UNA historia de SANT ANDREU... La Lira

Una entidad que rejuvenece a los 153 años

La asociación de la calle de Coroleu, que reúne canto, baile y teatro, restaura su sede

El inmueble 8La Lira, que tiene un bar debajo y un miniteatro arriba.

El inmueble 8La Lira, que tiene un bar debajo y un miniteatro arriba.

ÓSCAR HERNÁNDEZ
BARCELONA

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Cuesta ponerse de acuerdo sobre su origen, pero lo que sí es seguro es que La Lira (Coroleu, 15), que acoge una coral, un grupo de teatro, una sección de sardanistas, un grupo de jugadores de ajedrez y otero de juegos de rol, ya existía en 1870, aunque los primeros documentos, como la escritura de propiedad del edificio, datan de 1885.

Sin embargo, Josep Clapés Corbera (1872-1939), más conocido como Mossèn Clapés (así se llama su plaza) escribió en sus apuntes históricos sobre Sant Andreu que la sociedad coral La Lira fue fundada «entre 1850 y 1860» y con un objetivo político: «Cuando en 1869 la reina Isabel II pasó en el tren de Francia acompañada del general Prim, salió el coro de la Lira a hacer ostentación política, cantando en la estación de França en Sant Andreu».

Ahora, la sede de La Lira, que cuenta con 300 socios, va a ser totalmente restaurada gracias a una subvención municipal de 1,6 millones de euros. «Cuando nos la concedieron dimos tantos botes de alegría que creo que nos podían ver desde toda Barcelona», comenta satisfecho Enric Capdevila, presidente de La Lira desde hace 12 años y socio desde 1976. Y no es para menos ya que la entidad apenas cubre sus gastos con el medio centenar de euros al año que pagan sus socios y los recursos que proporciona el bar, que solo abre por la tarde y por la noche.

Tras la reforma, cuya urgencia fue motivada por una grieta en una viga, que no amenaza a la estructura, La Lira ganará dos salas polivalentes, además de mejorar su pequeño teatro de la primera planta, donde ahora además ensayan las parejas de baile. Así, los integrantes del orfeón, los sardanistas, los bailarines, los actores amateurs y los ajedrezistas volverán a disponer de un espacio adecuado. «Hace años que el grupo de teatro no presenta ninguna obra», se lamenta Capdevila, quien confiesa que dejó de bailar sardanas para que no le acusen de favorecer a esta sección de la Lira.

Además, de aspirar a favorecer la interrelación de todos los grupos de la Lira con la reforma, su presidente desea también abrir al público el refugio subterráneo de la guerra que se esconde bajo el edifico. Y es que Sant Andreu fue especialmente bombardeado en la guerra civil.