distrito 2. Eixample

El Eixample impulsa un plan de envejecimiento activo

El distrito, con el 22% de vecinos de más de 65 años, presenta un proyecto con acciones para mejorar la calidad de vida del colectivo y cambiar la percepción que la ciudadanía tiene de ellos

Jubilados aprenden informática en el Espai de Gent Gran Fort Pienc.

Jubilados aprenden informática en el Espai de Gent Gran Fort Pienc.

luis benavides
BARCELONA

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Con cinco barrios que suman más de 58.200 vecinos mayores de 65 años, una cifra que supone el 22% de su población, el Eixample es el distrito más envejecido de Barcelona, tanto en números absolutos como relativos, según datos del último padrón. A esto debe sumarse que el efecto combinado del incremento de la esperanza de vida (tres años de media por década) y los bajos índices de natalidad, ambos en la línea del resto de Europa, dibuja una tendencia al alza de la tasa de sobreenvejecimiento (mayores de 74 años).

Con esta radiografía y, sobre todo, con muchos retos y oportunidades por delante, el Eixample ha apostado decididamente por el llamado envejecimiento activo con una larga lista de acciones. «El 2012  fue declarado Año Europeo del Envejecimiento Activo. Sirvió para sensibilizar y visualizar qué se estaba haciendo, pero en Barcelona hemos querido ir más allá con 10 medidas de gobierno, una para cada distrito, con unos objetivos claros, unas medidas concretas y una evaluación en el 2015», explica Montse Freixas, técnica de Serveis a les Persones del Eixample.

CAMBIAR LA IMAGEN / El envejecimiento activo fue definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los años 90 como el proceso «por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez». En el Eixample, según Freixas, la medida de gobierno debe fijarse como objetivo primero cambiar la percepción que la sociedad tiene de la gente mayor. «La imagen del abuelito con un bastón no tiene nada que ver con la realidad de la gente mayor de hoy en día», afirma la técnica, quien subraya que también deberá cambiar la manera en la que el resto de la sociedad se dirige a ellos. «No podemos tratarles como si fueran enfermos o niños», añade.

RETARDAR LA DEPENDENCIA / La medida de gobierno en el Eixample, similar a las presentadas en el resto de distritos de la ciudad, incluye acciones relacionadas con la promoción de  las actividades físicas como fuente de salud, la estimulación cognitiva  con herramientas como las aulas informáticas y la participación social de las personas mayores a través de espacios y casals.  «Si conseguimos incidir en la vida de los mayores con estas estrategias retrasaremos su  deterioro y, por tanto, su dependencia de otras personas», sostiene Freixas.

AUTOGESTIÓN / Los seis casals y espacios municipales para la gente mayor del Eixample, como el resto de la ciudad, están organizados en comisiones de trabajo integradas por los propios mayores. «Nosotros mismos organizamos todo tipo de cursos, talleres y salidas. Por eso la oferta puede variar de un centro a otro», cuenta Carme Vilaplana, voluntaria del Espai de Gent Gran Fort Pienc (plaza de Fort Pienc, 4-5), quien considera que «la gente mayor de hoy en día» es mucho más activa. «Cuando nos jubilamos, no solo servimos como cuidadores o canguros. Personalmente no tengo tiempo para todas las cosas que me gustaría hacer», añade esta gran aficionada a las excursiones y las obras de teatro.

La nueva estrategia municipal en estos espacios, con el 27,7% de mayores de 65 años del Eixample viviendo solas, fomentará la implicación de los más mayores y las actividades intergeneracionales.