una vecina llamada... Isona Passola, productora, guionista y directora de cine

«Mires donde mires, el barrio de Sant Pere emociona»

El 'Pa negre' que Isona Passola llevó el año pasado a la Academia de Hollywood, como posible candidata al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, se cocinó en Ciutat Vella. Su productora, Massa d'Or, está emplazada en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera.

CARME ESCALES
BARCELONA

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Desde el patio interior de la finca que hace 12 años alberga Massa d'Or, la productora de Isona Passola, en la calle de Sant Pere més Alt, se pueden ver algunos elementos que todavía hoy hablan del pasado fabril del barrio. Los testimonios son el ascensor que en su momento había subido cajas de lana, los amplios ventanales para iluminar y ventilar los espacios de trabajo, los antiguos lavaderos donde se teñía ropa... Todo recuerda que hubo un tiempo en que Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera estuvo lleno de fábricas y grandes y pequeños talleres, como el que producía ropa de cuero y que hoy es el lugar en el que la productora catalana avanza en un nuevo guion cinematográfico: L'endemà.

El documental, con formato para cine, es la segunda parte de Cataluña-Espanya, en el que Isona Passola puso cara a cara a pensadores del ámbito español y catalán para ayudar a revisar el concepto de nación desde ambas partes. Para la continuación de este documento, el equipo de Massa d'Or ha conseguido, en 40 días, más de 350.000 euros

-para un presupuesto total de 600.000-, gracias a una campaña de micromecenaje. L'endemà aborda cómo sería la vida en todos los aspectos en una Catalunya independiente. Se empezará a rodar esta primavera y se prevé poderlo estrenar el próximo mes de enero.

Un jardín inspirador

Entre plantas y flores, Isona Passola y su grupo de trabajo tejerán el hilo conductor de su nueva historia. «En este patio, en el que pronto florecerán los rosales y se llenará también de margaritas, discutimos los guiones. De primavera a octubre, hacemos muchísima vida aquí. El lugar en el que pasas tantas horas trabajando tienes que amarlo», opina la productora de Pa negre, que resalza cada detalle que la envuelve. «Está lleno de pequeños elementos de fantasía, como esta fuentecilla en medio del patio, y así es todo el barrio de Sant Pere. Te das cuenta de que incluso en las casas más humildes había muestras del modernismo que, en la época de fábricas y talleres a toda marcha, llenó esta ciudad de una explosión artística que ha terminado proyectando a Barcelona internacionalmente», expresa Passola. «La estética está muy presente siempre en cualquier rincón. Mires donde mires, el barrio de Sant Pere siempre emociona, porque siempre hay un momento para el ensueño», afirma la vecina.

Actualmente, Isona Passola vive en Sarrià, pero nació en la calle del Duc, en el Gòtic. «La Boqueria, la plaza de Catalunya, Via Laietana y la Rambla configuraban el cuadrante seguro en el que, cuando era niña, nos podíamos mover sin peligro. Traspasar hacia el Raval ya era más peligroso», recuerda.

Sus abuelos paternos eran del barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera. «Tenían una tienda de zapatos en el mercado de Santa Caterina», explica. «Mis abuelos maternos venían de la plana de Vic, donde fabricaban madejas de hilo y complementos para la industria textil», añade. Hoy en el barrio de Sant Pere ya no quedan casi talleres, pero en él se han instalado nuevos profesionales cuyas creaciones, como en el caso de Passola y su Pa negre, echan a andar más allá de nuestras fronteras.

Conexión con la historia

Los trabajos con los que más ha sido conocida Isona Passola conectan con la historia de Catalunya. «Es de los pocos barrios que ha conservado adoquines, que tanta personalidad imprimen en sus calles. Yo me identifico plenamente con la expresión del poeta Foix: M'exalta el nou, m'enamora el vell», afirma. «En Ciutat Vella estás en contacto íntimo con la historia de la ciudad», puntualiza. «Y el barrio de Sant Pere, además, está lleno de pequeñas y grandes joyas, como el magnífico Palau de la Música, que es para mí una apuesta arriesgada de la burguesía por la estética modernista, eclosión de imaginación y sueño, una toma de conciencia colectiva como país. Es también una fusión de racionalidad, como fantástica sala de conciertos, y delirio y locura creativa, un impresionante imán turístico para esta ciudad», resume.

Las pequeñas joyas de Sant Pere son, para Isona Passola, comercios y talleres como el de su vecino el luthier (Sant Pere més Alt, 68), o tiendas de siempre, fieles al azulejo valenciano y mostradores de madera y mármol. También calles sorprendentes como «la de Carders, que es la síntesis de todas las razas y lenguas del mundo», palacios como el que acoge el Museu Picasso o la iglesia de Santa Maria del Mar y otras muchas «joyas secretas que guarda Sant Pere», indica Passola.