de las ocho temporadas, no seguidas, que lo hizo, entre ellas, en el 90 cuando subieron a Segunda División B.«Actualmente el Sant Andreu ya debía estar en Segunda A. Lo merece, pero en Lugo se lo prohibieron con un calamitoso arbitraje, como si no interesara otro equipo de Segunda División con las cuatro barras»,opina desde el restaurante Dopazo, al que suele ir, hoy en familia y antes con sus jugadores.«Un pa amb tomàquetlevanta el ánimo de cualquiera»,expresa. En la mesa, una de las botellas de cava que luce su apellido, procedente de la cava que ahora gestiona su hijo.

Más allá del Sant Andreu

Jaume Creixell hace cuatro años que no ha querido volver a entrar al campo del Sant Andreu.«Llevo al equipo en mi corazón, pero cubierto con un velo», declara.«Con él pasé los mejores años de mi vida, pero ese matrimonio se rompió. Sentí que algunas personas no me trataron como yo consideraba que me merecía»,añade. «El Sant Andreu y yo hemos subsistido mutuamente y me alegraría que lograran el ascenso», confiesa.«Pero, como mi padre, que era taxista, siempre me decía: 'Cuando te hagan daño, levántate para que no te vuelvan a herir, pero no vuelvas más'», expresa Creixell.

«Recuerdo cuando hubo problemas para pagar las nóminas a los jugadores, un día fui al banco y saqué siete millones de pesetas. Sabía que Joan Gaspatr acabaría pagando, pero yo podía avanzarlos y así lo hice»,dice.«Al final, siempre salíamos adelante», afirma quien hoy acude a Sant Andreu a comprar. «El barrio tiene muchas y buenas tiendas y es muy agradable pasear por sus pequeñas calles», declara, mientras lo saludan por la calle.«Sant Andreu tiene una suerte que muchos equipos no han sabido aprovechar, que es tener el campo en el centro, dentro del barrio. Cuando subimos a Segunda, había unas 15.000 personas con la Faria o el cigarrillo, socios que iban -y van- a pie al campo...»,rememora antes de afirmar:«Tengo el bachillerato de la calle porque digo lo que pienso». Como no soy periodista, puedo hacerlo», afirma el tertuliano, con parte de su bachiller en las calles de Sant Andreu.